HAPPINESS
Comedia Dramática - USA, 1998 -
134 Minutos.
DIRECTOR: TODD SOLONDZ.
INTÉRPRETES: JANE ADAMS, LARA FLYNN BOYLE, DYLAN BAKER, PHILIP
SEYMOUR HOFFMAN, CYNTHIA STEVENSON, BEN GAZZARA.
Todd Solondz nació en Newark
(New Jersey) cursa estudios en la escuela de cine de Nueva York, donde realiza
varios cortometrajes, uno de ellos, Schatt last shot (1985) le lanza a
firmar directamente un contrato para escribir tres películas para la Fox. En
1989 rueda su primer largometraje, Fear anxiety and depression, que
resulta un gran fracaso. Decepcionado abandona el cine y se gana la vida
impartiendo clases de inglés para inmigrantes rusos. Pero un día, a través de
una amistad, consigue el dinero suficiente para realizar una película de bajo
presupuesto y toma la decisión de desempolvar el guión de Bienvenidos a la
casa de las muñecas (1995) un libreto escrito varios años atrás y
que siempre le había gustado. La película gana el Premio del Jurado en el
Festival de Cine Independiente de Sundance, obtiene una buena acogida crítica y
le da el espaldarazo definitivo.
La sinopsis de una película como ésta
resulta siempre complicada de explicar a todos aquellos que de la misma deseen
obtener una referencia que les pueda servir. De todos modos diré que el film de
Solondz está configurado alrededor de la vida de tres hermanas: Joy (Jane
Adams) la menor de ellas, es sensible, soñadora e intenta tener éxito en el
mundo de la canción folk, algo para lo que no está precisamente dotada; Trish
(Cynthia Stevenson), feliz ama de casa con una vida “estable” y orgullosa de su
matrimonio con Bill (Dylan Baker); Helen (Lara Flynn Boyle) una escritora de
éxito, inteligente y sumamente atractiva.
Pero Solondz no frena, porque alrededor de
la vida de las tres hermanas existe un sinfín de relaciones cruzadas y
personajes que entran y salen continuamente en pantalla, todos ellos con un
claro desajuste moral y unos evidentes trastornos emocionales y sexuales.
Psicopatías perfectamente camufladas con disfraces cotidianos: Bill, el
psiquiatra, modelo de padre y marido, es en verdad un salido pederasta incapaz
de controlarse, hasta el punto de narcotizar a un niño con la “sana” intención
de follárselo. Helen, la egocéntrica, tiene a un individuo como vecino que su
mejor pasatiempo es realizar llamadas pornográficas que le sirven de estímulo
mientras se masturba. A su vez, los dos tienen una vecina que asesinó al
portero por quien fue violada. Joy, la solitaria, quien tras un desengaño
amoroso inicia una relación con un inmigrante ruso que maltrata a su mujer. El
eslogan de la película reza: “Encontrar la felicidad puede ser una trágica
comedia”. Brutal diría yo, y si me apuran, realmente sangrante, porque la
felicidad no existe. Todd Solondz traza su devastador discurso con un tono
hilarante, ácido y pesimista, lo hace desde una visión periférica que desnuda,
a la vez que contamina el tejido social sobre el que se edifica el cínico status
quo americano. Preocupado por la marginación -como diera muestras en su
anterior película- y por la pérdida progresiva de las relaciones sinceras, el
autor tiene el valor de recrearse en el dolor y la humillación en materias tan
lacerantes como son la pedofilia, la violencia doméstica y los desengaños
amorosos. Humillar al perdedor, adorar al triunfador, no son reacciones tan
raras, por el contrario, demasiado corrientes, y que están ancestralmente
insertadas en las culturas y tradiciones universales, pero es en Estados Unidos
donde su reflejo es más fiel y feroz, donde se hace más patente esa cruda
dicotomía.
Cruel radiografía de sentimientos apagados, Happiness es un
film donde la risa es un mecanismo instintivo ante el asco, en el que quedan
dibujadas escenas magistrales tan desoladoras como la del psiquiatra que compra
una revista infantil para masturbarse frenéticamente poco después mirando las
fotos en el coche; o tan amargas como la de los compañeros de trabajo
preguntándose mutuamente cómo era ese compañero de trabajo -el cual ha estado
sentado cerca de ellos todos los días- recientemente fallecido. Para terminar,
una mínima muestra de la punzante línea de diálogos de la película que se
produce entre Helen y Joy estando toda la familia reunida:
- No nos estamos riendo de ti, Joy, nos
estamos riendo contigo.
- pero si yo no me estoy riendo.
Grandiosa película de reacciones
dolorosamente encontradas, engendrada por una mente tan enferma como la mía. La
película obtuvo el Premio de la Crítica en Cannes’98, y el de Mejor Película en
el Festival de Toronto.
La escena inicial es toda una declaración de principios. Los personajes de "Happiness" son tan patéticos, su visión de la clase media norteamericana es tan desoladora, que habría que catalogarla como una película de terror. En clave de comedia. O puede que nuestra risa únicamente sea una reacción defensiva.
ResponderEliminarUn abrazo.
El enfant terrible Todd Solondz, nos regaló dos films magníficos; la anterior "Bienvenido a la casa de las muñecas" y esta nauseabunda e inteligente sátira sobre las miserias humanas, hurgando en ese almario atestado de almas que esconden parafilias, trastornos, traumas y secretos inconfesables.
ResponderEliminarUn abrazo.