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sábado, 10 de septiembre de 2016

CRÍTICA: “THE NEIGHBOR” (Marcus Dunstan, 2016)


THE NEIGHBOR ★★★

  
    Marcus Dunstan, el director de The Collector y su secuela The Collection lo ha vuelto a hacer, y con un puñado de dólares consigue mucho más de lo que otros han conseguido con presupuestos mayores. The Neighbor nos sitúa en la ciudad de Cutter, en donde la mayoría de la gente se preocupa sólo de sus propios asuntos. Pero cuando John (Josh Stewart) regresa a casa se encuentra con que su novia, Rosie (Alex Essoe) ha desaparecido sin dejar rastro. Con la mosca detrás de la oreja, se cuela en casa de su inquietante vecino, Troy (Bill Engvall) y la encuentra a ella y a otros desconocidos atados y enjaulados en el sótano. Cuando su vecino regresa a casa, John se verá obligado a escapar de la casa para intentar salvar al grupo y llevarlo a un lugar seguro.


       En formato de thriller angustioso, Dunstan retoma la premisa de The Collector pero dotando a la acción de un tono más físico, cercano y realista que distancia la nueva propuesta de aquel digno slasher, algo que se puede intuir en los espléndidos títulos de crédito iniciales y en la atmósfera de tensión del prólogo cuando John visita a su tío. Con muy pocos medios, sin coartadas morales y sin apenas ornamentos, Dustan desarrolla un relato aseado aunque abusa del fundido en negro y de algunas secuencias de acción que parece que están rodadas con una cámara afectada de epilepsia, restando veracidad a la acción. Los mencionados recursos no penalizan en exceso a la función debido a las potentes interpretaciones del trío protagonista, que se toman su trabajo en serio a pesar de que nos encontramos con algún personaje ciertamente prescindible, como el de la oficial de policía.


       The Neighbor consigue lo más difícil: atrapar al espectador desde los primeros minutos gracias a un guión simple pero bien estructurado y a una dirección enérgica por parte de Dunstan que demuestra un gran dominio del tiempo narrativo, marcando las pautas del crescendo de la tensión, gracias también la oscura e incisiva banda sonora compuesta por Charlie Clouser. No estamos ante una historia original, pero es que en estos artefactos está casi todo inventado y el espectador puede adivinar el siniestro itinerario de una historia que te brinda la oportunidad de empatizar con la pareja protagonista, a los que veremos amarse y sufriremos con ellos durante todo el metraje. Al comienzo parece que The Neighbor tomará otros derroteros, pero el director no tarda mucho en poner las cartas sobre la mesa con gran sentido del suspense y la tensión y excelente pericia para jugar con los espacios (interiores y exteriores)  hasta provocar situaciones agobiantes creando un ambiente claustrofóbico realmente alarmante, un clima de violencia, desasosiego y desarraigo que cubre como un manto oscuro los sueños en la América profunda. 



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