"IN THE CUT" (Jane Campion, 1999)
La veterana directora
neozelandesa Jane Campion (El piano)
realiza esta película tras haber dirigido el resultón drama Retrato
de una dama (1996) con Nicole Kidman y John Malkovich de protagonistas,
y Holy
Smoke (1999) un drama que tiene como fondo el siniestro mundo de las
sectas con Kate Winslet como cabeza del reparto (dando vida a una joven que es
captada por una secta) y Hervey Keitel (el detective encargado de encontrarla
en un refugio en el desierto). Sin alejarse mucho del drama existencial, dirige
este thriller titulado en nuestro país En carne viva (In the Cut), que nos
relata la historia de Frannie Avery
(Meg Ryan) una profesora de escritura creativa que vive sola en Nueva York. Inteligente
y reservada, se dedica a investigar sobre el lenguaje de la calle y la novela
policíaca.
Pero una noche, algo cambia en su vida:
presencia involuntariamente un momento de intimidad entre un hombre y una
mujer. La carga erótica de la situación la paraliza, y aunque no llega a ver el
rostro del hombre, no olvidará el tatuaje de su muñeca ni su sensual mirada. Al
poco tiempo, se entera, al ser preguntada por la policía, de un oscuro crimen
cometido cerca de su apartamento. El detective Malloy (Mark Ruffalo) un hombre seductor, que a Frannie le resulta
extrañamente familiar, cree que ella puede saber algo. Aunque Frannie intenta
mantener las distancias, no puede evitar sentirse atrapada por él.
El cambio de registro de Meg Ryan en esta película, acostumbrada
a ser requerida para protagonizar comedias románticas, supuso un verdadero
shock para todo el que había seguido su carrera hasta la fecha, especialmente para
sus fans. Y es que la actriz de Connecticut nacida en 1961 se desnuda aquí en
cuerpo y alma dando oxígeno a una madura, solitaria y aburrida profesora de
Nueva York que descubre el sexo en su vertiente más sórdida y excitante. Lo hace
tras un encuentro con un detective de la policía encarnado de manera inquietante por Ruffalo. En
carne viva no es ni mucho menos un film desdeñable, su lúgubre y
opresiva atmósfera urbana parece cubrir con un manto de decadencia e
infelicidad a todos los habitantes de la gran urbe, y la cámara recoge el
paisaje emocional de esa angustia para abonar la sospecha y el suspense.
Si el ambiente escabroso, malsano y
lascivo se eleva como lo mejor de la función, es de justicia subrayar la
actuación de Meg Ryan como pieza clave de la truculenta trama, entregada en
unas secuencias sexuales tan perturbadoras como sugerentes y que la pericia de
Campion logra hacer partícipe al espectador de esa comunión sensual tan física,
sensual y peligrosa, dentro de un drama pasional que tiene como trasfondo una
perversa intriga criminal con la que Frannie se da de bruces en un oscuro
callejón. Con el concurso de grandes secundarios (Kevin Bacon, Jennifer Jason
Leigh) y la crítica dividida tras su estreno, In the Cut me ha parecido
mucho mejor película tras este segundo visionado, una mezcla morbosa y excitante de thriller psicológico, drama
existencial y softcore, un relato al que Campion y su director de fotografía
Dion Beebe confieren un tono sombrío y por el pululan almas cuya estela provoca
escalofrío.
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