Se acaba el año 2014 y si uno echa un vistazo al retrovisor
no le queda más remedio que sentir cierta satisfacción por el itinerario
recorrido. Desde que comencé a colaborar en este medio donde siempre he sido
apreciado y respetado, he caminado con la certeza de que mi trabajo ha sido y
es valorado no sólo por los aficionados al Séptimo Arte, también por otros
lectores que sin ser tan asiduos a esos templos de la cultura que son las salas
de cine, me han mostrado su apoyo y me felicitan constantemente por mi labor
pedagógica y de difusión de ese lenguaje tan revolucionario que es el cine.
En realidad, lo
que me hace seguir en la brecha es la convicción de que mi empeño no ha caído
en saco roto, y 15 años y más de 800 críticas después, puedo asegurar, porque
así me lo hacen llegar muchos lectores, que gracias a mi trabajo de cronista
cinematográfico, primero en la Cadena Ser y especialmente en las páginas de
este querido semanario y en mi blog en la red, nuestra comarca cuenta hoy con
más cinéfilos que nunca. Todo ello a pesar de la crisis y el nulo apoyo de las
instituciones y sus mariachis, siempre enredadas en sus corruptelas y las
trifulcas del sucio juego político. Es lo que pasa cuando uno tiene una
personalidad libérrima y no pertenece a ninguna secta porque sinceramente
piensa que la política no es una forma honorable de ganarse la vida.
Así, hoy quiero
dar las gracias a nuestro director, Carlos Lamas, que con un amplio y limpio
concepto de la libertad de expresión, jamás ha puesto coto a mis crónicas y
artículos, haciendo gala de ese espíritu independiente que define a los
periodistas insobornables que como Sartre piensan que “el hombre nace libre,
responsable y sin excusas”. Gracias a los miles de lectores que defienden mi
trabajo y me animan para que siga excitando el cotarro con mis crónicas y los
retratos escritos y gráficos de las hermosas actrices y modelos que me acompañan
en el tránsito semanal por estas páginas. Gracias a todos los colegas, a los
más veteranos y a los que se incorporaron después, por mantener a flote una
empresa en la que nadie se hará rico pero que se ha convertido en un referente
de nuestra vida social y cultural. ¡Feliz año nuevo!
¡Feliz Año nuevo! Un abrazo para ti y los tuyos.
ResponderEliminarDeseo recíproco, amigo Ricard, que el año que viene esté repleto de buenas noticias para ti y tu familia, que seamos y seáis moderadamente felices, porque emborracharnos de felicidad en este tremendo país se me antoja una autopía para los pobres currantes.
ResponderEliminar¡Feliz año 2015! Que la suerte os acompañe.
Un abrazo también para ti y tu familia.