GRUPO SALVAJE
(THE WILD BUNCH)
Western - USA, 1969 - 135 Minutos.
DIRECTOR: SAM PECKINPAH.
INTÉRPRETES: WILLIAM HOLDEN, ROBERT RYAN, ERNEST BORGNINE, JAIME
SÁNCHEZ, WARREN OATES, BEN JOHNSON.
Director emblemático de lo que se llamó el
nuevo cine americano, Sam Peckinpah (Madera Country, 1926 -
Ingelwood, 1984) nace en el seno de una familia de abogados, nieto de un jefe
indio inicia estudios de derecho que pronto abandona para enrolarse en el
ejército y luchar en la Segunda Guerra Mundial. Acabada la guerra se diploma en
Arte Dramático, trabaja como ayudante de dirección de Don Siegel en La
invasión de los ladrones de cuerpos (1956), y dirige algunos episodios de
series televisivas como Rifleman y Westerner. En 1961 rueda su
primer largometraje, The deadly companions, el primero de los cuatro western
que realizará en la década de los sesenta: Duelo en alta sierra (1962), Mayor
Dundee (1965) y Grupo salvaje (1969). De su obra posterior cabe destacar
los siguientes títulos: La balada de Cable Hogue (1970),
Perros de paja (1971), La huida (1972), Quiero la cabeza de Alfredo
García (1974). Posteriormente, inmerso en una vorágine autodestructiva y de
baja calidad creativa su cine se resiente, y su carrera se cierra con el
patético film de espionaje Clave: Omega (1983).
Tras un ataque fallido a un banco, un grupo
de bandidos liderados por Pike Bishop (William Holden) huyen perseguidos por
otro que tiene como cabecilla a Deke Thorton (Robert Ryan) antiguo socio del
forajido que lidera ahora una banda de cazarrecompensas. El grupo de Bishop se
interna en territorio mejicano -en plena revolución- guiados por Jaime (Jaime
Sánchez) simpatizante de Pancho Villa. Hacen un trato para dar un último golpe
con el general Mapache (Emilio Fernández) un violento y despiadado caudillo,
pero tras de ellos Deke inicia una encarnizada persecución para darles caza.
Este simple hilo argumental es suficiente
para que uno de los mejores renovadores del género -tras el ocaso del spaghetti-western
europeo- elabore uno de los títulos más míticos de los sesenta. Peckinpah había
declarado “uno de los propósitos al hacer Grupo salvaje era romper el mito
del far-west”. Por eso, desde una desmitificación conceptual, el director
se aleja de la leyenda y busca la verdad como un valor revolucionario, nos
sitúa cercados por dos bandos que buscan lo mismo -dinero- en tierra de
depredadores, algo más real y consistente que la usurpación de unas pocas
tierras baldías a los indios.
Western crepuscular, retrato un tanto
esquematizado de hombres que se saben rehenes del tiempo que les ha tocado
vivir, Grupo salvaje recrea un universo polvoriento habitado por
bandidos corroídos por la incertidumbre de su existencia, y en donde la
interacción, la buena química de sus protagonistas -excelentes Holden y Ryan-,
muy alejados del héroe tradicional, hace que se refleje con meridiana precisión
la mirada distante y el cinismo de su autor. Rodada con pulso nervioso y dotada
de una atmósfera enfermiza, la película fue tachada por algunos sectores como
obra cumbre de exaltación de la violencia, pero sólo representa, en realidad,
una crítica incendiaria y un claro ejemplo sobre la ambición y el poder de
autodestrucción de la raza humana, el hombre eternamente atrapado y su
ferocidad como liberación de los demonios interiores con quienes no queda más
remedio que convivir.
Peckinpah sabe dotar siempre de una gran fuerza visual a
sus relatos, no obstante, la obra de este gran coreógrafo de la violencia
-famoso por sus brutales ralentís- mucho más que una luminosa explosión
estética, representa una muestra elocuente y paradigmática del horizonte que
recrea, y sus característicos personajes son siempre fruto del desengaño, la
desesperación y el escepticismo, una prueba de la amoralidad continua a que
obliga la supervivencia. The wild bunch contiene escenas
inolvidables por la impresionante violencia con que están rodadas, imágenes
simbólicas y vigor narrativo, si a esto le añadimos la impecable fotografía de
Lucien Ballard y el estupendo guión de Wallon Green, el resultado es el
penúltimo gran western de Hollywood.
Es una obra maestra tan violenta como hermosa. Su escena final, aquel momento en que deciden sin mediar palabra alguna que deben sacrificarse por su amigo, no tiene parangón en la historia del cine.
ResponderEliminarAunque, en general, sus últimos títulos no están a la altura de los que citas en el post, no te olvides de "La cruz de hierro", una espléndida muestra de cine bélico.
Un abrazo.
Estamos de acuerdo. Una gran película que se eleva como un monumento a este arte tan universal y que tanto amamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
El otro día volví a ver La Huida, mi favorita de este autor y del cine de todos los tiempos: las emociones son así.
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho "La Huida", está a la altura de otra de mis películas preferidas del maestro, "Quiero la cabeza de Alfredo Garcia" (ver en este blog), pero sinceramente creo que no está al nivel magistral de esta joya... Ni mucho menos es mi película favorita de todos los tiempos, pondría unos cientos antes que esa. Sin embargo, como bien dices, los gustos son como el culo, y todos tenemos uno.
ResponderEliminarEn cualquier caso, tengo vistas más de 25.000 películas a lo largo de vida y puede ser verdaderamente farragoso elegir.
Me gusta que el cine te emocione porque dice mucho de tu sensibilidad y tu amor por el arte. Si me preguntas si "Grupo Salvaje" está entre mis 100 películas favoritas de todos los tiempos, la respuesta es sí. Aunque no tiene nada de especial ni de original, conmigo coinciden miles de criticos de todo el mundo.
Un abrazo.