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jueves, 5 de enero de 2017

EMMA WATSON EN “REGRESIÓN” (Alejandro Amenábar, 2015)

     

     Lo he repetido en múltiples ocasiones: el cine de Alejandro Amenábar no me gusta. Pienso que es un director muy sobrevalorado sobre el que se crearon grandes y fundadas expectativas a raíz de su interesante ópera prima, Tesis (1996), una película notable realizada con cuatro chavos que, aunque no llega a ser redonda, resiste bien nuevos visionados gracias a su frescura narrativa y habilidad técnica, sin molestarse en camuflar notorias influencias de cineastas como Brian De Palma o Darío Argento. Algo que no ocurre con el resto de su obra: Abre los ojos (1997), película que desfallece a mitad de su metraje debido a ciertas incoherencias argumentales y un ritmo plomizo y descompensado que hace que finalmente nos importe poco la tragedia existencial sufrida por un guaperas triunfador; no la he vuelto a ver, pero tampoco me emocionó la supertaquillera Los Otros (2001), film-plagio donde los haya que atesora todos los clichés y recursos técnicos mil veces vistos en el subgénero de casas embrujadas, y que basa todo su efecto en una no tan original pirueta final;  ni siquiera la oscarizada Mar adentro (2004), llegó a conmoverme más allá de la sentida e impecable actuación de Javier Bardem en la encrucijada vital y degradación moral de una enfermedad irreversible; no hablemos de Ágora (2009) un artefacto puramente mecanicista de excesiva y fría retórica con olor a cartón piedra.

         

     Lo sorprendente de Alejandro Amenábar es su manifiesta incapacidad para plasmar sentimientos y desgarros emocionales. Lo vuelve a demostrar en su nuevo film, donde los tremendos dramas narrados no proyectan la mínima empatía hacía ninguno de los personajes. Regresión nos sitúa en una fría y lluviosa localidad de Minnesota en el año 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Ángela (Emma Watson) que acusa a su padre, John Gray (David Dencik) de abusar de ella, por lo que se refugia en la iglesia. Cuando John, de forma inesperada, admite que puede ser culpable aunque no se acuerda de nada, el experimentado psicólogo, Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora el caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubre desenmascara una siniestra conspiración.


     Ante todo, pediría que algunos remamahuevos de esos que untan con vaselina hasta las más grandes meteduras de pata de Amenábar,  me trataran de explicar qué tiene de especial esta película que no nos hayan contado ya antes mil veces mejor. Con la referencia inexcusable de La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), La Profecía (Richard Donner, 1976) e incluso la magistral 1ª temporada de True Detective y, como casi siempre, tomando descaradamente como modelo una modesta película estadounidense para la televisión titulada Forgotten Sins (Dick Lowry, 1996), basada el caso real de Paul Ingram que narra la historia del sheriff de un condado que es acusado por su hija de abusos, una historia que deriva en rituales satánicos que al protagonista (John Sea) acaban por hacerle dudar de su inocencia, hoy queda meridianamente claro que Amenábar es muy poca cosa sin el complemento esencial del guionista de sus primeros trabajos, Mateo Gil.

     
     Y no es que a mí este guionista me parezca descollante (sólo me satisface el libreto de Tesis) pero es verdad que las historias carecen de la más mínima sustancia sin su participación. En Regresión Amenábar se limita a crear una pulcra atmósfera y una exuberante ambientación apoyadas ambas en la excelente fotografía de Daniel Aranyó, todo lo demás es abusar de los efectos de sonido e idear algún giro tan pueril como previsible.  Regresión no tiene grandeza, es una película aburrida, plana y por momentos sonrojante, confeccionada con retales de obras mayores, con un guión soso que intenta imitar las pautas de Shyamalan y que nos aboca a un final anticlimático, acorde, eso sí, con la lógica interna de un insípido pastiche que no admite defensa.


     Pero si esto es malo, hay que estar atentos al zarrapastroso trabajo de su nefasto reparto, con un Ethan Hawke que cada día que pasa parece peor actor y que no tiene un solo momento acertado. Dándole la réplica, una estreñida Emma Watson, sin duda una de las actrices más desaprovechadas e infravaloradas de su generación que aquí parece desmelenarse y he de reconocer que, si como actriz tiene mucho que aprender, físicamente me provoca siempre mucho morbo.
   
    
    Esta actriz nacida en París y que en abril cumplirá 27 años, saltó a la fama por su papel de Hermione Granger en la serie de películas Harry Potter, protagonizando toda la saga y embolsándose unos 26 millones de dólares por su trabajo en las ocho entregas. Algunos de sus mejores trabajos los podemos ver en el excelente drama adolescente Las ventajas de ser un marginado (Stephen Chbosky, 2012) y en el thriller político Colonia (Florian Gallemberger, 2015) que tiene como fondo el golpe de estado en Chile de 1973. Aunque tampoco luce mal en el film épico Noé (Darren Aranofsky, 2014). Será la protagonista junto a Tom Hanks de The Circle (James Ponsoldt, 2017), un thriller informático que tiene previsto su estreno en abril. Lo único salvable de Regresión es la escena que muestran estos gifs, ya que pocas oportunidades ha tenido el espectador y fan de Emma Watson de contemplarla desnuda. Y cuesta poco observar que Emmy tiene un cuerpazo que los voyeurs y erotómanos irredentos deberíamos gozar más asiduamente.

EMMA WATSON GIFS

3 comentarios:

  1. Emma Watson es ciertamente mórbida y lo peor del film de Amenábar es que no saca ningún provecho ni de ella ni de su relación con el personaje de Ethan Hawke.

    Pero a mí sí me gustó "Abre los ojos". De hecho, es una de mis películas favoritas.

    Un abrazo.

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  2. Sí, y al ritmo que van las visitas desde hace unas pocas horas que he subido el post, parece que hay mucha gente que piensa como nosotros de esta actriz de piernas y nalgas perfectas.

    Es curioso porque el cine de Amenábar no me gusta -salvo "Tesis", que contiene toda la frescura de una ópera prima y no reniega de sus influencias- pero, sin embrago coincido con los gustos cinematográficos de este director que tiene como películas favoritas "2001: una odisea del espacio", "Todos los hombres del presidente", "Al final de la escalera", "La lista de Schindler", "El gran Lebowski" y "Matar a un ruiseñor", entre otras.

    No hay ninguna película de Amenábar entre mis favoritas, pero al menos nos une la cinefília más ortodoxa.

    Un abrazo.

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  3. Vaya, como es de suponer, quería decir "sin embargo".

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