Tomando como base literaria la novela homónima y de carácter
autobiográfico de la escritora Marguerite
Duras, el talentoso director francés Jean-Jacques
Annaud (El Oso, El nombre de la Rosa, Enemigo
a las puertas, El último lobo) realiza una de las
películas eróticas más comentadas de la década de los 90 y una de las más
elegantes muestras de cine erótico de todos los tiempos. Veamos: En la Vietnam
colonial de 1929, una adolescente francesa (Jane March) que vive con su madre y
sus dos hermanas, conoce a un apuesto comerciante chino (Tony Leung). A pesar
de las tensiones que se viven en el sureste asiático y a la gran diferencia de
edad entre ambos, pronto se convierten en amantes.
Estamos seguros de que en otras manos, la adaptación
al cine de la novela de Duras hubiera arrojado unos resultados más efectistas y
chabacanos, pero el puntillismo y virtuosismo de uno de los mejores directores
franceses de las últimas décadas, nos regala un film que relega los
acontecimientos históricos a un segundo plano para desarrollar con la mayor
plasticidad y esmero la pasión entre el apuesto negociante chino y la pícara
colegiala, una Jane March apetecible
con trenzas y sombrero a pesar de que sus dotes interpretativas, como se
demostraría en sus siguientes películas, son muy limitadas. Una excelente fotografía a cargo de Robert
Fraise, una banda sonora inolvidable creada por Gabriel Yared y una cuidada
puesta en escena ayudan a crear la atmósfera necesaria para una serie de
secuencias eróticas rodadas con un toque estético exquisito, conformando una
cadenciosa melodía sexual que alterna sugerentes primeros planos con lascivos planos
de detalle.
Lolita
irresistible, caprichosa y egoísta, Jane March nos embelesa en el único papel
lustroso de toda su olvidable carrera, dando réplica al guapo actor hongkonés
Tony Leung, un habitual de las películas de acción y artes marciales que aquí
pone toda su encanto al servicio de un relato erótico filmado con excitante
realismo y una fisicidad sorprendente. Utilizando el recurso de la voz en off
que en la versión original pertenece a la mítica actriz francesa Jeanne Moreau, el espectador se ve
transportado a la tórrida sauna de un paisaje húmedo, caliente y sensual, en
donde el cuerpo liviano de sutiles y tentadoras curvas y la tensión carnal de
una adolescente con fuego en la mirada, será la condena de amor de un rico y
adulto comerciante chino, experto en las artes amatorias y desbordado por un
deseo que mantendrá indeleble en su memoria.
No me acordaba de que la película fuese tan explícita. La recuerdo muy bonita pero sin sustancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues te aconsejo que la vuelvas a ver... si puede ser acompañado aunque de vez en cuando a uno le apetece un soliloquio. Encontrarás detalles y matices que se te escaparon en un primer visionado y que agradecerás descubrir, a mí me ha pasado en cada nuevo visionado y la he visto varias veces.
ResponderEliminarEs el deseo, amigo Ricard, y encontrarás sustancias, ya que "El Amante" es uno de los films más valorados por los amantes -valga la redundancia- del cine erótico porque además de estar rodada con la elegancia acostumbrada en uno de los mejores directores franceses de las últimas décadas, relata una de las fantasías más apetecidas por todos los hombres heterosexuales, sobre todo si son maduritos.
Un abrazo.