Un par de años antes de que se estrenara la película, leí un libro titulado “Fóllame” editado por Mondadori en su colección marginal Reservoir Books, la novela en cuestión estaba firmada por una escritora francesa desconocida llamada Virginie Despentes. Bien, pues la misma escritora codirigió junto a Coralie Trin Thi, una película basada en su novela homónima que, como no podía ser de otro modo tratándose de sexo y violencia, pero sobre todo de sexo, supuso un gran escándalo y levantó en Francia una enorme polvareda, convirtiéndose así en una de las películas más polémicas de los últimos años. Y, claro está, de aquel escándalo surgió la publicidad gratuita para Baise- Moi, su título en francés, que parece sonar más suave entre nosotros, pero sólo entre nosotros. En Francia, tras la denuncia de un abogado (uno de esos personajes mojigatos que de vez en cuando surgen desde la más siniestra oscuridad con su falaz retórica erigiéndose en defensor y altavoz de las leyes de la moral y las buenas costumbres), el film que llevaba un mes en cartel, fue retirado por el Consejo de Estado, siendo marginado a las salas del circuito porno con la calificación X. Aquí, en España, se volvió a repetir la misma historia, sin embargo, gracias a la presión y las protestas de los sectores más liberales de la cultura, el film acabó exhibiéndose en salas comerciales con la calificación no apta para menores de 18 años.
No obstante ¿de
qué trata esta película que fue presentada en nuestro país en el Festival de
Gijón y que ha sido tildada en los círculos más reaccionarios de violenta,
pornográfica, feminista e inmoral? FÓLLAME (2000) describe la huida de
dos chicas, Nadine y Manu (Karen Bach y Raffaëla Anderson)
unidas por el azar y que acostumbran a vivir al margen de la sociedad. Tras la
salvaje violación de una de ellas, se olvidarán de los pequeños robos para
llevar a cabo una vengativa orgía de sangre, dejando a su paso un reguero de
cadáveres que las convierte en cazadoras sin escrúpulos. En la primera parte
del film, en la que asistimos a los hechos que han dado lugar a tan tremenda
violencia, el resultado se nos antoja descarnado y realista, su continuación es
una espiral de matanzas gratuitas y diálogos delirantes que intentan justificar
una cruel venganza contra los hombres, y que las protagonistas señalan como
culpables directos de sus interminables masacres.
Aunque en FÓLLAME
hay diversas escenas de esas que pueblan el cine porno, esto jamás puede
suponer una coartada para tildar el film de pornográfico, tratando, además, de
enmarcarlo dentro de los parámetros de determinados códigos éticos que ciertos
personajes de dudosa integridad y ánimos masturbatorios vienen denominando como
políticamente incorrecto. Algo que, personalmente, me importa un pimiento, más
teniendo en cuenta que el cine evoluciona hacia una fusión de géneros, en donde
no tendrá que pasar mucho tiempo, para que veamos en el cine más convencional
explícitas escenas sexuales. Sin
embargo, no es el sexo ni siquiera la violencia lo más sorprendente de este
sugerente film, pues su brutal in crescendo, acompañado de unos diálogos
convertidos en una desaforada agitación lingüística nos acercan a situaciones
límite que están espléndidamente expuestas y nos sacuden como descargas
eléctricas.
Con ser una propuesta radical, no lo es
tanto si intuimos que nuestras dos desbocadas heroínas han iniciado un camino
de perdición arrastradas por la desesperación y un carácter nihilista y
autodestructivo. Despentes y Trin Thi ponen mucho empeño en dar cierto sentido
feminista a su historia y dejan que las mujeres asuman sus gustos y necesidades
sexuales sin tapujos, se ven iguales que los hombres y medirán sus fuerzas con
ellos. En cierto modo, es verdad que
esta película huele tanto a mujer como unas bragas usadas, y queda guardada en
mi memoria visual de fetichista irredento la espectacular y anfetamínica
secuencia en la que Manu rompe sus pantys con rabiosa energía. Tanto directoras
como protagonistas proceden del mundo del porno, y para que nos hagamos una
idea de cómo las gastan estas chicas, a un comentario de un periodista
francés del diario Liberation, que hacía alusión a la baja calidad de la cinta,
Despentes contestó “Te enculo con mi clítoris gigante”. Ahí queda eso.
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