La mítica modelo
pin-up norteamericana Bettie Page nació
en Nashville el 22 de abril de 1928, y alcanzó la fama en la década de los 50
por sus posados y su aspecto de mujer maciza, cabello negro y genuino flequillo,
teniendo una influencia preponderante sobre la sexualidad de la época y la
moda. Siendo la segunda de seis hermanas, nació en una familia de escasos
recursos económicos, en el seno de la cual su padre abusó de ella y de sus
hermanas, por otra parte, su madre nunca le demostró cariño. Como sus dos
hermanas, era una fanática del cine, de ahí que uno de sus entretenimientos
favoritos era la recreación de escenas
memorables y la experimentación con el peinado, los osados y el maquillaje de
las estrellas de la pantalla grande. Lo cierto es que page era una excelente
estudiante, tanto que tras superar con mucha facilidad sus estudios de
secundaria, se licenció en Artes en la Universidad de Peadoboy.
Llegó a trabajar
como maestra, pero su exuberante aspecto hacía que los alumnos atendieran más
al infartante atractivo de su maestra que a los temarios de las clases. Su espíritu
libre le llevó a trasladarse de Tennessee a San Francisco, en donde tuvo varios
trabajos como secretaria, aunque siempre soñaba con alcanzar la fama en el cine
y poder disfrutar de una oportunidad como modelo. Finalmente obtuvo una
audición para la 20th Century Fox, que no manejó bien la prueba de cámara
presentándola como una caricatura de Joan Crawford. Huyó del lugar cuando un
productor le prometió una lucrativa carrera en el cine a cambio de favores
sexuales. Se negó porque le repelía y no le gustaba su mirada. Hasta el magnate
Howard Hughes la persiguió en vano. Tras un matrimonio fallido, acabó
instalándose en Nueva York, en donde, paseando un día por Coney Island se topó
con el oficial de policía aficionado a la fotografía Jerry Tibbs, que le ayudó
a crear su primer portafolio pin-up. De manera inevitable se vio inmersa en el
mundo del “Cheesecake”, y sus fotografías comenzaron a aparecer en multitud de
publicaciones.
Desde 1952 hasta
1957 posó para el fotógrafo Irving Klaw para fotografías en venta por correos
de temática pin-up, bondage y sadomasoquista, imágenes que mostraban un
ambiente fetichista y en donde Bettie alternaba el papel de dominatrix con el
de víctima indefensa, aunque nunca posando con una desnudez explícita. Algunas
pruebas la hicieron convencerse de que la actuación no era lo suyo, y sus
actuaciones en “Striptorama”, “Teaserama” y “Varietease”, peliculitas de tipo
revisteril, quedaron como una jugosa anécdota. En Miami conoció a varios
fotógrafos, entre ellos a Bunny Yeager, que envió unas instantáneas de Page a
Playboy, y Hugh Hefner seleccionó una de sus fotografías para la página central
de Playmate del Mes de Enero de 1955. El mismo año en que también se alzó con
el título de “Miss Pinup Girl of the World”.
En 1957 puso fin a su carrera como modelo, una etapa que, de
entre todas las pin-up fue la más celebrada y la más longeva. Aunque no se
conocen bien las razones exactas de su abandono y retiro, la más obvia es su
conversión al cristianismo, algo que sucedió
en la víspera de año nuevo de 1958, cuando visitó una iglesia en Kay West (Florida) y se sintió
atraída por el ambiente multirracial y la absoluta devoción… pero eso es otra
historia. Bettie Page murió el 11 de diciembre de 2008 de una neumonía a la
edad de 85 años, para entonces llevaba décadas siendo un icono de la cultura
underground y del mundo spanko, un mito fundacional y un fenómeno de los
placeres culpables, todo ello a pesar de que nuestra modelo pin-up favorita
desapareció de la escena pública a finales de la década de los 50. Gracias por
todo, Bettie Page, allí donde estés, este post es mi humilde homenaje a tu impagable
legado.
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