“TE QUIERO, IMBÉCIL” êê
(Laura Mañá, 2020)
La directora y actriz barcelonesa Laura Mañá debutó hace justo veinte
años con la comedia dramática Sexo por compasión (2000), una
aceptable película sobre una mujer madura que es abandonada por su marido harto
de su excesiva generosidad. Para recuperarlo no se le ocurre otra cosa que
acostarse con todos los hombres del pueblo. Su mejor película hasta la fecha es
Palabras
encadenadas (2003), un thriller psicológico protagonizado por Dario
Grandinetti y Goya Toledo en el que una mujer es secuestrada y amordazada en un
sótano por alguien que dice ser un asesino en serie que le propone para ser
liberada un juego de palabras encadenadas.
Te
quiero, imbécil nos presenta a Marcos (Quim Gutiérrez) un tipo de 35
años al que ha dejado la novia cuando iba a pedirle matrimonio. Seguidamente,
le echan del trabajo y vuelve a vivir con sus padres. Su vida es un desastre y
con semejante panorama, Marcos decide reinventarse para triunfar. Es por eso
que acude al “lugar ideal” para pedir consejo: internet. Mientras trata de
aplicar los consejos de un gurú influencer argentino, Sebastián (Ernesto Alterio), Marcos tiene un encuentro crucial con
una antigua amiga del colegio, Raquel
(Natalia Tena), tendrá una nueva jefa, una exnovia que ni contigo ni sin ti y
estará rodeado de unos amigos muy intensos.
Comedia
romántica de temática muy trillada que nos presenta un triángulo amoroso con
dos personajes femeninos que saben perfectamente cuáles son sus aspiraciones y
objetivos. Pivotando sobre ellas, Marcos, perdido en un mundo que avanza más
rápido de lo que a él le gustaría y al que intenta adaptarse contando a la
cámara, es decir, a los espectadores, sus sueños, miedos y fracasos. Marcos “bien asesorado” por los consejos de
un youtuber muy pasado de rosca (espléndido Ernesto Alterio que nos regala
algunos momentos hilarantes) intenta no desentonar con el espíritu de los
tiempos. Pero lo mejor de la función es la presencia esplendorosa de Natalia
Tena, vieja conocida de los años del colegio de Marcos, con el que se encuentra
casualmente y acaba convirtiéndose en su confesora y encendiendo la chispa. Te quiero, imbécil es una comedia con
escasas pretensiones que trata de reflexionar sobre la fugacidad del tiempo y
la banalidad con la que se construyen hoy las relaciones íntimas y de amistad. También
sobre la influencia que tienen en nuestras vidas todos esos gilipollas de los
que nos rodeamos todos los días.
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