Tal vez la mejor película de Kevin Smith
PERSIGUIENDO A AMY
(CHASING AMY)
Comedia - USA, 1997 - 115 Minutos.
Director: Kevin Smith.
Iintérpretes: Ben Affleck, Jason Lee, Joey Lauren Adams.
Joven realizador independiente, Kevin
Smith nace en Nueva Jersey en el año 1970, formado entre otras escuelas en
la Vancouver Film School, debuta en 1994 con Clerks, película de
bajísimo presupuesto que se convirtió en la más aclamada en el Festival de
Sundance de ese mismo año, consiguiendo también ser premiada en Cannes. Por su
film, Dogma (1999) sobre unos ángeles que viven en la tierra, ha sido
tachado de blasfemo.
Sinopsis: los amigos y dibujantes de
cómics, Holden (Ben Affleck) y Banky (Jason Lee) tienen gran éxito con su obra
“Bluntman and chronic”. Un buen día, con ocasión de un certamen, conocen
a la joven creadora Alyssa (Joey Lauren Adams). Holden se queda colgado con
ella, pero al parecer ella tiene otras inclinaciones sentimentales -también
sexuales- y prefiere que lo suyo sea una relación de amistad. Lo cierto es que
Holden está coladísimo por ella y no se conforma, además, Banky teme que su
amigo le deje en la estacada y tampoco quiere quedarse en fuera de juego.
Persiguiendo a Amy es un fim admirable que cierra la trilogía de Nueva Jersey, nombre con la que fue bautizada por su autor y que está compuesta además por su ópera prima Clerks y Mallrats (1995). Cuenta el mismo director, que lo de la trilogía fue sólo un invento, una idea que se le vino a la cabeza para ver si, tras la buena acogida dispensada a su primera película, alguien se atrevía a prestarle el dinero suficiente para invertir en sus próximos trabajos.
Lo consiguió, pero
tras el fracaso de la muy mediocre Mallrats, un producto millonario,
comercial e insípido, Smith vuelve a sus orígenes y con sólo 250.000 dólares
nos presenta esta última entrega que es, con mucho, su obra más elaborada e
ingeniosa, film en el que introduce también el componente dramático, circunstancia
que hace que el film contenga un tono realista hasta ahora ausente en su obra.
En Persiguiendo a Amy el realizador independiente -marginal en sus
inicios- sigue mostrando la misma capacidad para recrear diálogos frescos,
electrizantes y sumamente originales, y lo hace una vez más con otro relato
-esta vez más profundo y maduro- que bucea por la desorientación social
juvenil, por sus miedos, ilusiones y dudas, una etapa en la que el amor suele
tomar una trascendencia épica y el sexo una dimensión exagerada.
Si
anteriormente Smith nos presentaba a unos personajes estereotipados que sólo
hablaban de sexo, que ejecutaban una filosofía hipermachista, en Chasing Amy
se preocupa por ahondar en los entresijos de las relaciones interpersonales,
mostrando con acierto un cruce de conflictos sentimentales, dotando de solidez
al relato y derivando en situaciones más duras y descarnadas. La crudeza
-alguien dirá grosería- y habilidad espontánea para convertir las obsesivas
conversaciones sexuales en poco menos que disquisiciones filosóficas, nos dan
la clave para entender la extraña pero interesante sensibilidad de su autor y
su ya confirmado talento, todo ello, repito, a la hora de abordar temas
complejos que pueden resultar incómodos para una sociedad tan cínica y llena de
prejuicios como la estadounidense.
La atracción que siente Holden por Alyssa y
la relación sentimental que inician dan lugar a
escenas verdaderamente memorables
-como la del columpio-; él cree que la condición de lesbiana de Alyssa
es un obstáculo insalvable para que su relación sea estable y tenga algún
futuro, pero en realidad resulta que ni siquiera ella tiene tan clara su
sexualidad. Cierto es que, lo que verdaderamente hace que la reflexión que
Smith plantea sea tan sugestiva, es la peculiar manera que elige para intentar
despejar los interrogantes, que a través de una visión desenfocada, se
transmiten mutuamente los protagonistas. A destacar los magníficos y
chispeantes diálogos y la soberbia dirección de actores.
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