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domingo, 1 de junio de 2014

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "HENRY... RETRATO DE UN ASESINO EN SERIE"

HENRY... RETRATO DE UN ASESINO EN SERIE
(HENRY... PORTRAIT OF A SERIAL KILLER)
Biobic Terrorífico - USA, 1990 - 83 Minutos.
DIRECTOR: JOHN McNAUGHTON.
INTÉRPRETES: MICHAEL ROOKER, TOM TOWLES, TRACY ARNOLD.


Martin Scorsese declaró “Henry ha sido el mejor debut de un director en la última década” -se refería en este caso a la de los ochenta, ya que la película estaba lista en 1986 y no fue hasta 1990 que pudimos asistir a su estreno-. John McNaughton fue contratado por cien mil dólares para dirigir esta “auténtica orgía de horror y crueldad”, “una película que va más allá del terror”, “es sin duda uno de los films más indigestos de los últimos años”. Con estos o parecidos epítetos fue saludada la obra de McNaughton por parte de la crítica, lo que da una idea del impacto que su estreno produjo. Director nacido en Chicago que impresionó en su debut, pero su siguiente película Mutación asesina (1991), aunque presentada en el Festival de Sitges fue estrenada directamente en el mercado vídeo. Su intento por hacerse un hueco en la industria hollywoodiense se plasma en La chica del gángster (1993) una estimable película producida por Scorsese que no alcanzó el éxito esperado. Pese a todo sigue siendo un interesante realizador que, procedente del mundo del vídeo, el éxito de Henry... sorprendió cuando contaba ya con 40 años. Actualmente se revela como uno de los cineastas más sugerentes e inclasificables del momento, veamos: Vida normal (1996) es una historia de amor y perdición inspirada en hechos reales. Juegos salvajes (1998) es un interesante y luminoso thriller interpretado por jóvenes actores. Lansky (1999) biopic sobre la vida del célebre mafioso. Hablando de sexo (2002) una comedia protagonizada por Bill Murray y James Spader en la que satiriza las relaciones sexuales, es lo último que he tenido la oportunidad de ver de este autor.


      La película está inspirada en la vida de Henry Lee Lucas, un asesino en serie que confesó haber cometido hasta 360 asesinatos. De pequeño sufrió un rauma cerebral a causa de un golpe que le propinó su madre con una viga, más tarde llevaría una vida de violencia y crímenes. Nadie sabe con seguridad, ni siquiera él mismo, la cantidad de asesinatos que cometió, y nadie, desde ningún punto de vista, puede explicar por qué. Lee Lucas fue encarcelado por primera vez por matar a su madre y a pesar de haber advertido que si le soltaban volvería a matar, le soltaron y fue, casi exclusivamente, a lo que se dedicó (salió en libertad condicional debido a la masificación en las prisiones). Con estos rápidos apuntes biográficos del verdadero Henry, debemos tener claro que, si nos disponemos a ver esta película, seremos trasladados a un mundo de horrores, a convivir durante casi una hora y media con gente, eso sí, de apariencia normal, pero capaces de infringir todas las leyes humanas y divinas. Lo que más miedo es que todo este rosario de crímenes alevosos y execrables fueron cometidos por alguien tan corriente como el vecino de al lado, tipos que matan por placer, de forma rutinaria, sin resentimiento ni mala conciencia, sin esfuerzo. 


     El film comienza mostrando de manera magistral toda una exposición macabra, una galería de cadáveres de mujeres desnudas o semidesnudas, desencajadas, en posturas imposibles, secuencias e imágenes casi documentales -es uno de los efectos que busca la película- que ciertamente parecen postales o fotos enviadas desde el infierno a los archivos policiales. La cámara se encarga de ir destapando esos pasajes horripilantes que van acompañados de una banda sonora en la que se sobreponen e intercalan horribles jadeos y ruidos extraños y guturales. El realizador, tras mostrarnos el hobby favorito de Henry (Michael Rooker) nos da a conocer quiénes son sus “amigos”: Otis (Tom Towles) un individuo sucio y abyecto al borde la deficiencia mental que está inspirado en otro asesino en serie tarado llamado Otis Toole; y Becky (Tracy Arnold) su hermana, a los tres les une una infancia abrupta y traumática, un recorrido por la vida auténticamente escarpado.



      Si bien es cierto que toda la atmósfera del film esta recubierta de una pátina impúdica, de un barniz fétido, la escena de la violación y el asesinato de la familia que Henry y Otis han grabado en vídeo, y más tarde visionarán sentados en sofá como quien recuerda escenas campestres de una cacería, resultan de una pornografía visual escalofriante, de una perversión moral enfermiza y de una ambientación sórdida y perturbadora, es, sin duda, una de las escenas más pavorosas y extremadamente terroríficas de la historia del cine. Henry...Retrato de un asesino en serie es la imagen de una América desamparada, de una nación que -insisto- desde que fue fundada, vive en estado de guerra civil permanente, atrapada por la violencia, huérfana de valores, plagada de contradicciones y amenazada por el vacío -como la mente amoral de Henry- un terreno insondable lleno de grietas, donde primero caerán los vigilantes y después serán destruidas las atalayas. Me gusta definir este film como un perfecto tratado sobre la banalización del Mal que ni el mismo diablo hubiera firmado. Magnífica/indigesta película que obtuvo el Premio al Mejor Film, Mejor Director y el de la Crítica en el Festival Internacional de Cinema Fantástic de Sitges’90.  


  

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