Para empezar, Eastwood se aleja de los convencionalismos del género de acción y el drama carcelario para, en formato road movie, presentar una historia profundamente humana sin emitir juicios morales de forma absoluta. Su estilo sobrio permite que sus personajes respiren y evolucionen con naturalidad con una sensación de realismo y fisicidad estremecedora.
La interpretación de Kevin Costner dando oxígeno a Butch Haynes, un fugitivo que secuestra a un niño testigo de Jehová, resulta memorable. Su actuación combina carisma, inquietud, ternura, tristeza y dolor. Su personaje complejo, inteligente y atractivo siempre está mas cerca del antihéroe que del simple villano. El corazón de la película es su relación con el niño, Phillip, sumidos en una huida hacía delante que se va convirtiendo en un viaje iniciático para los dos, mostrándonos una sensibilidad especial hacía la infancia, la libertad, la inocencia y el peso de la autoridad.
El guión, firmado por John Lee Hancock, surca temas como la paternidad, el abuso de poder, la pérdida de la inocencia y la redención en un mundo en donde la palabra piedad ha quedado en desuso. De ahí el irónico título Un mundo perfecto, pues se nos muestra un mundo rebosante de imperfecciones donde los personajes buscan momentos fugaces de felicidad, belleza y bondad. El clímax final es poderoso y emocionalmente devastador, ya que se aleja del dramatismo fácil para fijar la mirada en las consecuencias sensitivas de las decisiones de los personajes.
Ambientada durante la época de la corta presidencia
de John Fitgerald Kennedy, la cinematografía y la música Lennie Niehaus ayudan
a crear una atmósfera nostálgica de una melancolía corrosiva, con un ritmo
pausado que invita a la reflexión. Un mundo perfecto no es perfecta porque sus personajes o
el mundo que retrata lo sean, sino porque logra un equilibrio preciso entre la
emotividad, la narrativa, las interpretaciones, la dirección y su aguda
introspección sobre la delgada línea que separa el bien del mal y la violencia
institucional siempre impune, dando forma a una obra humanista, sensible y
perdurable.
Yo estoy de acuerdo contigo. Es una de las mejores películas de Eastwood, a la altura (o casi) de "Sin perdón" y "Million Dollar Baby".
ResponderEliminarUn abrazo.
Concuerdo. He visto que en algunas listas de las mejores películas de los 90 se han acordado de esta magistral película. De los 90 y de cualquier época.
ResponderEliminarUn abrazo.