El reverso maléfico de Superman
“EL HIJO” êêê
(David Yarovesky, 2019)
Tras varios cortos y un irregular largometraje
(The
Hive, 2015), David Yarovesky
llega a un público más amplio con esta película cuya premisa parte de una
misteriosa pregunta: ¿Qué pasaría si un niño de otro mundo realizara un
estruendoso aterrizaje de emergencia en la Tierra y en lugar de convertirse en
un héroe para la humanidad demostrara ser algo mucho más siniestro? En Brightburn
(Kansas), un matrimonio de granjeros formado por Tori (Elizabeth Banks) y Kyle
Breyer (David Dennan) siempre ha querido tener un hijo pero no ha podido
ser. Cuando deciden criar a Brandon
(Jackson A. Dunn) un niño llegado de la estrellas, descubrirán que éste posee
unas habilidades muy especiales. El problema surgirá cuando se dan cuenta de
que el niño no utiliza sus poderes para hacer el bien, pues el mal comienza a
crecer dentro de él.
El Hijo fusiona con eficacia el
terror, la ciencia ficción y las historias de superhéroes para presentarnos a
una especie de Superman en su cara más cruel y siniestra (la vertiente
conceptual es idéntica a la del superhéroe de Krypton pero cambiando los
valores), tanto que se venga con verdadera saña cuando alguien le hace daño o
simplemente regaña o contradice. El primer tramo del metraje, con la
presentación de la pareja que ve su vida alterada cuando una extraña nave se
estrella dentro de los límites de su granja y por sorpresa encuentran a un niño
que adoptan, engancha al espectador que pronto se dará cuenta que lo que parece
un regalo de Dios poco a poco se convertirá en regalo envenenado. Así, todo
parece transcurrir con cierta normalidad hasta que una noche Brandon sufre un
ataque epiléptico que actuará de resorte para hacer brillar su lado más oscuro.
En el guión, bien estructurado y escrito por
los hermanos Brian y Mark Gunn, subyace un especie de terror primitivo a la
paternidad, pero partiendo de una premisa sencilla tal vez se olvidan de
explicar qué motivos puede tener ese Superman tan villano y lleno de ira y
maldad para actuar así por cualquier mínimo incidente, sin ningún control sobre
sus instintos más salvajes. Está claro que los responsables buscan muy pronto
que no empaticemos con la cruel y volátil criatura, de ahí la angustia temprana
reflejada en el rostro de Brandon y su facilidad para sustituir cualquier
emoción positiva por odio. Con algunos
momentos gores, una atmósfera malsana y aceptables interpretaciones, El Hijo es un entretenido homenaje a los
cómics con un Superman en su reverso maléfico que no llega a la Tierra para
salvar a la humanidad sino para contribuir lo más rápidamente posible a su
exterminio.
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