COLLATERAL
Thriller - USA, 2004 - 120 Minutos
- Color.
DIRECTOR: MICHAEL MANN.
INTÉRPRETES: TOM CRUISE, JAMIE FOXX, JADA PINKETT SMITH, MARK
RUFFALO, PETER BERG, BRUCE McGUILL, JAVIER BARDEM.
A Michael Mann
(Chicago, 1943) antiguo guionista de series como Starsky y Hutch
y genio creador de Corrupción en Miami, le conocimos
cuando tardíamente dio el salto a la gran pantalla con Ladrón (1980) un
interesante policíaco protagonizado por James Cann. Pero, no fue hasta el
espléndido thriller psicológico Hunter (1987) adaptación de un best-sellers
de Thomas Harris en donde hace su primera aparición cinematográfica nuestro
psicópata favorito Dr. Hannibal Lecter, que el realizador se alzó como uno de
los nombres más prometedores para los aficionados, algo que posteriormente se
vería confirmado con su versión de la conocida obra de James F. Cooper El
último mohicano (1992), el excelente policíaco Heat (1995) (con el extraordinario enfrentamiento entre Al Pacino y Robert de Niro) y El
dilema (1999) de nuevo contando con Al Pacino acompañando a un magnífico
Russell Crowe, que nos narra de forma tensa la cruzada emprendida por un
químico y un periodista contra la industria del tabaco y sus métodos para
aumentar el poder de adición. Si de una cosa se puede vanagloriar Mann, es de
haber contado en todos sus films con un elenco de primera magnitud, es lo
ocurre con esta película.
Collateral transcurre en una sola
noche, en diez horas, las que van desde las seis de la tarde hasta las cuatro
de la madrugada. Es el tiempo que necesita Vincent (Tom Cruise) un asesino a
sueldo contratado por unos narcotraficantes para asesinar a las cinco personas
que lleva apuntadas en su lista. Y, para moverse por las calles de Los Ángeles
en su explosivo viaje, secuestra durante toda la noche a un taxista, Max (Jamie
Foxx) que lleva 12 años conduciendo un taxi y su máximo sueño es montar un
negocio de limusinas. Los cinco nombres de la lista de Vincent corresponden a
testigos claves de la acusación contra jefes de un cartel. Annie (Jada Pinkett
Smith) es la fiscal del caso, y cuando comienzan los asesinatos, el detective
Fanning (Mark Ruffalo) no tarda en relacionarlos con el juicio.
Rodada en su mayor parte con cámaras de
vídeo digital de alta definición, con lo que se consigue unos maravillosos
planos aéreos nocturnos de la ciudad de Los Ángeles, una inmensa mole que acoge
en su extensa llanura 17 millones de almas alienadas... y más de cuatro mil
taxis. El estupendo libreto de Stuart Beattie, concebido para que parezca que
el film está rodado en tiempo real, le brinda al director de Ali la
oportunidad de lucirse en un elegante ejercicio de estilo, porque en una noche
los objetos no cambian, sólo la luz y su reflejo en el estado de ánimo de los
personajes.
Y, claro que podemos hablar del villano, pues Tom Cruise no es un
malo cualquiera -no en su primer papel de auténtico desalmado- su imagen está
muy alejada del canalla andrajoso, tan seguro de sí mismo, con su traje caro,
su pelo canoso y barba de varios días -que recuerda al Mickey Rourke de Manhattan
Sur- su humor macabro y la fría e inaccesible distancia que marca con
todo lo que le rodea. Nada le mancha, ni la pasión, ni la muerte, ni los
sentimientos, poco o nada sabemos de su pasado, pero si al final sólo somos
memoria, él es un producto de su pasado, un killer de mirada gélida y
filosofía tan simple como sádica. Es la criminalidad de nuevo cuño,
profesionalismo y diseño, para un diabólico objetivo que lleva implícita una
terrible lógica.
Está muy bien Tom Cruise en esta cinta,
pero no debemos de olvidarnos del oscarizado Jamie Foxx, quien se ve obligado a
acompañarle si no quiere ser otro cadáver más en su viaje infernal por las
entrañas de la urbe. Metido en la piel del taxista soñador y con aspiraciones,
el actor afroamericano es toda una revelación por su gran expresividad: su
impotencia y ansiedad quedan reflejadas en sus gestos y su mirada, en cómo va
modulando su carácter a medida que avanza la acción, haciéndose irreconocible
al final del film. Collateral es un excelente thriller urbano,
una claustrofóbica aventura por el estómago sucio de la ciudad, un paisaje de
neones, garitos, grandes avenidas y autopistas cruzadas.
Pocas veces Los
Ángeles ha sido retratada con la luz que le confieren Dion Beebe y Paul
Cameron, alejada de esa ciudad cálida y exótica de las palmeras, con la
presencia de coyotes atravesando las calles; una metrópolis multicultural,
amenazante y sin justicia poética. Es, sin duda, la otra gran protagonista del
film. En este viaje al fin de la noche, carente de piedad, en donde los
cadáveres se amontonan, Mann recupera el núcleo y la estructura de Heat,
y utiliza el vídeo digital para tocar de lleno al espectador, haciendo uso de
una fotografía difusa y un rodaje más desenfrenado de lo que en él es habitual.
Collateral no es sólo una película de acción con diálogos inteligentes,
es cine en su más pura esencia, una radiografía del frenético discurrir urbano.
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