Brillante fábula sobre la bestialidad y el raciocinio
EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS êêêê
DIRECTOR: MATT REEVES.
INTÉRPRETES: ANDY SERKIS, JASON CLARKE, GARY OLDMAN, KERI
RUSSELL, TOBY KEBBELL.
GÉNERO: CIENCIA
FICCIÓN / EE. UU. / 2014 DURACIÓN: 130 MINUTOS.
Conozco a mucha gente que su mayor
entretenimiento es denostar el cine de Hollywood con excesiva arbitrariedad. No
voy a mentir afirmando que la mayoría de esas producciones hollywoodienses
colman las expectativas del cinéfilo más impenitente, que anda un poco saturado
y aburrido de tontas comedias románticas e insustanciales secuelas o remakes. Pero
es verdad que de vez en cuando a uno le apetece disfrutar de un blockbuster palomitero y dejar escapar así
el niño que todos llevamos dentro. Tenía esperanzas de que Matt Reeves, el director de la resultona Monstruoso (2008) y del
interesante remake de Déjame entrar (2010), demostrara
suficiente talento para realizar una secuela digna de la muy aceptable El
Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011), sin desmerecer
la esencia de aquel clásico titulado El Planeta de los Simios
(Franklin J. Schaffner, 1968), y que protagonizada por Charlton Heston ha
quedado alojada de forma indeleble en la memoria de generaciones de
aficionados.
No estaba
equivocado, Reeves cubre las expectativas y logra con pasmosa energía la que
tal vez sea la mejor entrega sobre el universo creado por el Novelista Pierre
Boulle si exceptuamos la película original: Los simios, capitaneados por César (Andy Serkis), se han convertido
en la raza dominante del planeta Tierra. Son simios muy evolucionados y cuentan
con una gran organización, la única amenaza para su desarrollo la representa un
grupo de seres humanos que han sobrevivido a un virus devastador. Tras una
tregua de paz, la guerra que está punto de estallar determinará cuál será la
raza dominante. Viviendo bajo la lealtad de su mantra “simio no mata simio”,
César sufrirá la traición del resentido Koba, que tiene su cuerpo marcado por
las heridas y laceraciones que le provocaron los humanos en un laboratorio.
Si hay algo que
Matt Reeves ha conseguido es dotar de equilibrio a una historia conmovedora en
la que unos efectos digitales notables tienen un gran relieve, lo logra a
cuenta de un guión muy estudiado y unas actuaciones convincentes del elenco de simios.
EL
AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS puede servir como ejemplo de esas películas en donde el diseño de
producción, la tecnología, la puesta en escena y la acción están
maravillosamente puestas al servicio de un relato que vertebra a la perfección
las relaciones entre los simios y entre los simios y los humanos, desde donde
emerge una vez más la figura de un Andy Serkis sublime para dotar de una expresividad
y una emoción sobrecogedora a César, relaciones que se elevan como el plato
más jugoso de una función en la que el diseño hiperrealista de los monos (el
pelo, los ojos, los movimientos, la conmovedora gestualidad) se impone como
mucho más atractivo que la actuación plana e insustancial de todo el reparto de
actores de carne y hueso.
Cierto que uno
tiene la impresión de que cada blockbuster
que se estrena en los últimos años tiene que gozar de una severidad y
trascendencia algo forzada y que, personalmente, no me molesta en exceso si
como consecuencia el artefacto se nos presenta aseado, y EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS
SIMIOS se convierte así en una de esas películas que hará que muchos
aficionados que habían perdido la esperanza de volver a disfrutar del gran cine
de acción y aventuras Made in Hollywood sean recuperados para la causa. No se
trata sólo de corroborar que con la evolución tecnológica se puede hacer
creíble cualquier cosa en una pantalla, o de reflexionar sobre los terribles
resultados de la manipulación genética y los virus creados en laboratorios
(como el que desarrolló la inteligencia de César y que posteriormente tuvo
consecuencias terribles para la humanidad), pues donde sus responsables consiguen
un acierto pleno es en la presentación del estado de las cosas en el planeta de
los simios: su organización jerárquica y modelo de desarrollo social y
educativo, su vigilancia permanente y seguridad, algo que se va al garete con
la irrupción de los humanos, una especie que creían extinguida y que vuelve
para dinamitar el orden y la paz de una raza de primates que ha empezado a
controlar el entorno y ser dueña de su destino. Por supuesto, Andy Serkis es el
alma del film, pero Reeves ha conseguido realizar una conmovedora fábula sobre
la humanidad, la racionalidad y la bestialidad, que se nos muestra ajena a las
razas y prejuicios.
La película está muy bien pero me gustó más "El orígen...". Un abrazo.
ResponderEliminarPues no sé, amigo Ricard, a mí también también me pareció un film muy aceptable, pero me gusta más ésta. A veces lo que hace que te decantes son los detalles: la edición de sonido o el increíble hiperrealismo de los simios. Acabo de ver una tontería titulada Sex Tape en la que lo único sobresaliente es ese par de secuencias en las que Cameron Díaz nos enseña el culo; carne para mi blog... Y me dispongo a ver "Anarchy: La noche de las bestias", que tiene mejor pinta que la primera. Ya te contaré.
ResponderEliminarUn abrazo