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viernes, 1 de mayo de 2020

CRÍTICA: "THE LODGE" (Severin Fiala y Veronika Franz, 2019)


Con el espejo de Hereditary
“THE LODGE” êê
DIRECTOR: Severin Fiala y Veronika Franz.
INTÉRPRETES: Riley Keough, Jaeden Martell, Lia McHugh, Richard Armitage, Alicia Silverstone, Danny Keough.
GÉNERO: Terror / DURACIÓN: 100 minutos / PAÍS: Reino Unido / AÑO: 2019.

  
   Tras debutar con el documental Kern (2012) sobre el irascible actor y controvertido director Peter Kern, la pareja de directores austriaca Severin Fiala y Veronika Franz realizaron su primera película de ficción en 2014, Goodnight Mommy, film que trata sobre el desconcierto de dos hermanos gemelos que se preguntan si la mujer que ahora está con ellos es realmente su madre tras haber pasado por el quirófano para una operación de cirugía plástica. Es para quien esto firma el mejor trabajo de la pareja de cineastas que posteriormente participarían en la película episódica The Field Guide to Evil (2018).

  
   The Lodge, que pasó por el Festival de Sitges con aceptable éxito de público y crítica, narra la historia de una mujer, Grace (Riley Keough) que está a punto de convertirse en madrastra y que junto a los dos hijos de su prometido Richard (Richard Armitage), se encontrará atrapada en una casa aislada debido a una fuerte nevada. Richard se tiene que ausentar por cuestiones laborales dejando a sus hijos con Grace en la cabaña, pero cuando la relación entre los niños comienza a florecer (los hermanos acusan a Grace de ser la responsable del suicidio de Laura, su madre biológica), Grace empieza a adoptar una actitud aterradora seguramente derivada del adoctrinamiento religioso que sufrió durante su infancia.

   
   Tras el visionado de The Lodge queda claro que no es Hereditary (2018) aunque lo pretende, pero es esta obra magna de Ari Aster a la que intenta plagiar con descaro sin demasiado éxito, entre otras cosas porque carece del pulso narrativo y la malsana introspección psicológica de aquella. Con muchos elementos prácticamente copiados de la película citada, Fiala y Franz indagan en el peligroso deterioro mental que puede conllevar una educación religiosa integrista y fanática. The Lodge tarda en arrancar, pero se hace necesario el prólogo para sentar las bases de una historia que comienza de forma dramática cuando una mujer, Laura (Alicia Silverstone) se suicida al conocer de boca de su exmarido que quiere el divorcio para casarse con una mujer mucho más joven que él. 


   Es en ese punto de ignición cuando al espectador, tras observar la aflicción de los hermanos por la muerte de su madre y la información que recaban sobre la nueva pareja de su padre integrante en su infancia de una secta que llevó a cabo un suicidio colectivo siendo ella la única superviviente, que la acción deparará momentos de tensión, terror y supervivencia dentro de esa lujosa cabaña aislada donde pasarán las fiestas navideñas junto a su futura madrastra.
   
   
   Y es allí, en esa casa aislada en medio de un paisaje nevado donde Fiala y Franz preparan el escenario perfecto para una pesadilla infernal rebosante de giros, revelaciones y espeluznantes situaciones sin hacer uso de los trillados efectos de sonido y los sustos fáciles. La acción se ve reforzada por una atmósfera densa e intrigante a medida que la convivencia entre los niños (con sus juegos macabros) y Grace se hace cada vez más claustrofóbica, aumentando así la escalada del suspense con situaciones cada vez más extremas y ofreciendo al espectador las distintas visiones de los personajes. The Lodge sortea bien el riesgo de caer en una narrativa reiterativa y pone énfasis en el peligro que supone horadar el cerebro de los niños con fundamentalismos religiosos hasta el punto de poder llegar a convertirlos en verdaderos psicópatas. Eso sí, dejemos claro que si The Lodge existe es porque toma como espejo a Hereditary.


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