HENRY...
RETRATO DE UN ASESINO EN SERIE
(HENRY... PORTRAIT OF A
SERIAL KILLER)
Biobic
Terrorífico - USA, 1990 - 83 Minutos.
DIRECTOR: JOHN
McNAUGHTON.
INTÉRPRETES:
MICHAEL ROOKER, TOM TOWLES, TRACY ARNOLD.
Martin
Scorsese declaró “Henry
ha sido el mejor debut de un director en
la última década”
-se refería en este caso a la de los ochenta, ya que la película estaba lista en 1986 y no fue hasta 1990 que pudimos asistir a su estreno-. John
McNaughton fue contratado por cien mil
dólares para dirigir esta “auténtica orgía de horror y
crueldad”, “una película que va más allá del terror”, “es
sin duda uno de los films más indigestos de los últimos años”.
Con estos o parecidos epítetos fue saludada la obra de McNaughton
por parte de la crítica, lo que da una idea del impacto que su
estreno produjo. Director nacido en Chicago que impresionó en su
debut, pero su siguiente película
Mutación asesina (1991), aunque
presentada en el Festival de Sitges fue estrenada directamente en el
mercado vídeo. Su intento por hacerse un hueco en la industria
hollywoodiense se plasma en La chica del
gángster (1993) una estimable película
producida por Scorsese que no alcanzó el éxito esperado. Pese a
todo sigue siendo un interesante realizador que, procedente del mundo
del vídeo, el éxito de Henry...
sorprendió cuando contaba ya con 40
años. Actualmente se revela como uno de los cineastas más
sugerentes e inclasificables del momento, veamos: Vida
normal (1996) es una historia de amor y
perdición inspirada en hechos reales. Juegos
salvajes (1998) es un interesante y
luminoso thriller
interpretado por jóvenes actores. Lansky
(1999) biopic
sobre la vida del célebre mafioso. Hablando
de sexo (2002) una comedia
protagonizada por Bill Murray y James Spader en la que satiriza las
relaciones sexuales, es lo último que he tenido la oportunidad de
ver de este autor.
La
película está inspirada en la vida de Henry Lee Lucas, un asesino
en serie que confesó haber cometido hasta 360 asesinatos. De pequeño
sufrió un rauma cerebral a causa de un golpe que le propinó su
madre con una viga, más tarde llevaría una vida de violencia y
crímenes. Nadie sabe con seguridad, ni siquiera él mismo, la
cantidad de asesinatos que cometió, y nadie, desde ningún punto de
vista, puede explicar por qué. Lee Lucas fue encarcelado por primera
vez por matar a su madre y a pesar de haber advertido que si le
soltaban volvería a matar, le soltaron y fue, casi exclusivamente, a
lo que se dedicó (salió en libertad condicional debido a la
masificación en las prisiones). Con estos rápidos apuntes
biográficos del verdadero Henry, debemos tener claro que, si nos
disponemos a ver esta película, seremos trasladados a un mundo de
horrores, a convivir durante casi una hora y media con gente, eso sí,
de apariencia normal, pero capaces de infringir todas las leyes
humanas y divinas. Lo que más miedo es que todo este rosario de
crímenes alevosos y execrables fueron cometidos por alguien tan
corriente como el vecino de al lado, tipos que matan por placer, de
forma rutinaria, sin resentimiento ni mala conciencia, sin esfuerzo.
El film comienza mostrando de manera magistral toda una exposición
macabra, una galería de cadáveres de mujeres desnudas o
semidesnudas, desencajadas, en posturas imposibles, secuencias e
imágenes casi documentales -es uno de los efectos que busca la
película- que ciertamente parecen postales o fotos enviadas desde el
infierno a los archivos policiales. La cámara se encarga de ir
destapando esos pasajes horripilantes que van acompañados de una
banda sonora en la que se sobreponen e intercalan horribles jadeos y
ruidos extraños y guturales. El realizador, tras mostrarnos el hobby
favorito de Henry (Michael Rooker) nos da a conocer quiénes son sus
“amigos”: Otis (Tom Towles) un individuo sucio y abyecto al borde
la deficiencia mental que está inspirado en otro asesino en serie
tarado llamado Otis Toole; y Becky (Tracy Arnold) su hermana, a los
tres les une una infancia abrupta y traumática, un recorrido por la
vida auténticamente escarpado.
Si
bien es cierto que toda la atmósfera del film esta recubierta de una
pátina impúdica, de un barniz fétido, la escena de la violación y
el asesinato de la familia que Henry y Otis han grabado en vídeo, y
más tarde visionarán sentados en sofá como quien recuerda escenas
campestres de una cacería, resultan de una pornografía visual
escalofriante, de una perversión moral enfermiza y de una
ambientación sórdida y perturbadora, es, sin duda, una de las
escenas más pavorosas y extremadamente terroríficas de la historia
del cine. Henry...Retrato
de un asesino en serie
es la imagen de una América desamparada, de una nación que
-insisto- desde que fue fundada, vive en estado de guerra civil
permanente, atrapada por la violencia, huérfana de valores, plagada
de contradicciones y amenazada por el vacío -como la mente amoral de
Henry- un terreno insondable lleno de grietas, donde primero caerán
los vigilantes y después serán destruidas las atalayas. Me gusta
definir este film como un perfecto tratado sobre la banalización del
Mal que ni el mismo diablo hubiera firmado. Magnífica/indigesta
película que obtuvo el Premio al Mejor Film, Mejor Director y el de
la Crítica en el Festival Internacional de Cinema Fantástic de
Sitges’90.
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