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miércoles, 11 de octubre de 2017

JOYAS DEL CINE ERÓTICO: “EL DIABLO EN EL CUERPO” (1986)


DIAVOLO IN CORPO
(Marco Bellocchio, 1986)

   
  
   Polémico film italiano dirigido por Marco Bellocchio en 1986 que levantó en su día una gran polvareda al incluir una escena en la que la actriz Maruschka Detmers realiza una felación real a su compañero de reparto, Federico Pitzalis, la primera vista en una película de corte comercial.


    
  Adaptación libre de una novela de posguerra escrita por Raymond Radiguet, narra el encuentro entre una estudiante llamada Andrea, y Giulia, una atractiva mujer cuyo padre (un militar) fue víctima de un atentado de las Brigadas Rojas. De familia acomodada, Giulia, que está a su vez comprometida con un antiguo terrorista reinsertado, inicia un apasionado romance con el tal Andrea, que pertenece a una clase social inferior. La familia de ella se opone a la relación con Andrea, por lo que Giulia también mantiene su compromiso anterior. Las relaciones de los personajes se ven alteradas por sus caracteres inestables.

    
   Remake de la película con el mismo título –también muy controvertida en su época- dirigida por el francés Claude Autant-Lara en 1947, el comprometido y culto director italiano Marco Bellocchio, autor de films tan notables como Noticia de una violación en primera página (1972), En el nombre del padre (1972) y sobre todo Vincere (2009), se interesa por esta historia en la que Radiguet se propone hacer un análisis sobre los trastornos psiquicos. Y aunque Bellocchio dedica la cinta a un neuropsiquiatra que además actúo en la función de asesor, El diablo en el cuerpo no es un film demasiado incisivo sobre esta cuestión, que asoma por la trama como una sombra fugaz y liviana, aunque si queremos sacar punta podemos vislumbrar algún atisbo de reflexión en la presión que la familia de Giulia ejerce para que rompa su relación con Andrea y las derivadas que para la protagonista tiene vivir absorbida en un triángulo amoroso… y sexual, claro.

    
  Inconformista e irreverente, Bellocchio denuncia en su obra el podrido sentido institucional de la familia y se muestra atraído por el psicoanálisis, por lo que encara esta historia de una pasión irrefrenable como un signo inquietante de la sociedad contemporánea. El diablo en el cuerpo ha envejecido mal, cosa que se hace muy evidente en ese final, con el rostro de la protagonista devastado por la emoción que busca prolongar el arco dramático más allá de la batalla íntima. Con el telón de fondo de aquellos años de plomo de las Brigadas Rojas, de las que forma parte Pulcini, novio de Giulia, que se encuentra en prisión a la espera de ser liberado para seguir con su insustancial vida, como se verá después.


  Marco Bellocchio naufraga intentando captar la desesperanza y el tormento de Giulia, también en su idea de remarcar la personalidad y certidumbres de Andrea, que parece resistirse a ser engullido por el fiero oleaje de un amor loco. Tampoco resulta convincente a la hora de planificar secuencias sexuales explicitas  entre los protagonistas (la de la lánguida y juguetona felación ya comentada) ni en esa atrevida de la pareja de terroristas que hacen el amor en pleno juicio, recreadas más para buscar la provocación y el escándalo que como articulaciones de una corrosiva denuncia sobre los dictados del establishment.

2 comentarios:

  1. Muy crítico te veo con esta película del veterano Bellocchio. Bueno, lo cierto es que sólo me acuerdo de la bellísima protagonista.

    Un abrazo.

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  2. De Bellocchio me gustan, sobre todo "Vincere", "Noticia de una violación en primera página", "Las manos en los bolsillos" y "En el nombre del padre", pero he de reconocer que tiene un rosario de películas mediocres, entre las que se encuentra ésta, que vi de estreno en Barcelona. Se dejó arrastrar por la corriente de cine erótico de la época y lo quiso amalgamar con reflexiones filosóficas y psicológicas. Error fatal.

    A mí también me gustaba mucho Maruschka Detmers, que si recuerdas se lo montaba muy bien con Antonio Banderas en "El rey del mambo".

    Un abrazo.

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