domingo, 10 de marzo de 2024

CRÍTICA: "TE ESTOY AMANDO LOCAMENTE" (Alejandro Marín, 2023)

TE ESTOY AMANDO LOCAMENTE” (2023) êêê

DIRECTOR: Alejandro Marín.

INTÉRPRETES: Ana Wagener, Omar Banana, Alba Flores, Jesús Carroza, Carmen Orellana, La Dani.

España / 2023 / 107 minutos

        El director malagueño Alejandro Marín firma su mejor película situando la acción en la ciudad de Sevilla en 1977, cuando Franco llevaba ya dos años muerto y la homosexualidad en España todavía era un delito. Esto era sí porque aún estaba vigente La Ley de Peligrosidad Social, una de las más aberrantes de la dictadura que sustituyó a la igualmente repugnante Ley de Vagos y Maleantes. En ese contexto, Reme (Ana Wagener), una madre tradicional movida por el amor a su hijo, Miguel (Omar Banana), un adolescente gay que, aunque su madre quiere que sea abogado, él aspira a ser artista y concursar en el programa televisivo Gente Joven. Cuando Miguel es detenido por la policía, Reme se involucra en el movimiento LGTBI andaluz, gestado paradójicamente en el seno de la iglesia con la ayuda y complicidad de un sacerdote, el Padre Manolo (Jesús Carroza).

     El director de la serie Maricón perdido toma como título la popular canción de Las Grecas “Te estoy amando locamente”, y a pesar de un cierto desorden narrativo, rinde un sentido homenaje a aquella generación de la Transición y deja clara su denuncia contra la política autoritaria de la época y unas fuerzas del orden que perseguían a homosexuales, transexuales, mendigos, hippies y a cualquier persona que ellos consideraran moral o socialmente peligrosa. En cualquier caso, salvo en la escena de la detención de Miguel y la visita al cuartel de su madre acompañada de su pandilla de amigos, esas fuerzas represoras del Estado solo tienen un protagonismo fuera de campo, porque lo que más le interesa al director subrayar, siempre en un tono nostálgico, es la implicación de un grupo de personas en la lucha por los derechos y oportunidades de la comunidad LGTBI y la abolición de la execrable ley citada, batalla en la que se involucran toda la banda de Miguel e incluso su madre, que ya había sufrido el suicidio de su marido, un militante comunista.

     Y lo hacen con un carácter festivo empujados por la ilusión y los aires de cambio de aquel tiempo, seguros de su victoria porque les asiste el derecho y la razón. Te estoy amando locamente es de una autenticidad demoledora en cuanto a la labor de maquillaje, vestuario y dirección artística, salpimentada por una magnífica partitura de Nico Casal y canciones de la época como “Yo no soy esa” de Mari Trini o “El Garrotín” interpretada por Smash entre otras. Así, en junio de 1978 asistimos a la considerada primera manifestación del Orgullo Gay de España en Sevilla, que conmemoraba la primera marcha celebrada en Barcelona un año antes, y yo, que estaba allí, recuerdo bien esa génesis.   

      Sabemos que lo que en el fondo late es un drama, pero Te estoy amando locamente es tan dolorosa como jovial, pues en su trama se mezclan las lágrimas con las carcajadas, también la reflexión, la angustia, la solidaridad y la empatía, ayudando a comprender lo que pasó en aquellos tiempos, pues la libertad sólo se puede apreciar por las cosas que con ella se consiguen. Tras ser detenido Miguel, su pandilla de amigos homosexuales y transexuales liderados por la guerrillera Lole (Alba Flores), con Manolo el cura, su madre, que ya ha evolucionado, y una abogada, harán posible su liberación. Cuando ésta se produce y Miguel concursa finalmente en Gente Joven con el tema “Yo sólo quiero amor” (de Rigoberta Bandini), todo cobra una energía luminosa, contagiosa, vitalista, esperanzadora… y reivindicativa, porque no olvidemos que, como leemos en el rótulo final, “las cosas están cambiando, pero no han cambiado todavía.” Entre otras razones, porque ni ahora ni nunca hemos gozado de una democracia real, y sería de estúpidos pensar que para ser demócratas basta con introducir un voto en una urna.   

2 comentarios:

  1. No eres el primero que la recomienda. Sin embargo, la empecé a ver en no recuerdo qué plataforma (Movistar + creo) y no fui capaz de llegar a la mitad del metraje. Reconozco que la dificultad para seguir los diálogos con acento andaluz no ayudaba en la empresa. Quizás debería recuperarla con mejor ánimo y subtítulos.

    Por el espóiler, no te preocupes. El final era cantado y disculpa el chiste fácil.

    Pero no me lo tengas en cuenta. Hoy ya llevo dos comentarios negativos en blogs muy queridos para mí. Como siempre, un abrazo.

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  2. Yo, que en eso debo ser muy neutro porque nadie adivina nunca de dónde soy, si me tuviera que fiar del acento andaluz, catalán o del medio oeste norteamericano, para visionar una película, vería pocas. Por eso es algo que no me importa.

    Pero sí te diré que este pasado año, bastante aciago para el cine español, sólo dos películas me han gustado más que ésta: "La sociedad de la nieve" y "La estrella azul."

    Un abrazo.

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