El director
brasileño Afonso Poyart (2
conejos, 2012) da el salto a Hollywood con este thriller que narra la
historia de un detective del FBI, Joe
(Jeffrey Dean Morgan) que junto a la también agente y psiquiatra Katherine Cowles (Abbie Cornish) están
al cargo de un terrible caso: varias personas han sido asesinadas de una forma
espantosa con el mismo método y no tienen ninguna pista de la identidad del
asesino ni el por qué elige víctimas tan diferentes entre sí. Para intentar
resolver el enigma, solicitan la ayuda a un doctor especialista con poderes
psíquicos, John Clancy (Anthony
Hopkins), que está retirado del mundo desde la muerte de su hija. El detective
Joe trata de convencerle para que les ayude y vuelva al cuerpo en activo,
aunque sólo sea hasta la resolución del caso.
En forma de
thriller psicológico en donde el componente dramático va quedando opacado por
el asunto paranormal, Poyart construye un film irregular al que ni siquiera el
esfuerzo del competente reparto puede dotar de altura, por un lado debido al
flojo guión y por otro a lo trillado de la temática. Como si del juego del gato y el ratón se tratara, uno no puede sino
sorprenderse por la habilidad de los poderes de ese mentalista al que da vida
Hopkins, que sólo necesita tocar a las personas (también a las víctimas) e
incluso a algún objeto que les pertenezca o con el que haya tenido contacto
para automáticamente visionar todo su pasado y el inmediato destino que les
espera. Un truco gastado y simplista que sin que medie explicación adivinamos
pronto que será la clave de la resolución del caso. Así, comprobaremos que
el que suponemos un serial killer sin alma (Colin Farrell) resultará un asesino piadoso que cuenta con una
sólida justificación moral para cometer los crímenes evitando a las víctimas un
sufrimiento inútil. Dilema en el que apenas se profundiza y que se va
difuminando entre continuos flash backs, las alarmantes visiones de la psique
del doctor y su propio y desgarrador drama personal.
El film está
construido con una argamasa de telefilm de sobremesa y la trama pierde mucho
interés tras la primera aparición del asesino encarnado de forma eficaz por
Farrel, sin que podamos evitar una molesta sensación déjà vu que nos invita a
tomar distancia de la acción que transita ya por derroteros poco originales. No nos engañemos, el tema está ya muy manoseado
y la única reflexión aprovechable apunta a la peliaguda cuestión de la
eutanasia que nos incita a preguntarnos cómo reaccionaríamos nosotros si el
supuesto que propone la película fuera viable y pidiéramos decidir antes de que
una enfermedad letal y extremadamente dolorosa convierta nuestro cuerpo en un desahucio
del alma. Personalmente, lo que más me ha gustado de la función ha sido la
visión del cuerpo desnudo de la bellísima modelo brasileña Luisa Moraes, a quien tiempo atrás se relacionó sentimentalmente
con el actor Orlando Bloom. Una mujer hermosa a la que tendremos que seguir a
partir de ahora a pesar de su cortísima –y esplendorosa- aparición en este film
de su compatriota. Seguro que ofertas no le van a faltar. Observen los
fotogramas que ilustran este post y sueñen, sueñen, que eso en este país
todavía es gratis.
Detesto comentar película que no lo vi antes, pero por experiencia sé que si está Colin Farrel actuando será un film mediocre y vomitivo...Ahora bien, la misma experiencia me dice que si está Hopkins será un buen film...muy contradictorio el asunto ;)
ResponderEliminarNo sé, según mi punto de vista y lo que recuerdo, Colin Farrel estuvo muy bien en Última llamada (2002), Minority Report (2002), Escondido en Brujas (2008) y Langosta (2015), y Anthony Hopkins, a pesar de ser un gran actor, estuvo mal en El caso Heineken (20015), El Rito (2011), El Hombre Lobo (2010) y Slipstream (2007). Por lo que nada es absoluto y todo es más relativo de lo que a veces nos parece.
ResponderEliminarEn cuanto al film que nos ocupa, "Solace", es algo así como un telefilme de sobremesa; se ve con facilidad y con la misma facilidad se olvida sin haberte dejado ningún poso.. En cualquier caso, tú mismo.
Saludos.
Me he guiado de ti, y he escrito "Farrel" en lugar de Farrell. Corregido.
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