Una película palomitera sin demasiado
recorrido
CHAPPIE êêê
DIRECTOR: NEILL BLOMKAMP.
INTÉRPRETES: HUGH JACKMAN, DEV PATEL, YO-LANDI VISSER,
NINJA, SIGOURNEY WEAVER.
GÉNERO:
CIENCIA-FICCIÓN / EE. UU. / 2015 DURACIÓN: 120 MINUTOS.
El director
sudafricano Neill Blomkamp logró uno
de los mejores debut que recuerdo con District 9 (2009) un film sobre
millones de alienígenas malviviendo en barracones insalubres a modos de campos
de concentración y que de vez en cuando son raptados para ser víctimas de
crueles experimentos. La película, ambientada en un Johannesburgo distópico
e hiperviolento, se convertía en una
severa denuncia sobre el apartheid y la segregación racial, la discriminación,
los problemas de la inmigración, el tráfico de armas y los genocidios. Al espectador
no le quedó más remedio que empatizar con las extrañas criaturas debido a la
terrible visión que reflejaba el espejo de nuestra historia. Con Elysium
(2013) cinta incomprensiblemente infravalorada, la denuncia exploraba las cada
vez más grandes diferencias entre ricos (instalados cómodamente en la estación
espacial Elysium) y los pobres que malviven como pueden en una Tierra devastada
y superpoblada. En el film, Matt Damon da vida a un obrero que, tras recibir
una dosis mortal de radiación, hará lo posible por colarse en ese paraíso
espacial para servirse de las estaciones médicas de alta tecnología que usan
sus habitantes para mantenerse sanos y jóvenes.
En una Sudáfrica
hiperviolenta, el gobierno se ve obligado a tomar cartas en el asunto y encarga
a una empresa robótica una auténtica legión de centinelas para mantener el orden y la paz. Bajo la
administración de la mano de hierro de Michelle
Bradley (Sigourney Weaver) y el
diseño del brillante ingeniero Devon
(Dev Patel) se consigue crear una patrulla de entes cibernéticos que ayudan a
la policía sudafricana a pacificar las calles. Por otro lado está Vincent Moore (Hugh Jackman) un ingeniero rival contrario a la inteligencia
artificial y que tiene El Alce, un gigantesco robot que debe ser manejado a distancia por un ser
humano, el proyecto rival de los robots de Devon. Éste quiere dar un paso más y
crear un robot plenamente consciente de su propia existencia. Para ello roba
material de la compañía y programa una nueva inteligencia artificial para un
robot caído en combate. Pero en ese momento es secuestrado por dos delincuentes
Yolandi y Ninja (Yolandi Visser y Ninja), y el robot Chappie (voz de Charlto Copley) cae así en las peores manos
posibles. Chappie, apenas un niño, aprenderá lo que significa ser humano
mientras todo el mundo le persigue por ser diferente.
Alguien podría argumentar que
Blomkamp se muestra reiterativo en la temática de sus películas (la obsesión
por la tecnología, la ultraviolencia, la inmersión en los guetos y bajos fondos
y el abismo que separa a los ricos y los pobres) y que sus tres últimos
trabajos se pueden visionar en un continuo movimiento radial. Pero, sin afirmar
que eso sea así, ese bucle o movimiento circular nos ofrece todo un universo
rebosante de alicientes y jugosos detalles. Con ecos referenciales de Cortocircuito
(John Badham, 1986) que hoy muchos reivindican pero que no pasa de ser una de
las típicas y simples comedias palomiteras de los años ochenta, y RoboCop
(Paul Verhoeven, 1987), el mayor problema de Chappie es la molesta sensación
déjà vu y la poco lograda mixtura entre el drama y la comedia, una delicada
mezcla para la que siempre se ha de saber elegir muy bien las situaciones y los tiempos, sobre todo cuando la historia
se me antoja poco original y las subtramas que se derivan de ella resultan en
exceso rocambolescas; al fin en Chappie lo que importa es el despertar de la
consciencia y el proceso de aprendizaje de un robot de titanio humanoide dotado
de inteligencia artificial (tan inocente
como un niño recién nacido) que será maltratado en un mundo extraño donde sólo
importan los intereses espurios. Con un
guión sencillo que el director firma junto a su esposa y en donde la diferencia
de clase está otra vez presente en un Johannesburgo de tono ciberpunk y zonas
radicalmente separadas, Chappie
cumple con su misión de entretener si pasamos por alto su deslavazada
estructura narrativa, dejando una vez más constancia de la pericia del cineasta
para realizar imponentes efectos visuales y diseños robóticos, a través de una
denuncia de carácter local pero que expande sus tentáculos de forma
globalizadora.
Espectáculo con
conciencia social llamaríamos a eso de no ser por las constantes desordenadas
de su mensaje. Blomkamp aporta de nuevo dosis alteradas de acción, compromiso
social, dramatismo y ternura, dotando al incomprendido robot de una pureza
infantil que anhela nuestra atención por esa búsqueda incesante de nuestro lugar en el mundo, el carácter
depredador y autodestructivo inherente en el ser humano y que pone énfasis en
el inquietante interrogante de hacia dónde vamos. Aunque los apuntes filosóficos sobre la violenta naturaleza humana, el
significado de la consciencia y las ventajas y peligros de la inteligencia
artificial pueden quedar cosidos a las costuras de la trama de manera poco
consistente, lo mejor que puede hacer el espectador es sumergirse en la
pantalla y disfrutar de la función en su
aspecto más lúdico y gamberro, con la oportunidad de disfrutar de la música
de Yo-Landi y Ninja (Die Antwoord) que lo empapa todo, padres malvados adoptivos
de Chappie al que utilizarán para sus negocios criminales y que no desentonan
en un film carente de buenas interpretaciones de actores de carne y hueso,
olvidemos por completo la anecdótica intervención de Sigourney Weaver y el
mediocre trabajo de Hugh Jackman. Porque lo mejor está en el trabajo de Charlto
Copley otorgando movimientos y voz al sufrido robot protagonista. Chappie
es una buena idea en parte desaprovechada que luce más por su puesta en escena
que por su torpe desarrollo narrativo.
Detecto cierta decepción en tu reseña del último trabajo de Blomkamp.
ResponderEliminarUn abrazo.
La función resulta entretenida aunque sientes una molesta sensación déjà vu, claro que eso era algo esperado con los referentes que le sirven de inspiración. Aun así, no es un film despreciable a pesar de lo reiterativo de su mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
No puedo judgar la película porque sencillamente no la he visto aún, no obstante me limitaré a hablar de su director "Blomkamp", el cual siempre me ha parecido uno de los grandes reivindicadores de los derechos humanos en la época que nos ha tocado vivir, tal y como lo es nuestro queridísimo Arturo Perez Reverte.
ResponderEliminarEs indudable que vivimos en una época que retrocede en cuanto a derechos humanos o humanidad se refiere, dando más importancia a la estética y el materialismo que al sentido puro de la vida.
Tuve hace muy poco una desafortunada conversación con un familiar mío por un asunto muy parecido, la decisión de proteger a los animales, lo que es muy encomiable siempre y cuando nunca se interponga la vida de un ser humano, y me explico; Un perro que se está atrapado en una corriente de agua o un río desbordado y un ser humano más allá en las mismas condiciones, con la diferencia que al ser humano lo conocemos y no ha sido muy buena persona en su vida. ¿A quien salvamos de los dos, al pobre perrito que nunca a echo daño a nadie, o al deplorable ser humano que pide auxilio por su miserable vida?.
Por tanto el trabajo de este director siempre me ha parecido como poco un trabajo atrevido en tiempos difíciles, habla de temas que nadie quiere oír, de humanidad, de diferencias sociales, de fronteras socio culturales y de moralejas que dejan claro que es lo correcto, y por supuesto lo incorrecto, de los despropósitos de las corporaciones, de las inmoralidades de las farmacéuticas y sus vasallos, las clases poderosas y adineradas.
Imagino que Chappie, será otra obra reivindicativa de esta humanidad cada vez más carente en esta triste y descolorida sociedad de consumo, orquestada y dirigida por unos pocos pudientes amparados en su massmedia de crimen y terror para mantener a las poblaciones menos afortunadas intelectualmente bien acongojadas y dispuestas a agacharse rezando el "Si, buana.. Sí, buana".
Particularmente este director de cine me gusta, me gusta mucho, y más me gustaría que otros directores se unieran a hablar de verdaderos problemas actuales, en vez de hacerles la cama a multinacionales, corporaciones y demás entidades de deleznable condición.
Por cierto... Yo salvaría al despreciable ser humano, todo sea que con semejante shock y vislumbrar la muerte de cerca, aprendiera la razón de la existencia y de la necesidad que tenemos los unos de los otros ;)
Pues ya me contarás cuando la veas, Oli, pero ni mucho menos está a la altura de "District 9". En lo que sí estoy de acuerdo contigo es que resulta chispeante la presencia de Blomkamp en el nuevo cine sci-fi y el fantástico, siempre preocupado por una suerte de interés en las desigualdades sociales y el racismo que sigue empapándolo todo en nuestra podrida sociedad. El sudafricano debería pulir más el guión de su siguiente trabajo y cambiar un poco la temática para no resultar reiterativo.
ResponderEliminarTambién yo hubiera salvado al tipo indeseable, aunque siento una particular ternura por los animales.
Un abrazo.