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martes, 1 de septiembre de 2015

WES CRAVEN EN LA MEMORIA

(Cleveland, 2 de agosto de 1939 – Los Ángeles, 30 de agosto de 2015)


                                                  
                                      DESCANSE EN PAZ
     
      Nacido en Cleveland (Ohio) el 2 de agosto de 1939, Wes Craven se licenció en Literatura y Filosofía en la Universidad John Hopkins. Tras trabajar en diversos empleos como mensajero o taxista, comienza a impartir clases de Humanidades en el Clarkson College de Postdam, en Nueva York. Su encuentro con Sean S. Cunninghan (que más tarde firmaría el clásico del terror Viernes 13), que procedía del teatro y que en 1970 buscaba dinero para producir alguna película, se revelaría como esencial para el director, pues le brindaría la oportunidad de trabajar junto a Cunninghan en el montaje, sonorización y la dirección de algunas escenas en un documental sobre la sexualidad titulado Together. Un par de años más tarde y tomando como inspiración la excelente El manantial de la doncella (Ingmar Bergman, 1960) que Craven había visto poco tiempo antes, dirigió su ópera prima La última casa a la izquierda con sólo 90.000 dólares de presupuesto total. Esa ópera prima representó el comienzo de la carrera cinematográfica de uno de los más queridos y celebrados maestros del terror de las últimas décadas. Ahora que su muerte nos impedirá seguir disfrutando de su talento y deparpajo con nuevos estrenos, de su amor por un género vilipendiado que él hizo que traspasará todas las barreras para llegar al gran público, es hora de brindarle un homenaje repasando toda su filmografía en un acto de reconocimiento a su legado artístico. Descansa en paz, maestro.

LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA (1972)

  
      Wes Craven (dirección y guión) y Sean S. Cunningham (en labores de productor) crearon en 1972 una de las películas más influyentes de las últimas décadas, La última casa a la izquierda, algo que ni podían imaginar con el paupérrimo presupuesto que barajaban y un grupo de actores amateurs que hicieron un trabajo convincente. Craven comentó entonces en una entrevista que la idea argumental para su escalofriante film surgió tras ver la película de Ingmar Bergman “El manantial de la doncella” (1960), cinta que narra la historia –basada en una siniestra leyenda medieval sueca- de una bella campesina que fue violada y asesinada por unos rufianes en un lugar donde más tarde brotaría un manantial de agua purísima. Ya pueden imaginar que la reacción del stablishment crítico (es decir, de los de siempre) fue de absoluto desprecio, tildando a la orgía de crueldad y perversión perpetrada por Craven de vomitiva, ejercicio sacrílego o de herejía alumbrada por una mente enferma. Sin embargo, el tiempo -inapelable juez- ha querido que sean muy pocos entre el vulgo pueblo común de los mortales los que han oído hablar de la magistral obra del genial autor sueco, por el contrario, La última casa a la izquierda se ha situado entre las más apreciadas películas de culto de la historia. 
     
      Huelga decir que, con la frescura y el atrevimiento derivado de la ignorancia, Wes Craven se arrojó al barro sin tener ni idea de técnicas cinematográficas, se rodaba con la cámara al hombro, sin pausas, sin planificación ni story-boards. La improvisación, las ocurrencias y los cambios de diálogos eran continuos en las tres semanas que duró la filmación, y aunque en el posterior montaje ya fueron mutiladas numerosas escenas debido a su viscosa repugnancia, la censura decidió meter las tijeras rebajando mucho el nivel de sadismo y hemoglobina. Nadie, insisto, ha sido capaz de impedir que aquel recordado film fundacional se haya convertido en un referente transformando de manera drástica el concepto seco y realista del cine de terror, y el tándem Craven/Cunningham en uno de los más cotizados creadores de este tipo de cine. Todos los aficionados que en aquella época éramos unos tiernos infantes y vivíamos en grandes urbes, recordaremos siempre el eslogan publicitario del film: “Para evitar desmayos, no deje de repetirse: esto es sólo una película, sólo una película, sólo una película… ”.

LAS COLINAS TIENEN OJOS (1977)

    
     Camino de California, una típica familia de clase media norteamericana, sufre una avería en medio del desierto. A partir de este momento, el viaje se tornará un calvario para ellos, intentando sobrevivir a una siniestra familia de caníbales.

    A finales de los 70, siendo yo un mocoso y rocoso chaparrito, vi en un cine de Barcelona Las colinas tienen ojos (1977) la atroz pesadilla perpetrada por Wes Craven, una producción de bajísimo presupuesto que me sorprendió y dejó literalmente clavado en la butaca. Según leí entonces, la cinta se basaba en la historia real de la familia Sawney Bean, un clan aún más terrorífico que el de La matanza de Texas que, convertidos en ladrones salvajes de la Escocia del siglo XVII, se dedicaban a atracar a los viajeros para después alimentarse de sus cuerpos. Recuerdo que la película ganó el Premio de la Crítica en Sitges´77, no fue un gran éxito en taquilla, sin embargo, arrasó en el circuito del vídeo, otorgándole un estatus y potencialidad que ni la misma apuesta radical de Craven poseía.

BENDICIÓN MORTAL (1981)


    Este film, cuyo mayor reclamo es la presencia de una por entonces jovencísima y desconocida Sharon Stone, desarrolla su acción en los dominios  de una secta fundamentalista en donde se introduce Martha, como esposa de uno de sus miembros. Será a partir de entonces cuando se desencadene una serie de acontecimientos terroríficos. Un film apenas resultón con un flojo libreto pero que Craven logra suplir con buen pulso en la dirección artística y muestra como reclamo a un ramillete de chicas guapas que le confieren al film un toque erótico-pulp.

LA COSA DEL PANTANO (1982)

  
     Uno de los peores films de su director -y ha tenido unos cuantos- que nos presenta a un equipo científico en tareas de investigación en un pantano y que es atacado por las huestes de un malvado doctor. Durante el ataque, el doctor queda contaminado por un peligroso producto que le le convierte en un mostruo. Olvidable adaptación del popular cómic, pobreza de medios y escasez de ideas.

PESADILLA EN ELM STREET (1984)


     Uno de los grandes bombazos (tal vez el que más) de la carrera del maestro. La primera y mejor entrega de las correrías de Freddy Krueger, el Cara de Pizza de jersey a rayas y manopla con cuchillas que forma parte ya del imaginario clectivo y que dio lugar a un cansino goteo de nefastas secuelas. La acción transcurre en una pequeña localidad en la que unos jóvenes tienen habitualmente pesadillas en las que son perseguidos por un hombre deformado por el fuego y que usa un guante con cuchillas. Algunos de ellos son asesinados mientras duermen por ese terrorífico ser, que resulta que es un asesino al que los padres de los chicos mataron tras descubrir que había asesinado a varios niños. Heredera de films como La matanza de Texas (1974), Craven convirtió en un clásico del terror un relato en el que juega a confundir ficción y realidad, armándo así un film con una atmósfera inquietante y morbosa, a la que pone un ruido escalofriante el sonido chirriante de las cuchillas de Freddy Krueger, que siempre hace uso de un humor macabro. Una de las mejores películas de su director, que creó un mito del terror imperecedero al que tenemos mucho cariño.

LAS COLINAS TIENEN OJOS 2 (1985)


     Un bodrio absoluto que en forma de secuela nos sitúa varios años después de la matanza en las montañas, cuando Bobby, uno de los supervivientes se ha casado con Ruby, y juntos dirigen un equipo de motocross y organizan un viaje en autobús para competir en una carrera. Cuando se encuentran atravesando el desierto, deciden coger un atajo, con tan mala suerte que sufren una avería cerca de las montañas. Un pestiño indigesto que en forma de horrendo slasher y narrado a través de cochambrosos flash backs que nos presenta a unos villanos que proyectan una sensación indescriptible mezcla de grima, hastío y risa.

AMIGA MORTAL (1986)


      A una pequeña ciudad del middle west estadounidense llega un muchacho que resulta ser un genio de la mecánica y las matemáticas. Le acompaña su madre y un robot fabricado por él mismo, de reacciones humanas y facultades extraordinarias. Pronto se hace amigo de una chica que vive frente a su casa, pero ésta muere de una paliza que le propina su padre, un garrulo con muy malas pulgas. El joven se resiste a pensar que ella ha muerto e introduce el cerebro del robot en el cadáver de la chica. Tomando como inspiración el mito de Frankenstein o mejor, La novia de Frankenstein, estamos ante un film nada desdeñable que fusiona elementos del drama, el romanticismo y el terror. Rodada con cierta pericia técnica, aceptables efectos y con la presencia inolvidable de Kristy Swanson. Puede que no haya alcanzado el estatus de clásico, pero sí es una pequeña joya que marcó a toda una generación.

LA SERPIENTE Y EL ARCO IRIS (1988)


     Curioso film que nos presenta a un antropólogo de Harvard enviado a Tahití para investigar una extraña substancia relacionada con la magia negra y el vudú, que podría servir para salvar vidas humanas. Mientras él busca la milagrosa droga, algunos científicos escépticos se niegan a aceptar la existencia de zombis y ritos sangrientos. Con el protagonismo de Bill Pullman, Craven se aleja del cine de y para adolescentes para sumergirse en el vudú y los zombis caribeños, en donde sobresale una excelente fotografía y una perturbadora ambientación, para un relato rodado con gran sobriedad y que tiene como trasfondo cruel el tiranicidio de la dictadura de Duvalier, y que está salpimentado por la brujería y la mahia negra.

SHOCKER, 100.000 VOLTIOS DE TERROR (1989)


   Wes Craven despedía la dorada década de los 80 con esta película que nos narra cómo es electrocutado el despiadado asesino en serie Horace Pinker por sus horribles crímenes. Pero un pacto con el diablo le transforma en algo incluso más aterrador; un demonio sobrenatural capaz de poseer el cuerpo y la mente de los demás y listo para continuar su escalada de violencia. Tomando el heavy metal (Megadeth, Alice Cooper) como brutal banda sonora, estamos ante un film simpático gracias a su extravagancia y falta de complejos. Las carencias del guión son obviadas por la original premisa de un asesino que tras freirse en la silla eléctrica, vuelve a la vida tomando impulso a través de la energía eléctrica.

EL SÓTANO DEL MIEDO (1991)


    Craven irrumpe en la década de los 90 con un clásico y aseado film de casas encantadas en el que vemos a un chaval que se ve inmerso en una pesadilla cuando queda atrapado en el interior de un caserón fortificado que pertenece a una misteriosa pareja. Tras observar el carácter macabro de los habitantes de la casa, el chico se enfrenta a todo tipo de dispositivos de seguridad, se hace amigo de una chica maltratada y trata de descubrir el secreto de las criaturas ocultas en el corazón de la casa. Recuerdo con cariño esta aventura en donde un chaval atrapado en una casa convertida en una fortaleza infernal por una pareja de sádicos dueños de una locura brutal, utilizaba toda su astucia para esconderse en cualquier recoveco y contraatacar: el jóven héroe, los villanos y su bestia, la damisela en apuros y el castillo como trampa mortal. Resultona.

LA NUEVA PESADILLA DE WES CRAVEN (1994)


     Fallida secuela que reune al reparto de la primera entrega, citados para filmar la última entrega de la saga Pesadilla en Elm Street, pero durante el rodaje, la actriz Heather Lagenkamp empezará a soñar con Freddy, como ocurría con las anteriores películas, dándose cuenta de que un demonio ha adoptado la imagen del asesino para atemorizar a los miembros del equipo. Ejercicio metacinematofráfico que trata de dar otra vuelta de tuerca al mito seminal y legendario y que sólo provoca bochorno.

UN VAMPIRO SUELTO EN BROOKLYN (1995)


     Una película que sólo produce vergüenza ajena y que se impone como un certero escupitajo al cine serio de temática vampírica. Con el protagonismo de Eddie Murphy, el film sigue a un barco espectral que arriba a medianoche al puerto de Brooklyn. En su interior esconde varios cadáveres y un sarcófago en el que viaja el vampiro Maximillian que se dirige a Nueva York. Max, a la vez elegante y terrorífico, busca una compañera y encuentra a Rita, una eficaz policía que ignora su pasado. La chica se encuentra entonces ante un dilema: elegir entre una vida eterna de poderes sobrenaturales y riquezas o conformarse con su anodina vida de policía. Un truño como un camión, un disparate rebosante de chistes malos y que ni siquiera sirve como homenaje al hoy reivindicado cine blaxplotation. Se salva la belleza de Angela Bassett.

SCREAM (1996)


    La segunda gran campanada de Wes Craven en la taquilla y el imaginario colectivo que dio lugar a un nuevo mito del terror urbano: Ghostface. Un año después del asesinato de su madre, Sidney vuelve a vivir en una situación angustiosa: un terrible psicópata tiene aterrorizado a todo el barrio, su padre está siempre ausente y su novio está a punto de romper con ella. Desplegando un mediocre nivel artístico, con un astuto guión de Kevin Williamson, y eso sí, brindándonos un arranque impagable protagonizado por Drew Barrymore, Scream es un film muy sobrevalorado, en el que el dúo Craven/Williamson se rien de todos los tópicos del terror para adolescentes con una parodia que contiene algunos sustos eficaces.

SCREAM 2 (1997)


     Había que seguir ordeñando la vaca y Craven sólo tardó un año en ponerse detrás de las cámaras para filmar esta tonta secuela. Han pasado dos años desde los asesinatos de Woodsboro (California) y Sidney vive feliz con sus amigos en el campus de la Universidad de Windsor. El curso toca a su fin, pero el día en que se estrena una película basada en la novela de la periodista Gala Weathers sobre los crímenes de Woodsboro, alguien es asesinado en el cine del campus. Y la fórmula siguió funcionando, sobre todo en la taquilla, a pesar de que se repiten esquemas, elenco y ambientación. Siguen los guiños cinéfilos, la innata torpeza del asesino y la mezcla de gore de diseño y humor sarcástico. Inferior a la primera y eso que aquella no era como para tirar cohetes.

MÚSICA DEL CORAZÓN (1999)


      No me pregunten que hace esta película en la irregular filmografía de Wes Craven porque no lo sé. Basada en una historia real y con un competente reparto encabezado por Meryl Streep, nos narra la vida de Roberta Guaspari, una violinista que dejó su carrera de músico profesional al casarse. Años después, a pesar de que su marido la abandonó a ella y sus dos hijos, Roberta consigue rehacer su vida personal y profesional enseñando música a los niños pobres de Harlem, uno de los barrios más degradados de Nueva York. Por esta película Meryl Streep obtuvo una nominación al Oscar y el Globo de Oro y Gloria Stefan contaba con un papelito en un film atípico en la filmografía de su director que no es sino otra historia de superación con tendencia a abusar de las emociones y la lágrima fácil.

SCREAM 3 (2000)


    Y la sátira no tiene fin. Después de los terribles sucesos de Woodsboro, Sidney vive alejada del mundo en una casita en las montañas intentando olvidar el pasado. Está dedicada a proporcionar apoyo moral a mujeres con problemas a través del teléfono, pero un día, alguien llama para informarla de los asesinatos que se están produciendo durante el rodaje de “Puñaladas 3”, película basada en los terribles hechos de los que ella fue protagonista. Si las dos anteriores entregas  no me parecieron gran cosa, esta tercera entrega me provocó una grima ciertamente desagradable: estereotipos muy trillados, ni un solo personaje carismático por el que sentir algún tipo de empatía, trama previsible e inanes vueltas de tuercas a una historia muy gastada. Infumable.

LA MALDICIÓN (2005)


     Bueno, pues como Craven no había tocado la figura del licántropo, se inventa, con la ayuda del guionista de Scream, Kevin Williamson, este fallido y torpe relato que tiene como escenario Los Ángeles. En una noche de luna llena, algo que surge de las tinieblas hace que los hermanos Ellie y Jimmy caigan por un barranco. Logran salvar la vida, pero ya no volverán a ser los mismos. De repente, descubren que poseen una fuerza sobrehumana, sus sentidos se han potenciado al máximo y experimentan nuevos impulsos. Desde ese momento tendrán que luchar contra algo que no pueden controlar: su insaciable apetito en las noches de luna llena. Estoy seguro de que esta película estaba ingeniada para iniciar una nueva saga, su fracaso crítico-comercial llevó a sus respnsables a olvidarse pronto de la idea. Efectos paupérrimos, un guión soporífero y sustos previsibles para un film que del sonrojo que provoca ni siquiera resulta risible. Pobres Christina Ricci y Jesse Eisenberg.

VUELO NOCTURNO (2005)


    Thriller que nos presenta a Lisa Reisert (Rachel McAdams) en vuelo hacia Miami. Tras el despegue, Jackson (Cillian Murphy) su compañero de asiento, le revela la razón de su presencia a bordo: él es el artífice de un complot para matar al comisionado de Homeland Security, y Lisa es la clave para llevarlo a cabo. Si ella se niega a colaborar, Jackson ordenará que maten a su padre. Atrapada en el avión, Lisa buscará desesperadamente la forma de eludir a Jackson y evitar un asesinato inminente. Un buen ejercicio de suspense en donde hay momentos de tensión que se pueden cortar con un cuchillo. Un artefacto entretenido y por momentos claustrofóbico, aunque el final resulte previsible.

ALMAS CONDENADAS (2010)


     En la tranquila y pequeña ciudad de Riverton, dice la leyenda que un asesino en serie juró regresar para matar a siete niños que nacieron la noche que él murio. Muchos años después, vuelve a haber desapariciones. ¿Se ha reencarnado el psicópata en uno de los siete adolescentes o sobrevivió aquella noche que le dieron por muerto? Sólo uno de los chicos sabe la respuesta. Típico slasher sin mucho recorrido aunque el arranque resulta prometedor. Craven demuestra su oficio pero la historia resulta muy convencional, formularia y carece de lógica interna. Un film de terror teen francamente olvidable.

SCREAM 4 (2011)

     
     Wes Craven cierra su filmografía con una nueva y cansina entrega de su saga más exitosa. La película nos presenta de nuevo a Sidney Prescott, que ha logrado olvidar los asesinatos cometidos en Woodsboro. Diez años después, convertida en una escritora de éxito, vuelve a su pueblo natal con motivo de la gira de promoción de su nuevo libro. Pero su regreso irá acompañado de una nueva ola de crímenes perpetrados por un viejo conocido: Ghostface. Nunca me he sentido atraido por esta pueril saga pero he de reconocer que aquí la parodia tiene cierta gracia, diálogos algo más ingeniosos, humor negro, gore esperpéntico y sorpresa final. Desde luego, nunca estará entre mis películas favoritas, pero te hace pasar un buen rato. 

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