“68 KILL” êêê
Trent
Haaga, especialista en comedias negras rodadas con presupuestos de guerrilla
(recordemos la muy digna Chop, 2011) nos presenta ahora este
thriller que mezcla el romance y la comedia para narrarnos la historia de Chip (Matthew Gray) y Liza (Annalynne
McCord) una pareja realmente peculiar. Cuando Liza convence a Chip para robarle
68.000 dólares a su ruin jefe, a quien satisface sexualmente a cambio de
dinero, Chip comienza a descubrir el lado oscuro de Liza. Ahora Chip tiene un
arma, una chica en el maletero del coche (Alisha Boe) y menos de 24 horas para
tratar de salir del peligroso lío en el que se ha metido.
Convertido con sólo dos
películas en un director de culto, Haaga, con una afianzada carrera como
guionista, nos hace pasar una hora y media de entretenimiento puro y duro
demostrando el talento que atesora. Beneficiándose de unos competentes
intérpretes y un aseado libreto coescrito entre el propio director y Bryan
Smith, sigue los pasos de una pareja con una vida sexual muy particular y en la
que ella, la impulsiva psicópata Liza, lleva la voz de mando, también como
maestra de iniciación de Chip en el crimen en el mundo del crimen.
Las acciones
de violencia extrema (algunas de ellas protagonizadas por el sucio y retrasado
psicópata hermano de Liza) se ven asaltadas por situaciones y diálogos
sumamente hilarantes. Y es que la trama
de 68 Kill da para muchas secuencias
escabrosas y rocambolescas protagonizadas por personajes caricaturescos. En el
tono y los giros argumentales podemos apreciar el eco referencial de Tarantino,
pero Haaga consigue imprimir su sello personal y mantener la intensidad del
relato hasta los créditos finales.
Por cómo le hace el amor, Chip tendría que
haber intuido que algo no funciona bien la cabeza de Liza, pero él está
enamorado hasta las trancas de ella y el amor es ciego, sin embargo, está lejos
de imaginar la personalidad macabra y sanguinaria que oculta su preciosa y
rebelde compañera. Peor, no lo quiere imaginar. Chip, en su huida adelante, tendrá
tiempo de enamorarse de nuevo de otro bellezón (Alisha Boe) pero el fugaz
romance terminará trágicamente.
Así, al protagonista se le acumulan las
desgracias siempre rodeado y siendo víctima de mujeres fatales: atención a su
despertar después de haber sido drogado en un motel de carretera y al momento íntimo
con la rubia en el almacén de la gasolinera. 68 Kill fusiona con
desparpajo el gore y el humor disparatado en escenas bien planificadas,
derivando en una divertida gamberrada rodada con oficio y estilo, y concluye
obligando a Chip a recapacitar sobre su sensible tendencia al enamoramiento
fácil. Me gusta la carrera iniciada por este director californiano.
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