Los ritos primitivos de la mafia
CALABRIA êêêê
DIRECTOR:
FRANCESCO MUNZI.
INTÉRPRETES:
MARCO LEONARDI, PEPPINO MAZZOTTA, FABRIZIO FERRACANE, GIUSSEPE FUMO, BARBORA
BOBULOVA.
GÉNERO: MAFIA /
ITALIA / 2015 DURACIÓN: 103 MINUTOS.
La carrera del
director italiano Francesco Munzi
(Roma, 1969) no debería pasar desapercibida para el aficionado y tendría que
ser atendida también por las organizaciones de derechos civiles y por cualquier
ciudadano sensible preocupado por los problemas de la inmigración, la
explotación y la violencia. Su debut con Saimir (204) nos narra la historia
de un padre y un hijo procedentes de la Europa del Este. El padre explota a sus
compatriotas y vecinos hasta que el hijo se rebela abriendo el camino a la
regeneración. Su siguiente film, Il resto della notte (2008) retrata
a una comunidad rica en el noreste de Italia que vive inmersa en sus temores
por la inmigración. Iba siendo hora de que un film de Munzi se estrenara
comercialmente en España (los films citados anteriormente tuve que verlos on
line y en versión original sin subtítulos), todo gracias al gran momento que
vive el cine italiano con films como Gomorra, La mejor oferta o La
gran belleza.
Calabria
nos sitúa en una pequeña aldea de dicha región italiana, en donde tres hermanos
hijos de un pastor, Luciano, Luigi y Rocco (Fabrizio Ferracane, Marco Leonardi y Peppino Mazzotta)
llevan años viviendo del lucrativo negocio familiar: el tráfico de drogas en el
entorno de la mafia calabresa, la ´Ndrangheta. Luciano, el mayor, intenta
mantenerse al margen hasta que su conflictivo y descerebrado hijo, Leo (Giussepe Fumo) empieza a acercarse
a su carismático tío Luigi y sus turbios negocios. Cuando Leo pierde el control
una noche disparando a las puertas de un bar de un conocido clan mafioso,
estalla una guerra en la que los hermanos se ven forzados a unirse de nuevo
para defender el honor y las vidas de la familia.
Basada en la
novela Anime Nere (Alma negra) de Gioacchino Criaco, Calabria
es junto a Gomorra una de las películas más naturalistas sobre la mafia
que se han rodado, hay algo físicamente repulsivo, pegajoso, en estos sucios
asuntos de familia, germen y núcleo de ese tipo de criminalidad que extiende
sus tentáculos a modo de siniestra cooperativa delictiva o sindicato del
crimen. El crimen como una forma de vida, como empresa participativa, con su
bagaje de ancestrales vendettas y su inalterable mantra “Ojo por ojo, diente
por diente”. Calabria es una de las regiones más pobres de Italia, cuenta con
una altísima tasa de desempleados y una fuerte emigración interior. En el
epicentro rural de esa degradada región nació la ´Ndrangheta, la mafia local,
con un largo historial de crímenes y una de las más temidas por su ferocidad. Y Munzi acierta dotando a su crónica de un
ritmo pausado para bucear por su estructura interna, sus mecanismos de pulsión
criminal y sus orígenes con un realismo estremecedor, mostrando la solidez
de sus cimientos y pilares, las sucias manos de los hermanos Carbone sobre
cualquier negocio delictivo, ya sea el tráfico de drogas, armas e incluso la
construcción, y el verso suelto que representa Luciano, el único de los
hermanos que se gana el pan con el sudor de su frente y que no ha sucumbido al
mal, a los malditos vínculos de sangre que acaban por pudrir la sangre de su
hijo, dramático ejemplo de la erótica que el crimen desprende para las personas
más débiles.
La importancia de la ofensa, que en
cualquier otro ámbito no pasaría de ser un capítulo menor para engrosar el
anecdotario, representa para la mafia una afrenta, un punto de inflexión en su
dinámica familiar, social y criminal. La
cinematografía italiana ya ha dado muestras de ese ambiente opresivo rural, del
poder y el miedo que infunden estas organizaciones mafiosas en films como Gente de respeto, Una cuestión de honor o Sola
frente a la violencia, pero en Calabria no hay lugar para la distancia
ficcional ni las sutilezas, la frescura con que Munzi recrea las disputas
familiares y el destino aciago, escrito con la violencia de unos personajes
para los que el crimen es una enfermedad hereditaria, documenta los rasgos más
primitivos de esta perversa organización. El asfixiante tono hiperrealista
que desprecia las florituras, de una cercanía sobrecogedora, otorga un tono
seco, gélido, a las acciones más anodinas (el posible matrimonio del crápula
Leo con una joven que estrechará lazos entre dos clanes, la desubicación de la
mujer norteña y cosmopolita de Rocco), esas que tienen que ver con el entramado
familiar y su ancestral árbol genealógico, del que se derivan los conflictos
paternofiliales y las diferencias irreconciliables, la raíz del odio y la
podredumbre de una comunidad hermética, bunkerizada, por donde transitan
personajes con el alma negra. Con
portentosas y creíbles interpretaciones de actores poco conocidos por estos
lares, una excepcional fotografía de Vladan Radovic sobre los rústicos y
espectaculares paisajes del sur de Calabria, Munzi firma, de manera solvente y
magnética, una crónica a pequeña escala sobre los ritos criminales de la
´Ndrangheta, que desemboca en un final tremendo a modo de tragedia griega, que
ahoga de manera atroz cualquier atisbo de redención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario