La venganza del ahorcado
LA HORCA êê
LA HORCA êê
DIRECTOR: TRAVIS CLUFF, CHRIS LOFING.
INTÉRPRETES: CASSIDY GIFFORD, PFEIFER BROWN, RYAN SHOOS,
REESE MISHLER, ALEXIS SCHNEIDER, DONNA ROBINSON.
GÉNERO: TERROR / EE.UU
/ 2015 DURACIÓN: 81 MINUTOS.
Sólo el amor que
tienen por el género de terror sus dos responsables, los guionistas y
directores del film Travis Cluff y Chris Lofing, ha obrado el milagro para
que una película como La Horca se exhiba en las salas de
todo el mundo. El dúo no tenía ni un centavo para llevar a cabo el proyecto
aunque contaban con una idea que les apetecía mucho contar, una historia que
tomando como referencia exitosos y rentabilísimos films como El
proyecto de la bruja Blair y Paranormal activity pensaron que se
podía llevar a cabo con un presupuesto de guerrilla. Se pusieron manos a la
obra y lograron varios miles de dólares de aquí y de allá siguiendo esa máxima
que dice que para hacer una película lo que más importa es talento. Así, con un
mísero presupuesto, un exiguo equipo técnico
y un reparto desconocido rodaron la película en Fresno durante dos semanas. Posteriormente
realizaron un tráiler que sirvió para llamar la atención de algunos productores
que aportaron dinero para remontar algunas escenas, pulir ciertos aspectos y
promocionar la cinta. Aunque esto es así la función está muy limitada por los
escasos medios y la bisoñez del equipo técnico/artístico.
Rodado al igual que
las películas anteriormente citadas en formato de metraje encontrado o found
footage, La Horca abraza la tradición del slasher clásico para situarnos veinte
años después de un accidente en el que falleció el protagonista de la obra de teatro de un instituto titulada
“La Horca”, estrangulado tras fallar una horca de utilería, los estudiantes de
ese centro educativo de un pequeño pueblo tienen la feliz idea de resucitar la
fallida representación con la intención de rendir un homenaje en el aniversario
de la tragedia. Pero cuando empiezan a morir uno a uno, descubrirán que hubiera
sido mejor dejar las cosas como estaban.
Lo peor que se
puede decir de la función es que no inventa nada y se encuadra dentro de las constantes
de un género muy dado a repetir esquemas y trucos; lo mejor es que el film no
resulta nada pretencioso y a pesar de la sensación déjà vu y lo previsible de
cada situación logra crear un estado de inquietud y sobresalto incluso cuando
los sustos se ven venir. Todo parece ya inventado desde que la película para mí
seminal rodada con el recurso del found footage, Holocausto caníbal
(Ruggero Deodato, 1980) creara la polémica allí donde se estrenó y los
espectadores pudieron soportar su visionado, pero hasta la fecha es REC
(Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007) el film que más me ha atrapado; rodado con
sorprendente fisicidad, autenticidad y dotado de un tono orgánico viscoso y
tenso aun en sus aportes irónicos y costumbristas. En La Horca los lugares
comunes se adivinan con la predecible leyenda maldita que rodea a la obra
teatral a raíz de la muerte aparentemente accidental de Charlie, instituido en
presencia, amenaza y venganza espectral. Su irrupción se hace esperar y
mientras tanto conocemos a los cuatro bordes con todos los boletos para
convertirse en carnaza, sus bromas su humor tosco y su obsesión por grabarlo
todo, una cámara afectada por el Parkinson que maneja un tal Ryan. Los efectos
de sonido se imponen como el mejor recurso para el susto cuando los cuatro
jóvenes queden encerrados por la noche en la escuela, eso y un cúmulo de
imágenes vertiginosas y difusas tomando como fondo un lugar realmente
siniestro.
La historia podía haber dado más
juego si sus responsables se hubieran decantado por senderos más sutiles y sin
incidir en trucos demasiado sobados (móviles que se quedan sin señal, cámaras
digitales no reproducen o se quedan sin batería, verborreas explicativas
innecesarias) y que hacen difícil que el componente verídico cale en el
espectador. Los escasos 80 minutos de metraje pasan en un suspiro, de ahí que
el respetable no tenga tiempo para aburrirse ni sentirse muy mareado por el
explotado recurso del formato de
registro con cámara en mano e interpretamos enseguida que existe una ilusión
por crear un nuevo mito enmascarado del terror urbano que busca venganza con
una soga a modo de horca en la mano. Cluff y Lofing hacen uso del fuera de
campo con cierta brusquedad, inflamando la sensación de suspense a través del
objetivo de una cámara que recorre los rincones más macabros del lugar, un
espacio de sombras por donde se mueve con soltura el espíritu rencoroso de
Charlie ávido de carnaza. La Horca hubiera gozado de un gran éxito
y tratamiento de culto de haberse estrenado dos décadas atrás, hoy su puesta en
escena, inventiva y mecánica resultan obsoletas, anacrónicas, tanto como los
ecos y resonancias que percibimos sobre películas míticas como Carrie y otras cintas ochenteras. Mezcla
de terror paranormal y slasher, los directores nos enseñan muy pronto sus
cartas aunque les perdonamos la torpeza debido a que estamos ante una ópera
prima que se verá beneficiada por el efecto viral que multiplicará hasta el
infinito el dinero invertido.
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