EL
APARTAMENTO
(THE
APARTAMENT)
Comedia
- USA, 1960 - 125 Minutos.
DIRECTOR: BILLY
WILDER.
INTÉRPRETES: JACK
LEMMON, SHIRLEY McLAINE, FRED McMURRAY, RAY WALSTON.
Billy
Wilder nació
en Viena en 1906. Director de origen judío, está considerado uno de
los grandes maestros del cine y más en particular de la comedia
ácida y de enredo. En los años veinte fue periodista y cursó
estudios de derecho, más tarde escribiría guiones para la
productora alemana UFA. A principios de los años treinta llega a
París huyendo de los nazis, en dicha ciudad debuta como realizador
con Curvas
peligrosas
(1934). Ante el avance de las tropas hitlerianas emigra a Hollywood
el mismo año de su debut. En la meca del cine comienza de guionista
al lado de los exiliados y de Ernest Lubitsch, para el que escribió
los libretos de La
octava
mujer de
Barba Azul
y Ninotchka,
su prestigio va en aumento y en 1942 firma El
Mayor y
la menor,
su primera comedia norteamericana, a la que seguirá el film bélico
Cinco
tumbas al
Cairo
(1943) y el clásico del cine negro Perdición
(1944). Su primer éxito internacional le llega con Días
sin huella
(1945) relato dramático sobre un hombre alcoholizado. De su
filmografía, que consta de veintiséis películas, me atrevo a
significar las siguientes: El
crepúsculo
de los
dioses
(1950), La
tentación
vive
arriba
(1955), Testigo
de cargo
(1958), Con
faldas y
a lo
loco
(1959), Uno,
dos, tres
(1961), Irma
la
dulce(1963),
Bésame
tonto
(1964) y Primera
plana
(1974).
Wilder
logra su mejor comedia al narrar las relaciones de C.C. Baxter (Jack
Lemmon) oficinista modélico y servil de una compañía de seguros,
que consigue ascender en la empresa gracias a que le presta su
apartamento al jefe, el director de personal Jeff D. Sheldrake (Fred
McMurray) un hombre felizmente casado que lo utiliza para sus
encuentros con su amante, la encantadora ascensorista Fran Kubelik
(Shirley McLaine) que a la vez es el amor platónico de Baxter.
A
pesar de que para mí no es Dios ni el “one”, tengo que reconocer
que Billy Wilder consigue una de las mejores comedias del siglo con
esta divertida y patética historia que también escribe y produce,
sobre las miserias y renuncias que se desprenden de las escalas del
éxito y la búsqueda del reconocimiento social. Comedia corrosiva
que refleja de manera realista ese servilismo del empleado hasta
cotas vergonzosas que suponen la pérdida de la autoestima y la
humillación, un tema tan candente y actual que se presenta como la
película de su autor que mejor ha resistido el paso del tiempo.
Relato en el que el director de Perdición
plantea una agria crítica del carácter antropófago del sistema
laboral y la sociedad norteamericana, que avanza oscilando entre el
drama y la comedia, por lo que El
Apartamento
se pude considerar una radiografía bastante fiel de las muchas
situaciones que se producen en el mundillo de los empleados de
empresas, donde las constantes de sumisión y servilismo suelen ser
imprescindibles para ir sumando puntos para el ascenso. Es, por otra
parte, una película sobre Nueva York, sobre su febril actividad
diaria, representada por esa monumental y kafkiana oficina, en donde
los trabajadores bullen y se esfuerzan como hormigas en su incesante
rutina.
Secuencias que
hicieron reflexionar a un sector crítica de la época que se
preguntaba por la extraña moralidad, agresividad y singular cinismo
del director austriaco. Efectivamente, El
Apartamento
es una obra maestra que consiguió cinco Oscars de Hollywood
-Película, Director, Guión, Montaje y Dirección artística- es,
del mismo modo, una muestra más de que la comedia, tantas veces
menospreciada como un género ligero, puede resultar el mejor
vehículo para desnudar las emociones de manera descarnada, sobre
todo en manos de alguien con el talento y el oficio de Billy Wilder,
poseedor, además, de una actitud irónica y un inherente
escepticismo. Como bien dice el realizador, en el momento decisivo
C.C. Baxter se niega a prestarle a su jefe las llaves de su
apartamento, es una decisión ética que va a influir negativamente
en su carrera, no obstante, esa negativa le va a liberar y producir
otras satisfacciones morales.
Grandes
interpretaciones del trío protagonista y un gran guión escrito por
I. A. L. Diamond. De su maravillosa línea de diálogos puede servir
el siguiente ejemplo que se produce entre Baxter y Kubelik, cuando él
ha descubierto, por el espejo de bolsillo roto, que ella es quien usó
su apartamento con su jefe:
-El
espejo...se ha roto.
-Ya
lo sé, me gusta así, me veo tal y como me siento.
La escena del espejo roto es genial. Es uno de los mejores guiones de la historia, si no el mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sólo eso, también es para mí la mejor comedia de la historia, o mejor dicho, la mejor tragicomedia. La más grande obra maestra de Wilder.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Pedro: no puedo estar más de acuerdo contigo, magnífica película!! y estupendo artículo. Y si Wilder no es Dios seguro que forma parte de la Santísima Trinidad al menos en lo que a comedia toca. Como me recuerda este película al realismo social de los italianos, a mi queridisimo Rafael Azcona; ya lo apuntas tú: "costumbrista, realista y de enredo", pero estos vinieron después verdad? después de El Padre.
ResponderEliminarSaludos.
Pascasio
Bienvenido al blog, Pascasio. Totalmente de acuerdo contigo, un film memorable, a la vez tierno, amargo, irónico y desesperado. Y como coincidimos también en la devoción por el riojano Rafael Azcona, hay que recordar que su debut en el cine como guionista le vino de la mano de el italiano Marco Ferreri con su magistral "El Pisito", pero el guión adaptaba una novela del propio Azcona titulada "El Pisito: Novela de Amor e inquilinato".
EliminarSaludos, te invito a hacerte miembro del blog y a seguir participando con tus agudos comentarios.