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lunes, 16 de julio de 2012

THE AMAZING SPIDER-MAN


¿De verdad hacía falta este remake?
THE AMAZING SPIDER-MAN (3D)
DIRECTOR: MARC WEBB.
INTÉRPRETES: ANDREW GARFIELD, EMMA STONE, RHYS IFANS, SALLY FIELD, MARTIN SHEEN.
GÉNERO: FANTÁSTICO / EE. UU. / 2012  DURACIÓN: 120 MINUTOS.   

      Tal vez detrás de El Caballero Oscuro: La leyenda renace –de inminente estreno-, THE AMAZING SPIDER-MAN sea la película foránea más esperada de la temporada, no sólo porque tras la trilogía firmada por Sam Raimi quedó demostrado que el Hombre Araña es siempre una apuesta segura para la taquilla, también porque en esta ocasión otro actor solvente, Andrew Garfield, ocupa el lugar dejado por Tobey Maguire bajo el disfraz del mítico superhéroe, tenemos nueva chica acompañando sus desvelos, una efervescente Emma Stone, y un nuevo director proveniente del mundo del videoclip, Marc Webb, que sorprendió a muchos críticos con su primer largo, la muy sobrevalorada comedia romántica 500 días juntos (2009).
     
      El realizador norteamericano imprime un giro más sombrío a la franquicia para narrarnos otra vez cómo empezó todo: Los padres del pequeño Peter huyen de su hogar dejando a su hijo al cuidado de sus tíos, Ben (Martin Sheen) y May (Sally Field). Años después, un ya adolescente Peter Parker (Andrew Garfield), es un chico del montón aficionado a la fotografía y a la ciencia del que se burlan y al que acosan sus compañeros de instituto. Peter no se atreve a declararle su amor a la chica más guapa e inteligente del instituto, Gwen Stacey (Emma Stone). Un día, mientras limpia  el sótano de sus tíos, Peter encuentra un maletín con las iniciales de su padre que contiene información científica sobre la fusión de las especies que dará forma a su destino como Spider-Man. El maletín también contiene una fotografía de su padre con el Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), que actualmente dirige el sofisticado laboratorio OSCORP, y al que nuestro protagonista desea conocer. Será entonces cuando su mundo cambie para siempre.

      No sorprende que sea Peter Parker y no su alter-ego con disfraz azul y rojo el personaje que más le interesa diseccionar a Marc Webb, de ahí que este rebobinado hacia el origen de la saga gaste casi toda su energía en indagar en las causas que forjaron el carácter del futuro superhéroe, que en su modo adolescente tímido y solitario no acaba de encontrar su sitio en una sociedad por la que arrastra el doloroso trauma de la ausencia drástica de sus padres. Y es que Webb parece ser un director más preocupado por las relaciones sentimentales y las cenagosas profundidades del alma  que en dotar de una nueva dimensión a las vertiginosas y pirotécnicas escenas de acción, aun así el formato estereoscópico brilla como nunca en siet-pieces con la del ataque de El Lagarto al puente atestado de automóviles o esa en la que unos trabajadores de la construcción ayudan a Spidey a cruzar las calles de Nueva York. Demasiada introspección para un mito superheroico que dista mucho de parecerse al Batman de Nolan y bastante alejado de lo que de sus aventuras espera su público potencial (mayormente un público infantil y juvenil adicto a los blockbusters y artefactos palomiteros), que seguramente mirarán el reloj en todos esos interludios verborreicos que tienen como eje a la pareja protagonista enfrascada en sus emociones.

      Cinta superior a la fofa tercera entrega, THE AMAZING SPIDER-MAN es un espectáculo eficaz como radiografía del aspecto humano de los personajes y especialmente como exploración psicológica de la melancolía del joven Peter Parker con el objetivo de mostrar su reverso oscuro como contrapeso a su innata ingenuidad, a lo que tal vez ayude el semblante más afligido de un competente Andrew Garfield alias “Cuello de Jirafa”, pero toda la película desprende un fastidioso tufillo a déjà vu convirtiendo la función más que en un reebot (reinicio de una historia), en un remake en toda regla de la espléndida película seminal de Raimi, lo que no tiene mucha lógica y que siendo justos resulta totalmente innecesario. Estamos ante una adaptación fiel del cómic creado por Stan Lee (atención a su mejor cameo de toda la saga) y Steve Ditko, aunque hay piezas que penalizan de forma decisiva la trama: ese retrato de Nueva York como si fuera una aldea donde todos los personajes se encuentran, cruzan e interrelacionan de una forma u otra; la presentación de un villano con poco carisma que ni siquiera lo parece y por quien en determinados momentos uno siente lástima. No, no quedamos ansiosos a la espera de su continuación, los pocos elementos novedosos apenas asombran, aunque tampoco su visionado se puede considerar una pérdida de tiempo.   

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