Nostalgia ochentera
“MUÑECO DIÁBOLICO” êê
(Lars Klevberg, 2019)
Reboot del clásico de 1988 firmado por Tom
Holland que nos presenta a Karen
(Aubrey Plaza) una madre soltera que busca el regalo perfecto de cumpleaños
para su hijo Andy (Gabriel Bateman).
Como Karen trabaja en unos grandes almacenes elije el juguete de moda que le va
a salir muy barato, pero después de regalárselo a Andy será cuando ambos
descubran la naturaleza maligna que esconde en su interior el muñeco.
Dirigida
por Lars Klevberg (Polaroid), esta
revisión de la mítica película ochentera resulta más divertida de lo que en un
principio era de esperar, sobre todo porque infunde menos miedo que el film
seminal. Eso sí, el artefacto no está concebido para que tengamos en cuenta su
desconcertante trama, ni los diálogos simples salidos de personajes estúpidos
ni el pedestre mensaje denuncia sobre los peligros de la tecnología. La nueva versión
de Chucky es un robot, un juguete electrónico que se conecta a otros
dispositivos como el móvil y copia comportamientos y diálogos humanos.
El
problema es que, eliminados de fábrica los sentimientos positivos, se convierte
en un auténtico psicópata que nos regala algunas muertes más creativas e
impactantes de lo que viene siendo habitual. Sobre todo cuando se da cuenta de
que para conseguir algunas cosas no basta con pedirlas amablemente, y se hacen
necesarias unas gotas de sangre. Y claro, la orgia sangrienta llega con el
clímax final en un centro comercial, el oasis consumista en un mundo en
decadencia.
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