Nacido para crear el caos
“JOKER” êêêêê
DIRECTOR: Todd Phillips.
INTÉRPRETES: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie
Beetz, Frances Conroy, Brett Cullen, Bill Camp.
GÉNERO: Thriller/Drama / DURACIÓN: 121 minutos / PAÍS:
EE. UU. / AÑO: 2019
Este cronista no esperaba que un director
como Todd Phillips, firmante de títulos
entre los que se encuentran las comedias juveniles Road Trip (2000) y Aquellas juergas universitarias (2005),
de la mediocre adaptación cinematográfica de la mítica serie Starsky & Hutch
(2007), de la tetralogía gamberra Resacón en las Vegas y de la que
hasta ahora era su mejor película, Juego de armas (2016) film basado en
una historia real sobre dos tipos que crean una empresa para vender armas, me
pudiera sorprender con una película memorable que dejará una huella indeleble
sobre el origen traumático y atormentado del más archifamoso enemigo de Batman,
Joker, la historia nunca narrada de ese payaso subversivo nacido para crear el
caos cuya sonrisa es ya tan famosa como la de la Gioconda.
Mezcla de thriller urbano y drama
psicológico, la función nos presenta a Arthur
Fleck (Joaquin Phoenix) que vive en Gotham con su madre y cuya única
motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en
pequeños trabajos pero tiene problemas mentales que hace que la gente le vea
como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público,
pero una serie de trágicos acontecimientos le hará albergar una ira contra una
sociedad que le maltrata e ignora.
Película magistral, perturbadora e incómoda
la que nos presenta Todd Phillips, que no incita a la violencia per lanza un
mensaje aterrador sobre los derroteros de un mundo dividido ya en ricos y
pobres. El espectador empatiza con un personaje atiborrado de traumas que desde
niño ha sufrido el abuso, el maltrato, el desprecio y la burla de una sociedad
en decadencia y al borde del colapso. Una Gotham oscura, sombría, mugrosa y con
altos índices de criminalidad como consecuencia de la pobreza, las alarmantes
cifras de desempleados y la insatisfacción general debido a los recortes en
servicios sociales. Phillips reconstruye
el mito para hacerle más tangible y cercano, y desde su nombre de pila, Arthur
Fleck, hurgar en su herida existencial para mostrarnos su dolor más íntimo y
lacerante. Un acierto del guión firmado por el propio director junto a Scott
Silver, que encuentra en la desgarradora carga existencial del personaje la
coartada perfecta para erigirle en un líder absoluto del descontento social
nacido para crear el caos.
Con una atmósfera influenciada por el
sórdido cosmos urbano de Taxi Driver (1976) y con elementos
referenciales de El rey de la comedia (1982), las dos firmadas por Scorsese y
protagonizadas por De Niro, que da oxígeno aquí a un presentador de televisión,
Joker
sitúa su acción en 1981 por los estrenos de cine que se pueden apreciar en las
marquesinas, y la cámara sigue obsesivamente a un personaje que inicialmente se
muestra inofensivo y apocado, que acumula infamias y soporta el dolor hasta que
un día dispara su pistola en el metro y todo comienza a tener sentido. Es un
acto de purificación pero también de supervivencia, el final de la lastimosa
desventura que hasta entonces ha supuesto su vida.
La risa histérica y compulsiva de este
peculiar histrión inmortalizado con el nombre de Joker, obedece más a los
estallidos coléricos de rabia y desahogo que a la auténtica comicidad de las situaciones,
casi siempre de un patetismo mortal. Así, un Joaquin Phoenix superlativo dota al
subversivo personaje -que sólo desea ser cómico y contar con el favor del
público- de un aura tan triste como
brutal, haciéndonos partícipes de la fiebre que provoca su distorsionada visión
de la realidad.
Joker está construida sobre los cimientos de un potente diseño de
producción y una virtuosa puesta en escena, una espléndida iluminación a cargo
de Lawrence Sher para un lúgubre paisaje urbano que amplifica la música creada
por Hilder Guönadóttir, el extraordinario trabajo del departamento de arte, la
exuberante dirección de Phillips que narra la historia de la mejor forma
posible, y por encima de todo, con la brillante y sobrecogedora actuación de
Phoenix, desplegando un abanico de recursos interpretativos y consiguiendo
elevar el tono dramático del relato hasta el paroxismo. Un trabajo que define
la carrera de un actor. Joker entra
en el selecto club de películas que marcan el año de su estreno y que se
debería estudiar en las escuelas de cine. Obra maestra.
Joker contra los fascistas. Un thriller subversivo y apabullante; una interpretación superlativa de Joaquin Phoenix y, ciertamente, una sorpresa en la filmografía de Phillips, antes no demasiado sobresaliente. Aunque, bien mirado, ya aparecen en sus películas los personajes más o menos desequilibrados y una mirada cínica, como la que aquí preside una historia visionaria y terrorífica, no tan alejada de nuestra realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, la palabra fascista está ya muy desvirtuada, vaciada de todo contenido. Alguien que no piense como tú o yo puede ser tildado alegremente de fascista. He llegado a pensar que en este país no eres nadie si no te llaman fascista. Algo curioso, porque sólo ocurre aquí.
ResponderEliminarTienes razón en lo de Phillips, antes no se dieron las circunstancias, pero si tienes talento, tarde o temprano acaba saliendo.
Un abrazo.