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viernes, 13 de marzo de 2015

CRÍTICA: "CHAPPIE"

Una película palomitera sin demasiado recorrido
CHAPPIE êêê
DIRECTOR: NEILL BLOMKAMP.
INTÉRPRETES: HUGH JACKMAN, DEV PATEL, YO-LANDI VISSER, NINJA, SIGOURNEY WEAVER.
GÉNERO: CIENCIA-FICCIÓN / EE. UU. / 2015  DURACIÓN: 120 MINUTOS.   
        

    
      El director sudafricano Neill Blomkamp logró uno de los mejores debut que recuerdo con District 9 (2009) un film sobre millones de alienígenas malviviendo en barracones insalubres a modos de campos de concentración y que de vez en cuando son raptados para ser víctimas de crueles experimentos. La película, ambientada en un Johannesburgo distópico e  hiperviolento, se convertía en una severa denuncia sobre el apartheid y la segregación racial, la discriminación, los problemas de la inmigración, el tráfico de armas y los genocidios. Al espectador no le quedó más remedio que empatizar con las extrañas criaturas debido a la terrible visión que reflejaba el espejo de nuestra historia. Con Elysium (2013) cinta incomprensiblemente infravalorada, la denuncia exploraba las cada vez más grandes diferencias entre ricos (instalados cómodamente en la estación espacial Elysium) y los pobres que malviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. En el film, Matt Damon da vida a un obrero que, tras recibir una dosis mortal de radiación, hará lo posible por colarse en ese paraíso espacial para servirse de las estaciones médicas de alta tecnología que usan sus habitantes para mantenerse sanos y jóvenes.
     

     
       En una Sudáfrica hiperviolenta, el gobierno se ve obligado a tomar cartas en el asunto y encarga a una empresa robótica una auténtica legión de centinelas para  mantener el orden y la paz. Bajo la administración de la mano de hierro de Michelle Bradley (Sigourney Weaver) y el diseño del brillante ingeniero Devon (Dev Patel) se consigue crear una patrulla de entes cibernéticos que ayudan a la policía sudafricana a pacificar las calles. Por otro lado está Vincent Moore (Hugh Jackman) un ingeniero rival contrario a la inteligencia artificial y que tiene El Alce, un gigantesco robot  que debe ser manejado a distancia por un ser humano, el proyecto rival de los robots de Devon. Éste quiere dar un paso más y crear un robot plenamente consciente de su propia existencia. Para ello roba material de la compañía y programa una nueva inteligencia artificial para un robot caído en combate. Pero en ese momento es secuestrado por dos delincuentes Yolandi y Ninja (Yolandi Visser y Ninja), y el robot Chappie (voz de Charlto Copley) cae así en las peores manos posibles. Chappie, apenas un niño, aprenderá lo que significa ser humano mientras todo el mundo le persigue por ser diferente.


                              
        Alguien podría argumentar que Blomkamp se muestra reiterativo en la temática de sus películas (la obsesión por la tecnología, la ultraviolencia, la inmersión en los guetos y bajos fondos y el abismo que separa a los ricos y los pobres) y que sus tres últimos trabajos se pueden visionar en un continuo movimiento radial. Pero, sin afirmar que eso sea así, ese bucle o movimiento circular nos ofrece todo un universo rebosante de alicientes y jugosos detalles. Con ecos referenciales de Cortocircuito (John Badham, 1986) que hoy muchos reivindican pero que no pasa de ser una de las típicas y simples comedias palomiteras de los años ochenta, y RoboCop (Paul Verhoeven, 1987), el mayor problema de Chappie es la molesta sensación déjà vu y la poco lograda mixtura entre el drama y la comedia, una delicada mezcla para la que siempre se ha de saber elegir muy bien las situaciones  y los tiempos, sobre todo cuando la historia se me antoja poco original y las subtramas que se derivan de ella resultan en exceso rocambolescas; al fin en Chappie lo que importa es el despertar de la consciencia y el proceso de aprendizaje de un robot de titanio humanoide dotado de inteligencia artificial  (tan inocente como un niño recién nacido) que será maltratado en un mundo extraño donde sólo importan los intereses espurios. Con un guión sencillo que el director firma junto a su esposa y en donde la diferencia de clase está otra vez presente en un Johannesburgo de tono ciberpunk y zonas radicalmente separadas, Chappie cumple con su misión de entretener si pasamos por alto su deslavazada estructura narrativa, dejando una vez más constancia de la pericia del cineasta para realizar imponentes efectos visuales y diseños robóticos, a través de una denuncia de carácter local pero que expande sus tentáculos de forma globalizadora.
     


         Espectáculo con conciencia social llamaríamos a eso de no ser por las constantes desordenadas de su mensaje. Blomkamp aporta de nuevo dosis alteradas de acción, compromiso social, dramatismo y ternura, dotando al incomprendido robot de una pureza infantil que anhela nuestra atención por esa búsqueda incesante  de nuestro lugar en el mundo, el carácter depredador y autodestructivo inherente en el ser humano y que pone énfasis en el inquietante interrogante de hacia dónde vamos. Aunque los apuntes filosóficos sobre la violenta naturaleza humana, el significado de la consciencia y las ventajas y peligros de la inteligencia artificial pueden quedar cosidos a las costuras de la trama de manera poco consistente, lo mejor que puede hacer el espectador es sumergirse en la pantalla  y disfrutar de la función en su aspecto más lúdico y gamberro, con la oportunidad de disfrutar de la música de Yo-Landi y Ninja (Die Antwoord) que lo empapa todo, padres malvados adoptivos de Chappie al que utilizarán para sus negocios criminales y que no desentonan en un film carente de buenas interpretaciones de actores de carne y hueso, olvidemos por completo la anecdótica intervención de Sigourney Weaver y el mediocre trabajo de Hugh Jackman. Porque lo mejor está en el trabajo de Charlto Copley otorgando movimientos y voz al sufrido robot protagonista. Chappie es una buena idea en parte desaprovechada que luce más por su puesta en escena que por su torpe desarrollo narrativo. 


4 comentarios:

  1. Detecto cierta decepción en tu reseña del último trabajo de Blomkamp.

    Un abrazo.

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  2. La función resulta entretenida aunque sientes una molesta sensación déjà vu, claro que eso era algo esperado con los referentes que le sirven de inspiración. Aun así, no es un film despreciable a pesar de lo reiterativo de su mensaje.

    Un abrazo.

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  3. No puedo judgar la película porque sencillamente no la he visto aún, no obstante me limitaré a hablar de su director "Blomkamp", el cual siempre me ha parecido uno de los grandes reivindicadores de los derechos humanos en la época que nos ha tocado vivir, tal y como lo es nuestro queridísimo Arturo Perez Reverte.
    Es indudable que vivimos en una época que retrocede en cuanto a derechos humanos o humanidad se refiere, dando más importancia a la estética y el materialismo que al sentido puro de la vida.
    Tuve hace muy poco una desafortunada conversación con un familiar mío por un asunto muy parecido, la decisión de proteger a los animales, lo que es muy encomiable siempre y cuando nunca se interponga la vida de un ser humano, y me explico; Un perro que se está atrapado en una corriente de agua o un río desbordado y un ser humano más allá en las mismas condiciones, con la diferencia que al ser humano lo conocemos y no ha sido muy buena persona en su vida. ¿A quien salvamos de los dos, al pobre perrito que nunca a echo daño a nadie, o al deplorable ser humano que pide auxilio por su miserable vida?.

    Por tanto el trabajo de este director siempre me ha parecido como poco un trabajo atrevido en tiempos difíciles, habla de temas que nadie quiere oír, de humanidad, de diferencias sociales, de fronteras socio culturales y de moralejas que dejan claro que es lo correcto, y por supuesto lo incorrecto, de los despropósitos de las corporaciones, de las inmoralidades de las farmacéuticas y sus vasallos, las clases poderosas y adineradas.
    Imagino que Chappie, será otra obra reivindicativa de esta humanidad cada vez más carente en esta triste y descolorida sociedad de consumo, orquestada y dirigida por unos pocos pudientes amparados en su massmedia de crimen y terror para mantener a las poblaciones menos afortunadas intelectualmente bien acongojadas y dispuestas a agacharse rezando el "Si, buana.. Sí, buana".

    Particularmente este director de cine me gusta, me gusta mucho, y más me gustaría que otros directores se unieran a hablar de verdaderos problemas actuales, en vez de hacerles la cama a multinacionales, corporaciones y demás entidades de deleznable condición.

    Por cierto... Yo salvaría al despreciable ser humano, todo sea que con semejante shock y vislumbrar la muerte de cerca, aprendiera la razón de la existencia y de la necesidad que tenemos los unos de los otros ;)

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  4. Pues ya me contarás cuando la veas, Oli, pero ni mucho menos está a la altura de "District 9". En lo que sí estoy de acuerdo contigo es que resulta chispeante la presencia de Blomkamp en el nuevo cine sci-fi y el fantástico, siempre preocupado por una suerte de interés en las desigualdades sociales y el racismo que sigue empapándolo todo en nuestra podrida sociedad. El sudafricano debería pulir más el guión de su siguiente trabajo y cambiar un poco la temática para no resultar reiterativo.

    También yo hubiera salvado al tipo indeseable, aunque siento una particular ternura por los animales.

    Un abrazo.

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