El director
canadiense Clement Virgo, mayormente
dedicado al campo de las series y películas televisivas en donde consta
acreditado como director de algunos episodios de la magistral The Wire (2002) y firmante de aquel
aceptable drama titulado Último Asalto (2007) con Danny
Glover de protagonista, estrenó en el año 2005 esta película de alto contenido
erótico titulada Lie With Me, a la que en España se añadió la muletilla “El diario íntimo de Leila”. La película
sigue a Leila (Lauren Lee Smith) una
chica sexualmente voraz que se relaciona con los hombres mediante breves
encuentros íntimos. Una noche, durante una concurrida fiesta en una casa,
conoce a David (Eric Balfour) y la
lujuria surge a primera vista. Poco después, mientras Leila practica sexo con
un desconocido en la parte trasera de la casa, David y su novia hacen lo propio
pero en su coche. Leila y David se miran fijamente mientras hacen el amor con
otras personas, iniciando así un ritual de cortejo que dará paso a una intensa
aventura sexual entre ambos.
Extraña
película entre un artista y una ninfómana que además de llevar la voz cantante
en las más sugerentes escenas sexuales también es la protagonista de las
reflexiones que ocupan la mayor parte de los diálogos, parece una experta en
las artes amatorias y lo que demuestran las secuencias de alto voltaje sensual
entran en colusión con lo que proyecta, una escenas que alternan lo explícito
con la sutilidad evanescente y pretendidamente poética. Puede ser, eso sí, un
relato atractivo para un voyeurista que busque un ligero deleite visual y lo
encuentre en momentos puntuales como el
de la masturbación de Leila, una apetitosa Lauren Lee Smith, sus provocativos
juegos de seducción al aire libre (la felación al desconocido), o su insinuante
exhibición en un parque. Lo más
llamativo de Lie With Me es su tono costumbrista, la chispeante
naturalidad con que discurre la historia, intentando atrapar la cotidianidad y
espontaneidad del impulso sexual latiendo al mismo tiempo que la vida, ajena a
los dramas y los deseos. Una simplicidad que reducida a su esencia resulta en
cierto modo excitante.
La voz en off de Leila, de su conciencia,
actúa como una forma válida de atrapar la perspectiva del relato a través de la
mirada femenina sobre el sexo en su vertiente compulsiva y obsesiva, y al mismo
tiempo confiere al relato un tono de obra infinita e inacabada en donde el sexo
ocupa siempre el centro del cuadro. En realidad, Leila y David sienten un gran
vacío emocional; ella porque jamás ha sido capaz de sacar algo sublime de
sus continuas y fugaces aventuras sexuales hasta que se topa con David; y él
porque a pesar de tener novia, siente el mismo vacío cuando no está con Leila. Lie
With Me falla en la fatua verborrea psicológica con la que se trata de
explorar la compleja psicología de la protagonista, pretensión que resulta
vana cuando la deriva de la acción tiene
más que ver con el incontenible, puede que descontrolado poder de la pasión
animal, del sexo sin compromiso del que surge una historia de amor tan
esteticista como elemental: chica encuentra a chico, chica se pelea con chico,
chica se queda con chico. Con una vaporosa fotografía que dota a la función de
un tono softcore naïf, Lie With Me puede ser una buena
apuesta para una noche de lluvia en pareja.
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