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sábado, 3 de agosto de 2019

"MIDSOMMAR" (Ari Aster, 2019)


Terror florido y bucólico
MIDSOMMARêêê
 (Ari Aster, 2019)

    
   Tras media docena de cortos, Ari Aster sorprendió el pasado año a crítica y público con Hereditary, auténtico sleeper de la temporada convertido en un estudio psicológico de personajes que se desarrolla fluctuando entre el psicodrama y los ritos recurrentes de las presencias sobrenaturales que encuentran en la aflicción y desesperación de una familia un fértil sustrato.


       En su segundo largometraje, Midsommar, narra cómo una pareja que atraviesa una crisis sentimental, Dani (Florence Pugh) y Christian (Jack Reyner) deciden darse una oportunidad disfrutando de unas vacaciones en una idílica isla sueca. Junto con los amigos de él, se embarcarán en un viaje a un festival de verano que se celebra una vez cada 90 años en una remota aldea sueca. No obstante, y a pesar de la paradisíaca apariencia, el lugar no es lo que parece. Pronto comienzan a darse cuenta de que los anfitriones realizan perturbadores rituales paganos que pondrán a prueba la relación de cada uno de los huéspedes y su instinto de supervivencia.


    A la protagonista del film, Dani, a la que da oxígeno de forma sobresaliente Florence Pugh, el viaje con su pareja y amigos a la idílica campiña sueca, le sirve para descongestionar su alma tras las terribles muertes de su familia. Y es su frágil espíritu, su vulnerabilidad lo que le sirve a Ari Aster para configurar el eje narrativo tras el dramático prólogo, construyendo los cimientos de una historia que entre la tradición bucólica y naturista de la comunas hippys y los rituales paganos de una secta y sus escalofriantes sacrificios, avanza con un in crescendo de la tensión realmente inquietante, imprimiendo valor a cada detalle con la luz radiante del sol. 


   Midsommar toma como referencia a El hombre de mimbre (film de culto que está en el contexto y el subtexto del relato rozando el plagio) para articular un relato que se toma su tiempo para crear un ambiente cada vez más enfermizo y malsano en el útero de una comunidad endogámica que reparte bienaventuranzas a la vida al mismo tiempo que monta tremendas carnicerías para celebrar sus sangrientas ofrendas. Acorde con los siniestros y decadentes tiempos que vivimos, la película se impone como una perversa ceremonia de sexo, muerte, folclore y juegos florales.   

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