Entretenido viaje por las entrañas del
mito
“ROCKETMAN” êêê
He de reconocer que Elton John, sin estar entre mis intocables ídolos musicales, tiene
en su discografía con un puñado de temas que siempre repiquetean en mi saturada
memoria musical (Your Song, Levon, Timy Dancer, Daniel, Crocodile Rock, Candle in the wind, Goodbye
Yellow Brick Road, Don´t go Breaking my Heart, y, por
supuesto, Rocket Man). Es algo que
resulta innegable porque forma parte de una nostálgica banda sonora que
rememora una época ya lejana pero presente en los recuerdos de mi infancia y
juventud.
Dirigida por el actor y director Dexter Fletcher en lo que representa su
cuarto largometraje, Rocketman es la historia de Elton John (Taron Egerton) desde sus
años como niño prodigio del piano en la Royal Academy of Music hasta llegar a
ser una superestrella de fama mundial gracias a su duradera y fructífera
relación con su colaborador y letrista Bernie
Taupin (Jamie Bell)
Es vox populi que el supertaquillazo Bohemian
Rhapsody, avalado por la firma de Bryan Singer, lo tuvo que terminar
Dexter Fletcher tras el despido de aquel. Algo que sin duda habrá influido para
que Fletcher fuera elegido para tomar la batuta en este muy aseado biopic sobre
el cantante de pop/rock británico. Rocketman es un entretenido musical
al más puro estilo teatral, más sincero y oscuro que Bohemian y también –no es un contrasentido-, más colorista. La
película ofrece una dosis de casi todo: la tensa relación con su madre y aún
más tortuosa y fría con su padre casi siempre ausente, la amistad con su
letrista BernieTaupin, los primeros escarceos sexuales, la asumida
homosexualidad, las adicción a las drogas y el alcohol, el elixir del éxito y
el lujo asiático, su incapacidad para dominar la fama, la sequía inspirativa,
la soledad. Rocketman retrata a Elton John en su faceta más frívola,
alegre, sórdida, patética y auténtica, con sus excesos, sus carencias, sus
vicios, virtudes y contradicciones. Para este cronista, un film superior a Bohemian
Rhapsody.
No he podido verla todavía. Lo haré sin duda pero no me preocupa dejarlo para más adelante. No quiero perecer de una sobredosis de películas sobre estrellas del rock británicas homosexuales politoxicómanas y su proceso de auge, caída, redención (¿me he dejado algo?).
ResponderEliminarUn abrazo.
No, lo has escrito todo. Pero esta película es mejor que Bohemian.
ResponderEliminarUn abrazo.