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miércoles, 28 de octubre de 2015

TOC TOC (KNOCK KNOCK, 2015) LO ULTIMO DE ELI ROTH

 

    Desde que dirigió la irregular Hostel 2 (2007), Eli Roth se ha dedicado a colaborar en proyectos de bajo presupuesto para sus amiguetes chilenos; Aftershock (Nicolas López, 2012), film en el que además de colaborar en el guión es uno de sus principales protagonistas; o dejar que su nombre figure en películas como The Stranger (Guillermo Amoedo, 2014) otorgando así un impulso al producto. También ha tenido tiempo de firmar un par de telefilms, Henlock Grove y South of Hell, y un mediocre homenaje al clásico de culto Holocausto caníbal titulado Green inferno (2013). Lo último que el director de Cabin Fever ha realizado es este thriller que insiste en la variante de los secuestros domésticos y que actualiza un viejo film explotation setentero titulado Death Game que fue dirigido por Peter S. Traynor en 1977 y que es conocido en España por el título Las sádicas.
      


     La trama es sencilla: durante un aguacero, dos jóvenes muy atractivas, Génesis y Bel (Lorenza Izzo y Ana de Armas) llaman a la puerta de un arquitecto y antiguo DJ, Evan Webber (Keanu Reeves) que se encuentra sólo por motivos de trabajo mientras su familia pasa fuera el fin de semana. Evan, accede a dejarlas pasar para que sequen su ropa mientras les llama a un taxi. Sin embargo, las intenciones de las dos chicas son otras y tratarán de seducirle complicando así su vida perfecta.
     

      Como apuntaba antes, la premisa del film surge del citado film setentero, pero está claro que lo que pretende Eli Roth es hacer un guiño o rendir tributo de alguna manera a la magnífica Funny Games de Haneke, pero con el atractivo añadido de presentar como villanas a dos pibones que serán, finalmente, la excusa perfecta para ver la película. Una osadía, por otra parte. La otra excusa es el nombre de Eli Roth, que siempre se asocia a un cine terror y emociones fuertes. Aun así, será justo reconocer que Toc toc (Knock knock) se ve con facilidad a pesar de que es un film sin garra que resulta entretenido mientras se ve pero que el único poso que deja es la visión de los esculturales cuerpos de sus dos bellezones, la española y siempre carnal y morbosa Ana de Armas y la chilena Lorenza Izzo (actual pareja sentimental y musa de Roth).  


      Y es que la película depara pocas sorpresas, más allá de asistir al enésimo juego del gato y el ratón dentro del laberinto del ámbito doméstico que siempre desarrolla recursos muy trillados y limitados,  sin saber explotar el aliciente sexual, que queda muy difuminado por un tratamiento sutil y pusilánime. Un thriller convencional en el que el director deja de lado el gore y la casquería, y en donde Keanu Reeves sobrelleva de la mejor manera posible un papel en el que apenas proyecta su carisma ni se siente motivado, dando la impresión de que las torturas que le infringen las dos jóvenes psicópatas resultan inofensivas y redundantes. Tras el padecimiento, más bien inocuo del protagonista y su desazón porque nada de lo ocurrido llegue al conocimiento de su mujer, Eli Roth nos depara un final anticlimático fofo y acorde con el conjunto, un final que queda envuelto en una moraleja sobre lo difícil que lo tenemos los hombres para resistirnos a según qué tentaciones.


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