¿CUÁNTO
ME AMAS? (Combien tu m´aimes, Bertrand Blier, 2005)
La penúltima película hasta la fecha del
veterano director francés Bertrand Blier,
firmante la exitosa Los rompepelotas (1974), Buffet Froid (1979) y Habitaciones
separadas (1984) resultó ser un pestiño bastante indigesto, una
infumable comedia romántica en donde lo único salvable es la presencia
inmarcesible de la hermosísima actriz italiana Monica Bellucci. El film sigue a François (Bernard Campan) un gris y solitario oficinista enfermo
del corazón al que le toca la lotería. Llega entonces a un extraño acuerdo con
una hermosa prostituta italiana, Daniela
(Monica Bellucci) de la que está enamorado: le promete 100.000 euros al mes si
vive con él hasta que se acabe el dinero. Cuando ella acepta, comienza una
tortuosa historia de amor no exenta de romanticismo, pasión y sexo. Pero, al
final, no le será tan fácil prescindir de Charly
(Gerard Depardieu) un gangster protector, y del mundo de la noche.
Al igual que
este post, la película es sólo una excusa para mostrar la belleza y los enormes
atributos de una de las actrices italianas más atractivas que nos ha regalado
el cine en las últimas décadas. Estamos, amigo lector, ante una función de
ritmo pausado y cierto tono depresivo que de vez en cuando suelta algún eructo
en forma de chiste burdo. Monica Bellucci
se sumergió en el rodaje de esta película cuando habían transcurridos cinco
meses desde que dio a luz su segunda hija, sabiendo que el invento no tenía más
sentido que su magnética presencia y que poco le iba a importar a nadie la
trama porque los espectadores no dedicarían la atención a ningún otro aspecto de
la historia que no fuera ella. De ahí su divismo, de ahí su inmanente
presencia, de ahí su poder. ¿Cuánto me amas? no Funciona ni como
comedia melancólica ni como drama romántico, y por la pantalla vemos desfilar
una serie de buenos actores enfundados en personajes ridículos, pues del
competente elenco sólo es posible salvar el trabajo de algún secundario como
Jean-Pierre Darroussin y a la joven Sara Forestier.
Rebosante de diálogos previsibles, la película surca de manera
inconsistente varios géneros para derivar en una penosa parodia del cuento de
La Cenicienta en donde infructuosamente se intenta explorar las complejidades
humanas con momentos de intimidad sonrojantes por lo mal filmados que están, lo
gratuito de muchas situaciones, la risible solemnidad y la vacua pretenciosidad
que Blier le pone al asunto. Porque no hay nada profundo en esta nada
original película sobre las aristas del amor, la fidelidad y las relaciones de
pareja. Todo deriva en un zafio vodevil, en una patética parodia con ínfulas
costumbristas que tiene como único aliciente el volcán de seducción que
representa su estrella femenina, a quien no le importa quedar reducida a objeto
sexual dentro un artificioso desbarajuste donde sólo reina ella.
Bueno, no refieres muchos motivos para ver la película, aunque el argumento tiene posibilidades.
ResponderEliminar¿Qué motivos ni qué narices? ¡Sale la Bellucci y con eso basta!
Bellucci como objeto sexual...Pecaminoso disfrute.
ResponderEliminarAh! Pero la comedia prometía mucho desde su bizarro planteamiento, lo que la arruina es caer en lugares comunes.
Ya, Demian, el problema es que lo que no puede hacer Blier es intentar camuflar con coartadas pseudointelectuales lo que sólo es un vehículo para el lucimiento de su estrella femenina. Como bien dices, una Bellucci tentadora en la tradición de las grandes musas del cine italiano.
EliminarSaludos cordiales.
Lo que pasa, Ricard, es que este tipo de películas tengo que verlas. No sólo por el regalo que supone ver a Monica Bellucci luciendo su inaccesible belleza desnuda, también porque me recuerda aquella época gloriosa de las películas italianas de los 70 y 80 en las que cualquier excusa era buena para el despelote.
ResponderEliminarNota: por si lo quieres corregir: el director de fotografía de 2El renacido" se apellida Lubezki, y no "Luzbeki". Sólo es para que veas que leo con atención tus críticas e impresiones.
Un abrazo.
Gracias por el aviso. Lo corrijo ya mismo.
EliminarUn abrazo.