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sábado, 2 de junio de 2012

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: BILBAO


BILBAO
DIRECTOR: BIGAS LUNA.
INTÉRPRETES: ÁNGEL JOVÉ, MARÍA MARTÍN, ISABEL PISANO, FRANCISCO FALCÓN.
GÉNERO: THRILLER ¿ERÓTICO? /ESPAÑA / 1978 / DURACIÓN: 86 MINUTOS.
     
      Director procedente del mundo del diseño, Bigas Luna, que en sus comienzos y mucho antes de toda esa parafernalia simbólica entre jamones, huevos y tetas (trilogía celtibérica) supo cautivar a la crítica y al público con éste, su segundo largometraje, dejando el sello inconfundible de una personalidad fetichista hasta lo obsesivo y haciendo uso de una mirada perversa de gran atractivo visual. BILBAO es una película basada en un corto del propio realizador, que analiza de forma clínica la historia de un tipo solitario que siente una pasión enfermiza y que muestra una actitud esquinada ante la vida. La cámara sigue de forma casi permanente al protagonista, en un claro ejercicio de vouyerismo, para plasmar metódicamente una realidad cotidiana psicopática, el discurrir de una mente ofuscada y transgresora.


      Leo (Ángel Jové) mantiene una relación con María (María Martín) una mujer bastante mayor que él, con la que vive envuelto en un ambiente anodino y asfixiante, por momentos enrarecido hasta hacerse irrespirable, pero de la que no puede prescindir porque le mantiene económicamente y le protege de sí mismo. Las frías relaciones de correspondencia moral y sexual que Leo mantiene con María están marcadas por el hastío y una dependencia de náufrago, de niño asustado y perdido. Un día Leo conoce a Bilbao (Isabel Pisano) una prostituta del barrio chino barcelonés de la que, a su manera,  se enamora. Leo comienza a seguirla, a espiarla, compra objetos que le recuerdan a ella… hasta que decide raptarla para que forme parte de su colección de objetos.
     

      BILBAO es un relato psicoerótico con elementos del thriller y del terror, que además de contener una perfecta descripción de atmósferas y de personajes -amplificados por unos selectivos planos de detalles-, es también una magistral representación de escenarios, acentuados por la brillante fotografía de Pedro Aznar, retratando con autenticidad los emblemas ligados al paisaje urbano: el metro, el barrio chino, los mercados, la noche y las tripas de esa Barcelona putera y voraz que consume todos los sentimientos, toda la pasión, toda la soledad, entre el mar y la tierra.
     

      Bajo la influencia de El coleccionista (1965), la película de William Wyler basada en la novela homónima de John Fowles en la que Terence Stamp rapta a una joven y la “colecciona” al igual que hace con las mariposas, muriendo finalmente por falta de asistencia médica (uno de los libros favoritos de muchos asesinos en serie), Luna logra una de las más grandes obras maestras del cine español de todos los tiempos, al rodar con apasionamiento esta sórdida crónica bañada por un erotismo morboso y enfermizo, plena de imantación y revestida de una patina sucia y decadente, edificada sobre la cotidianidad de un psicópata maniático y escrupuloso en los abismos del delirio y la perdición. Destaca la inolvidable escena de la leche derramada en cascada sobre las orondas nalgas de María Martín, la escalofriante escena del protagonista suspendiendo con cuerdas el cadáver de la prostituta después de afeitarle cuidadosamente el pubis, así como la recordada interpretación de Ángel Jové, un habitual de los primeros films de Bigas Luna, y que tras retirarse de los platós trabajó como portadista de la editorial Anagrama.


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