LA LEY DEL SILENCIO
(ON THE WATERFRONT)
Drama Social - USA, 1954 - 103
Minutos.
DIRECTOR: ELIA KAZAN.
INTÉRPRETES: MARLON BRANDO, EVA MARIE SAINT,
ROD STEIGER, J. LEE. COBB, KARL MALDEN.
Elia Kazan (Estambul, 1909 - Nueva
York, 2003) emigra a Estados Unidos en los primeros años de la segunda década
del pasado siglo. Tras graduarse en Arte Dramático por la Universidad de Yale,
entra a formar parte del famoso Group Theatre de Lee Strasberg, convirtiéndose
en un prestigioso director teatral. En 1947 es uno de los miembros
fundacionales del Actor’s Studio de Nuva York, en donde sus métodos de
enseñanza tendrán una clara influencia en la nueva corriente interpretativa de
una joven generación de actores. Proyecta junto a Strasberg a figuras tan
emblemáticas de la pantalla grande como Marlon Brando, Paul Newman, James Dean,
Montgomery Clift. Acusado de comunista y presionado por la Cámara de
Representantes sobre Actividades Antiamericanas (HUAC), denuncia a sus antiguos
camaradas del PCA, como consecuencia de ello su reputación se verá seriamente
dañada, pero como para demostrar su gran talento -algo que nadie había puesto
en duda- es a partir de entonces cuando rueda las mejores películas de su
prolífica carrera. Entre lo más granado de su filmografía destacan: Un
tranvía llamado deseo (1951), ¡Viva Zapata! (1952), Al este del
edén (1955), Baby doll (1956), América, América (1963), Los
visitantes (1972).
Basada en la novela de Budd Schulberg
adaptada por él mismo, La ley del silencio nos cuenta la historia de
Terry Malloy (Marlon Brando) un joven obrero portuario que se enfrenta al poder
y la fuerza que supone el mafioso sindicato de estibadores, una organización
controlada por un hampón sin escrúpulos (J. Lee Cobb). El hermano mayor de
Terry (Rod Steiger) es miembro de dicha organización, lo que le obliga a
mantener una lucha interior entre la lealtad al sindicato y su amor a la
familia. La vida de los trabajadores está controlada por el jefe mafioso, Terry
intentará, prácticamente en solitario, que la situación cambie.
Rodada tras la panfletaria y maniquea Fugitivos
del terror rojo (1953) un torpe alegato anticomunista, On the waterfront
se presenta como un vehículo más -el mejor a su alcance- para que Kazan se
autojustifique por su postura -realmente repugnante- en la tristemente famosa
caza de brujas emprendida desde Washington en 1947, pero si perdemos de vista
esta perspectiva y nos centramos en lo que verdaderamente nos importa, sus
valores artísticos, todos llegaremos a la conclusión de que estamos ante una
película genial, con escenas de una enorme carga emotiva. Un trabajo para el
que el director vuelve a contar con Brando, que nos regala una vez más una
actuación memorable. Si en ¡Viva Zapata! el realizador nos envía un
mensaje sobre la corrupción que genera el poder, La ley del silencio se
nos presenta como una clara apología de la delación y los motivos humanos que
en último término la pueden justificar. Terry Malloy, un joven rebelde hastiado
y desilusionado -“yo podía haber sido un buen boxeador”, le
confiesa a su hermano con gran tristeza y frustración- ofrece el engranaje
perfecto sobre el que Elia Kazan articula su mensaje de denuncia sociopolítica.
Terry sabe contra quien lucha, a quien desafía, busca justicia, acabar con la
explotación, pero es consciente de que está solo, lo que hace su enfrentamiento
más épico, su lucha más dramática. El cineasta, con una tendencia evidente para
dotar a sus relatos de un tono elegíaco y de revestir a sus intrépidos
protagonistas de un aura conceptual, consigue que -a pesar de su calculado
efectismo- la historia sea creíble, en parte por su buen trabajo en la
dirección de actores y en parte por su ya característica sobriedad.
En La ley del silencio todo está en
su sitio; el sacerdote, al lado del oprimido; el jefe opresor, intentando
mantener su poder por encima de todo; la chica -una candida Eva Marie Saint-
honrada y humilde se enamora del héroe; el hermano mayor le puede la fuerza de
la sangre y busca proteger a su hermano; los obreros oprimidos y asustados,
temerosos de las represalias; y Terry, un hombre condenado a entrar en acción y
tomar decisiones cuyos efectos serán demoledores. El orden lógico para unas
piezas que se mueven por un laberinto lleno de trampas. El film ganó 8 Oscars
de Hollywood, incluidos los de Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Actriz
Secundaria y Mejor Guión.
La interpretación de Brando es espléndida y la película todo un clásico, lo mejor que dirigió Kazan, con permiso de "Esplendor en la hierba".
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy contigo, Ricard, esta película marcó, junto con "Marcado por el odio" (Robert Wise, 1956) un antes y un después en los modos, recursos y matices de la interpretación. Hasta tal punto que su influencia se deja notar aún hoy. El gran talento actoral y el corpus dramático y emocional de la función nos ha dejado varias de las mejores -y más imitadas- secuencias de la historia del cine. Brando se se hizo grande y el cine alcanzó una sublime dimensión lírica. Una obra maestra absoluta.
ResponderEliminarPor cierto, si algún día te apetece, puedes darle una oportunidad a "Los Visitantes" (1972), una de las películas menos conocidas de Kazan y una de las primeras en tratar los estragos que la guerra de Vietnam dejó en los soldados que regresaron. Un film verdaderamente claustrofóbico.
Un abrazo.
Estoy contigo, Ricard, esta película marcó, junto con "Marcado por el odio" (Robert Wise, 1956) un antes y un después en los modos, recursos y matices de la interpretación. Hasta tal punto que su influencia se deja notar aún hoy. El gran talento actoral y el corpus dramático y emocional de la función nos ha dejado varias de las mejores -y más imitadas- secuencias de la historia del cine. Brando se se hizo grande y el cine alcanzó una sublime dimensión lírica. Una obra maestra absoluta.
ResponderEliminarPor cierto, si algún día te apetece, puedes darle una oportunidad a "Los Visitantes" (1972), una de las películas menos conocidas de Kazan y una de las primeras en tratar los estragos que la guerra de Vietnam dejó en los soldados que regresaron. Un film verdaderamente claustrofóbico.
Un abrazo.
Hala, otra vez sale repetido mi comentario, pues ahí se queda, no tengo ganas de borrarlo.
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