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miércoles, 25 de febrero de 2015

HOMENAJE A TINTO BRASS (I)

SALÓN KITTY (1976)
        

            En plena Segunda Guerra Mundial, los alemanes sustituyen a las prostitutas polacas de un famoso burdel, Salón Kitty, por bellas e inteligentes mujeres alemanas simpatizantes del partido nazi. Pero Kitty, la dueña del burdel, no está de acuerdo con las nuevas reglas y decide plantarle cara a los nazis. La Gestapo, sin tener en cuenta las quejas de Kitty, sigue adelante con su proyecto de entrenar a las alemanas para lograr que sean experimentadas prostitutas. Brass reflexiona sin mucho acierto sobre el poder con la excusa de los excesos y depravaciones nazis y sus disparatadas obsesiones.


CALÍGULA (1979)
       

          Con producción de la revista erótica Penthouse, Brass nos introduce en una trama de elevado contenido erótico que narra el ascenso y caída del emperador romano Calígula, sobrino e hijo adoptivo del emperador Tiberio. Su crueldad insoportable para hacerse con el trono y su afición a las orgías, humillaciones y vejaciones. Con guión de Gore Vidal y Bob Guccione, banda sonora a cargo de Morricone y unos actores competentes, Calígula es un film irregular debido a las constantes intromisiones de Guccione, el fundador de Penhouse, y lo más destacable son las intrigas palaciegas, aunque en una versión extendida el espectador podrá darse un festín de sangre y sexo.


LA LLAVE SECRETA (1983)
       
        
       Drama erótico impregnado de todas las constantes y obsesiones de su director, que aquí nos remonta a la Italia fascista de los años 40 y nos presenta a un matrimonio compuesto por una atractiva mujer madura (Stefanía Sandrelli) y su marido, un hombre insatisfecho sexualmente. Al cumplir el vigésimo  aniversario de boda, descubren sus respectivos diarios íntimos en donde especifican sus fantasías sexuales. Inician entonces un perverso juego sexual donde tendrán cabida otras personas. En Italia el film produjo un sonoro escándalo por la crudeza erótica de la función y porque una actriz del prestigio de Stefanía Sandrelli (con 37 años entonces) decidió rodar escenas muy subidas de tono.
            

MIRANDA (1985)
          

      Miranda (Serena Grandi) es la encargada de un hostal en un pequeño pueblo italiano que empieza a probar a los distintos hombres disponibles. Comedia muy simple de la que únicamente salvamos las impresionantes curvas de la morbosa Serena Grandi, que en ausencia de su marido por los avatares de la guerra, se cepilla a todo aquel que llega a la cantina, sea éste un marqués o un turista americano


AMOR Y PASIÓN (CAPRICCIO, 1987)
             

        Una pareja norteamericana llega con su pequeño hijo a Capri. Allí, cada uno se embarca en una historia personal con antiguos amantes que conocieron en tiempos de guerra. Él se irá con una joven voluptuosa y alegre; ella buscará el encuentro con su primer amante, un camarero italiano que nunca pudo olvidar. Una de las películas más flojas de Tinto Brass, que roza el esperpento en muchos momentos y que sólo los estimulantes desnudos de los protagonistas evitan el bochorno de un erotismo de muy baja calidad.
       
LOS BURDELES DE PAPRIKA (1991)
         

       Mimma (Deborah Caprioglio) es una joven de campo y llena de encanto que se prostituye durante 15 días para ayudar a su novio económicamente, un trabajo que le vale el sobrenombre de Paprika que le pone la madame y al que su novio empuja engañándola. Cuando descubre el engaño, Mimma intenta huir, pero el novio la amenaza con devolverla a su pueblo con un informe. Ay, la Caprioglio, con su exuberancia e inocencia, nos hace disfrutar en escenas sexuales explícitas tamizadas por un toque de humor y siempre transmite una naturalidad impresionante.
      

COSI FAN TUTTE (1992)
           
       Diana (Claudia Koll) está felizmente casada con Paolo, pero a raíz de su furor sexual descontrolado, siempre termina atrapada en cortas aventuras eróticas que no esconde. Al contrario, al contárselas a Paolo, su vida sexual se llena de frescos estímulos. Comedia con altas dosis eróticas en la que podemos degustar los atractivos encantos de la exquisita Claudia Koll y cómo la rutina de una relación matrimonial se puede encender con estímulos libidinosos.
     

2 comentarios:

  1. Una lástima que ya no estén de moda estas películas.

    Un abrazo.

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  2. Toda la razón, la gazmoñería del público actual no sé si podría soportar el visionado de obras como éstas, ni siquiera estoy convencido de que hayan oído hablar de ellas. Para eso estamos nosotros, que hemos conocido épocas maravillosas en las que el cine, además de ser un arte y un fantástico entretenimiento, se convertía en una prolongación de nuestras más retorcidas y enfermizas fantasías. Siento que los jóvenes de hoy no puedan disfrutar en una sala de cine de estas joyas del cine erótico, que en las sesiones dobles nos arrastraban al más salvaje onanismo.

    Un abrazo.

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