Sólo el espectador sale timado
“TIMADORAS COMPULSIVAS” ê
(Chris Addison, 2019)
Zarrapastrosa ópera prima de Chris Addison que tenía un mínimo
bagaje en el campo de la televisión y que en este remake de Un
par de seductores (Frank Oz, 1988) simpática película protagonizada Por
Michael Caine y Steve Martin, cede el protagonismo a dos féminas (Anne Hathaway
y Rebel Wilson) para convertirlas en dos artistas del engaño, una de clase alta
y la otra de los barrios bajos, que deciden unirse para estafar a los hombres.
Con el ya pesadísimo rollo del feminismo y
el fanático y sectarismo del METO como motor, Timadoras compulsivas es
un absoluto bodrio rebosante de rancios clichés y lugares comunes muy
trillados. Ambientada en la sofisticada y carísima Costa Azul francesa, el
pestiño trata de hacer algo parecido a una comedia enfrentando a dos
personalidades distintas: la refinada Josephine Chesterfield a la que da vida
Anne Hathaway y la vulgar, humilde y poco sutil Penny encarnada por Rebel Wilson,
que terminarán asociándose para timar a un multimillonario.
La función no va más allá de unos gags sin
gracia que inciden en esas diferencias entre las protagonistas –la elegancia
contra la vulgaridad- y varias situaciones de enredos auténticamente
sonrojantes. La estirada Josephine siempre hace uso de un amplio abanico de
recursos que invariablemente incluyen una retahíla de mentiras, y a Penny le
toca el papel del estereotipo de colega tosca y torpe. Así le película cae y se
reboza en lo contrario de lo que trata de denunciar dentro de la moral de lo
políticamente correcto. Con el toque de feminismo chusco tan de moda, aquí el
único que sale verdaderamente timado es el espectador. Un fiasco.
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