domingo, 1 de julio de 2012

LAS PELÍCULAS MÁS MIERDOSAS DE LA HISTORIA DEL CINE: EL E.T.E. Y EL OTO


       
     Este cronista era muy joven cuando, en un macro videoclub barcelonés de aquellos que acumulaban toda la basura que salía al mercado, alquilé esta bazofia inmunda titulada EL E.T.E Y EL OTO (Manuel Esteba, 1983), un subproducto absolutamente pestilente rodado en cinco días que tuve que ver por partes porque a los diez minutos de metraje ya me encontraba hiperventilando en un alarmante estado de ansiedad, por lo que necesité respiración asistida y una enfermera macizorra practicándome masajes cardiovasculares ante el muy presumible temor de que durante el visionado diera mi último hipido. Cuando devolví la cinta el dependiente me inquirió ¿Sabes que estos son de mi pueblo? ¿Quiénes? Los Calatrava ¿y cuál es tu pueblo? Villanueva de la Serena. Sinceramente, amigo, prefiero compartir paisanaje con Jack el Destripador, le comenté mientras me alejaba oyendo sus carcajadas. Esta parodia del E.T. de Spielberg es lo peor de lo peor, y reto a cualquiera a que me la compare con cualquier otro engendro deleznable. Protagonizada por los nefastos, a Dios gracias olvidados hermanos Calatrava, nos encontramos al hermano menos feo como padre de tres hijos tontos del culo viviendo en un chalé apartado de la ciudad. A todo esto, y tras la presentación de la familia friki, llega una nave espacial con unas luces que parecen las de una orquesta de barrio, de donde sale E.T.E, el hermano feo vestido con una especie de pijama de lycra a modo de condón gigante. Pronto se hace amigo del hijo pequeño del hermano menos feo, un niño cabrón que le putea constantemente, y aparecen unos tipos que persiguen a E.T.E. que quiere irse a casa, pero finalmente será el niño cabrón quien se marche en la nave a otra dimensión.

      Acaparar 11 Oscar como Titanic, Ben-Hur o El Señor de los Anillos tendrá su mérito, ser elegida la Peor Película de la Historia no le va a la zaga. Dirigida (esto es una blasfemia) por un tal Manuel Esteba (que por fortuna para nuestra salud física y mental creo que no volvió a dirigir nada más), la película (de nuevo pido a Dios que me perdone), carece de dirección de actores, de argumento, de diálogos, las labores de iluminación, maquillaje y peluquería brillan por su ausencia, y el traje que lleva el E.T.E./Calatrava parece sacado de una escombrera cercana a un poblado de chabolas, imposible describir la nave y su aterrizaje, mis lagrimales no daban abasto. Sí, señores, infracine en su más mísera expresión, y como el héroe que siempre he sido demostré que los tenía bien puestos al tragármela entera, pues hace falta mucho valor para asistir durante 77 minutos a las correrías de esa panda de garrulos con menos gracia que un tiro en el estómago y más caspa que la bufanda de Massiel. Obra cumbre del surrealismo hipertrofiado nacional, una cutrez que nos advierte del peligro de depravación que puede tener una cámara si cae en las manos equivocadas. Horror Story y Los Kalatrava contra el imperio del kárate, también protagonizadas por los Calatrava brothers, eran  malas que amargaban, aun así, nada que ver con El E.T.E. y el Oto, la Película Más Mierdosa de la Historia del Cine.   

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