Tratado sobre el rencor y la venganza
“QUIEN A HIERRO
MATA” êêê
(Paco Plaza, 2019)
El director francés Alexandre Aja (uno de los padres del New French Extremity) debutó con la distopía Furia
(1999), pero fue con el estreno de su segundo largometraje, Alta
Tensión (2003) cuando su nombre comenzó a sonar con fuerza entre los
aficionados al género de terror, que con el tiempo la han convertido en una
película de culto. Posteriormente, Aja realizó un musculoso remake de la mítica
película de Wes Craven Las colinas tienen ojos (2006). Pero
lo cierto es que, salvo aquella jugosa gamberrada titulada Piraña 3D (2010), el
resto de su filmografía (Reflejos, Cuernos, La
resurrección de Louis Drax) no ha conseguido alojar ningún poso en mi
memoria.
Plaza nos sitúa en un pueblo de la costa
gallega, en donde vive Mario (Luis
Tosar), un hombre con un comportamiento ejemplar tanto en su relación
sentimental con su mujer, María Vázquez (Julia)
a punto de dar a luz, como en la residencia
geriátrica donde trabaja como enfermero. Un día, el narco más conocido de la
zona, Antonio Padín (Xan Cejudo) recién
salido de la cárcel, ingresa en la residencia y Antonio trata de que se sienta
como en casa. Ahora, los dos hijos de Padín, Kike y Toño (Enric
Auquer e Ismael Martínez) están al mando del negocio familiar, pero un fallo en
una operación, llevará a Kike a la cárcel y les generará una gran deuda con un
proveedor colombiano. Toño recurrirá a su padre para que asuma la deuda. Pero
Mario también tiene sus propios planes.
Sin rozar el listón que alcanzó con Verónica,
Paco Plaza nos sumerge en un dramático thriller que cuenta una vez más con una
sólida actuación de Luis Tosar. No es
una película redonda porque el recurso del flash-back está utilizado de forma
muy pedestre y la escena de persecución en coche está rodada sin nervio y de
forma muy atropellada, lo que demuestra que el director valenciano no es un
buen especialista en el cine de acción. Pero sí es un gran explorador del alma
humana y sus tinieblas. Así, los fantasmas del pasado acosan a Mario, el
bonachón y solícito enfermero, cuando el viejo jefe del narcotráfico ingresa en
la residencia de ancianos donde trabaja. Le señala como responsable de la
muerte por sobredosis de su hermano menor. A rebufo de series como “Fariña”, pero con un tono dramático más
intimista, la función trata sobre el dolor, el rencor, la culpa y la venganza,
que adquiere finalmente su propia lógica interna.
Pelín truculenta pero en general me gustó. Paco Plaza le pone más nervio a sus películas que su colega Balagueró (al menos últimamente).
ResponderEliminarUn abrazo.
Más drama que thriller, Paco Plaza es un buen explorador de las tinieblas que envuelven al ser humano, sabe bucear por ese pasado viscoso que nunca nos abandona.
EliminarUn abrazo.