(THE NEGOTIATOR)
Thriller de acción - USA - 1998 - 138 Minutos.
DIRECTOR: F. GARY GRAY.
INTÉRPRETES: SAMUEL L. JACKSON, KEVIN SPACEY, RON RIFKIN, DAVID
MORSE, J. T. WALSH.
El director afroamericano F. Gary Gray
(Higland Park, Illinois, 1970) debuta en el año 1995 con Todo en viernes, antes de que eso sucediera se ganaba la
vida filmando vídeo-clips para raperos tan famosos como el también actor Ice
Cube, Coolio o Dr. Dre. En 1996 realiza Hasta
el final, film que narra la historia de cuatro amigas de un suburbio de
Los Ángeles que un día deciden atracar un banco para salir de la miseria. Este
último trabajo, un verdadero sleeper en Estados Unidos, hace que el
nombre de su director empiece a sonar con fuerza en el mundillo
cinematográfico. Diablo (2002)
es un mediocre thriller hecho a la medida del hipervitaminado Vin Diesel
en el que busca vengarse de los asesinos de su esposa. The Italian Job
(2003) es un remake del clásico Un
trabajo en Italia (1969) que protagonizaron con aquellos increíbles
coches Mini Michael Caine, Noel Coward, Raf Vallone y Benny Hill. Su film Be Cool (2005) es una secuela de
Cómo
conquistar Hollywood (1995), una pésima comedia interpretada por John
Travolta y Uma Thurman. En 2009 nos presentó el potente thriller protagonizado
por Gerard Butler y Jamie Foxx Un ciudadano ejemplar, y el pasado
año obtuvo un rotundo éxito con Straight Outta Compton, sobre un
grupo de chicos que revolucionaron el panorama musical a mediados de los 80 en
uno de los barrios más peligrosos de los Estados Unidos.
Sinopsis: Danny Roman (Samuel L. Jackson) es un miembro de un grupo especial
de la policía expertos en negociar con secuestradores. Su carácter impulsivo y
sus métodos enérgicos están en contraposición con los utilizados por Chris Sabian (Kevin Spacey) mucho más
dialogador y paciente. Danny es acusado de asesinato y para demostrar la
falsedad de una acusación que puede arruinar su vida, toma la decisión de
encerrarse en el edificio de la Unidad de Asuntos Internos de Chicago tomando
varios rehenes, entre los que se encuentra el inspector Niebaum ( J. T. Walsh).
Una de las mejores películas de acción de
los años 90 basada en un hecho real, sus creadores buscando dar una mayor
autenticidad a sus personajes protagonistas solicitaron la colaboración de la
policía de Chicago, que les ayudaron a preparar sus papeles. Si estamos de
acuerdo que la tarea de cualquier simple policía de una ciudad como Chicago no
debe ser fácil, no nos será difícil imaginar lo ardua que debe resultar para
los miembros de unos cuerpos especializados en negociar al límite de la tensión
-y casi siempre desarmados- con peligrosos secuestradores. Los amantes del cine
de acción tienen en este film un modelo de cómo desarrollar de este género sin
dejar por ello de abordar las constantes que mejor caracterizan a este tipo de
cine: violencia sin que resulte gratuita, personajes arrojados al límite de lo
imposible, escenas épicas y adrenalínicas, dramatismo, ritmo, tensión...
Negociador es un film que se sitúa
muy por encima de la media coetánea porque su esencia temática, arquetipo de
tantas películas mediocres, resulta aquí convincente, porque los dos
protagonistas -héroes a su manera- situados de forma accidental a un lado y
otro de la ley, nos regalan un fenomenal duelo interpretativo; Danny Roman
muestra dramáticamente, a todo el que quiera fijarse en sus grandes ojos de
mirada líquida, que la línea que separa la locura de la cordura es tan fina que
no existe, también que la dicha y la desgracia son estados tan fugaces que se
sobreponen en el tiempo; Chris Sabian, elemento clave para la salvación de
Danny, intenta controlar la situación con inteligencia, mas la presión que sufre
es mucha y sus métodos contemporizadores se muestran ineficaces cuando a uno no
le dejan pensar.
De
atmósfera asfixiante y lejos de sensacionalismos impactantes y de huecos
artificios pirotécnicos, Gray ha realizado una película mayor dentro del género,
en la que mezcla admirablemente elementos del cine noir con lo mejor del
policíaco moderno, en una trama donde la corrupción policial, la ambición y la
maquinaria legal destruyen vidas y reparten los signos de la fortuna. Es, por
tanto, un relato de tintes sociopolíticos y epílogo moral, donde la integridad
humana queda como una virtud que debe ser atendida. Gary Gray sólo nos asoma a
la noche para mostrarnos un circo de sirenas y uniformes, donde late un corazón
luchando con coraje ante la injusticia, mascando su desgracia y su dolor.
Buenísimos actores secundarios entre los que destacan David Morse y J. T.
Walsh, que falleció poco después de terminar la película y a quien está
dedicada.
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