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miércoles, 28 de enero de 2015

JOYAS DEL CINE ERÓTICO: "DIARIO DE UNA NINFÓMANA" (2008)

Falomanía
DIARIO DE UNA NINFÓMANA
DIRECTOR: CHRISTIAN MOLINA.
INTÉRPRETES: BELÉN FABRA, LEONARDO SBARAGLIA, LLUM BARRERA, GERALDINE CHAPLIN.
GÉNERO: DRAMA / ESPAÑA / 2008  DURACIÓN: 105 MINUTOS.
      

      
       Mientras escribo estas líneas tengo entre mis manos el libro de vivencias de Valérie Tasso que ha servido de base para conformar el film que nos ocupa. Aunque en la cinta la protagonista no folla con los sepultureros de un cementerio ni con un policía sin escrúpulos (es imposible coitear con tanta gente en tan sólo 105 minutos), la adaptación cinematográfica de la novela autobiográfica de Tasso podemos considerarla bastante fidedigna. Veamos: Valérie (Belén Fabra) es una joven francesa de 28 años, atractiva, alta, con estudios universitarios y una cómoda situación económica. Sexualmente se muestra muy liberada y busca obsesivamente nuevas experiencias para saciar su curiosidad sexual. Aquí te pillo y aquí te mato, se acuesta con quien le apetece cuando le apetece, pero la muerte de su abuela (Geraldine Chaplin) parece marcar un punto de inflexión en su vida. La dejadez de funciones en su trabajo obliga a su jefe a ponerla de patitas en la calle, algo que no parece inquietarla demasiado. Pronto conoce a su príncipe azul, Jaime (Leonardo Sbaraglia), aunque la relación le sale rana porque el tal Jaime es un tarado-pijotero-gilipollas con un carácter tan bipolar que lo mismo le regala rosas que la maltrata. Val está desesperada, y antes que quitarse la vida, decide trabajar en un prostíbulo de lujo, donde comete el error de enamorarse de uno de sus clientes. Finalmente, la muerte de una de sus compañeras la empuja a abandonar ese mundo con perspectivas de una nueva vida.


      De verga en verga y me lo tiro porque me toca. Ser ninfómana es tan respetable como ser monja o degustadora de pepinos que, extramuros, viene a ser lo mismo, lo que ocurre es que hasta en las prácticas promiscuas se debe hacer un esfuerzo para mantener un cierto control. Aun no siendo así, nada en contra tengo de la libre voluntad de expresión sexual femenina, otra cosa es mi valoración sobre la película firmada por Christian Molina. Diario de una ninfómana parte de una base literaria muy endeble, y el libreto de Cuca Canals está a la altura tan soporífero material, con una estructura que pone énfasis en escenas fácilmente prescindibles y unos diálogos sin puñetera chispa, baldones de una narración acelerada que el espectador no tiene tiempo para canalizar tantos fluidos orgánicos. Puede resultar una pena que su principal protagonista, una morbosa y estilizada Belén Fabra, sólo nos deleite con la visión de su cuerpo y su elasticidad para las posturitas, ya que adivinamos en ella un talento interpretativo aprovechable en empresas mayores.



      
     Tal vez el personaje, algo descerebrado, así lo requería, pues cada paso hacia delante que da en su vida es –y mira que es difícil- más errático que el anterior. Molina intenta dotar al producto de una cierta solidez y elegancia, no lo logra en ningún momento porque el conjunto carece de autenticidad, en parte por la galería de personajes estúpidos que entran y salen de pantalla y en parte por las situaciones aún más estúpidas en que se ven envueltos, y que no acabamos nunca de comprender: Val devora a todo hombre que se cruza en su camino, tras perder a su abuela y el empleo se enamora del tipo más fantoche, celoso e infame de la ciudad, y tras ser por él humillada, encuentra en un burdel de lujo el bálsamo ideal para su insoportable furor uterino… Finalmente, sin que nadie adivine cómo ni por qué, halla la paz espiritual. Una tormentosa odisea patológica no apta ni para pajilleros solitarios.


2 comentarios:

  1. ¡Qué raro! Con lo mal que dejas la película y a mi me han entrado ganas de verla. Será por las fotos...

    Un abrazo.

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  2. Pues pasarás un rato de evasión haciendo muecas e incapaz de contener una risa irresistible. Tal vez te sientas atraído por esta degustadora de pepinos a la que da oxígeno Belén Fabra, que físicamente no está mal pero que seguro que ha tenido papeles más lucidos aunque no sé si más apetecibles. Es tu decisión, a mí me ocurre igual, cuanto más cutre, despreciada y guarra sea una cinta, mayor es su poder magnético.

    Un abrazo.

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