Un legado criminal
“VIUDAS” êêê
(Steve McQueen, 2018)
Steve McQueen ha
rodado hasta la fecha cuatro largometrajes, debutando en el año 2010 con Hunger,
film protagonizado por Michael Fassbender sobre la huelga de hambre que llevaron
a cabo miembros del IRA en 1981 en la prisión británica de Maze. No obstante,
para el arriba firmante su mejor película es Shame (2011), en donde el
mismo actor daba vida a un tipo de físico imponente que se folla a quien le da
la gana, tiene un trabajo de éxito y un apartamento de lujo, que poco a poco
irá descubriendo que tras su tentadora fachada sólo existe un profundo vacío existencial,
y que el sexo actúa como un punto de fuga para escapar de la asfixiante soledad
de una vida desierta verdaderas emociones y sentimientos. Bajó muchísimo el nivel
con en su tercera película, 12 años de esclavitud (2013), con la
que ganó tres Oscar incluido el de Mejor película, pero que no pasa de ser un
relato panfletario acomodado a la era Obama.
En su último film, McQueen adapta a la
pantalla grande la miniserie británica de 1983 Windows, que aquí está ambientada
la ciudad de Chicago de nuestros días. Viudas narra la historia de cuatro
mujeres que no tienen nada en común salvo una deuda heredada de las actividades
criminales de sus difuntos maridos que han muerto en un atraco. Verónica (Viola Davis), Alice (Elizabeth Debicki), Linda (Michelle Rodríguez) y Belle (Cynthia Erivo) deciden tomar las
riendas de su destino y conspiran para forjarse un futuro con sus propias
reglas.
Sin
alcanzar el listón dejado con Shame, Viudas es un buen
thriller sobre el que albergaba algunos recelos por el carácter de denuncia
maniquea (la integración racial, el feminismo) que tanto parecen preocupar
últimamente al director británico. Sin embargo, McQueen consigue que la trama
funcione en diferentes estratos: thriller de atracos, película de crítica
social, política y religiosa, de acción, de venganza… todo perfumado con un aroma
feminista. Estamos ante una película muy cuidada y con grandes interpretaciones
que parte de una premisa tramposa (atención al personaje de Liam Neeson y su
relación interracial con Viola Davis), pero que acierta a configurar la
psicología de los personajes, que abren un pronunciado arco dramático a través
de sus propias vicisitudes y estados de ánimo. Con las minorías bien representadas (Viola Davis, la afroamericana, y
Michelle Rodríguez, la hispana), las viudas tienen que acabar el golpe que sus
maridos, abatidos por la policía, dejaron a medias, pero esto sólo una premisa
simplista para poner el foco en la corrupción política, las tensiones raciales
y los conflictos derivados de las situaciones socioeconómicas, pues la función
no trata sólo de un atraco perfecto, también de ganar la partida al fatal
destino. Buena película.
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