Mortal juego de seducción
DIRECTOR: Carlos Sedes.
INTÉRPRETES: Ivana Baquero, Carmen Machi, Tristán
Ulloa, Karren Karagulian, Joel Sánchez, Álex Gadea, Pablo Molinero.
GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 120 minutos / PAÍS: España / AÑO: 2025
Aunque con algunas licencias narrativas, lo cierto es que La Viuda negra, el nuevo true crime de Netflix basado en el famoso crimen de Patraix (Valencia), es fiel al dramático caso real que tuve la ocasión de seguir hace años en un excelente documental del programa L’hora fosca del canal valenciano À Punt. El suceso ocurrió en agosto de 2017 cuando apareció el cadáver asesinado de un hombre en un aparcamiento de Valencia, acuchillado siete veces. Todo apunta a un crimen pasional, y al frente de la investigación se encuentra la veterana inspectora de policía Eva (Carmen Machi). Que pone en marcha una frenética investigación que pronto les conduce a una sospechosa improbable: Maje (Ivana Baquero), la joven viuda, dulce y serena, que llevaba casada con la víctima menos de un año.
La viuda negra, sobre el mediático asesinato de un hombre orquestado por su esposa y el amante de ésta, se nos muestra como una apuesta convincente porque se aleja del sensacionalismo para hacer uso de una narrativa sobria y una acertada atmósfera cotidiana. Así, Carlos Sedes convierte lo cotidiano en inquietante y lo íntimo en un juego criminal.
Ivana Baquero es el diamante que más brilla en la mina de intereses del relato. Nos sorprende con su interpretación de María Jesús, apodada Maje, maestra seductora, hábil manipuladora y decidida planificadora, aunque lo hace desde una aparente normalidad que desarma por su perturbadora frialdad. Baquero se distancia de los tópicos y crea una figura opaca devorahombres que nunca termina de revelar su sombría cara oculta, y se ayuda de su magnetismo sexual y su capacidad de influir en los demás exponiendo sus encantos, que utiliza como su mejor baza.
Tristán Ulloa, en el papel de Salva, uno de sus amantes y el brazo ejecutor que utiliza Maje para el crimen, atrapado en la red de la viuda negra, transmite con dolorosa humanidad la deriva emocional de un hombre cuarentón, poco atractivo, abducido por los evidentes encantos de Maje que necesita amar y ser amado. Algo que no lo convierte en víctima, pero sí en un tipo vulnerable, y tal vez por eso más peligroso.
Como contrapeso moral tenemos a Eva, la inspectora del grupo de homicidios que aporta el equilibrio necesario a la historia. Su personaje representa la ley y el perfil humano que demanda el espectador: una mujer lúcida, persistente y con una inteligencia emocional que le permite visionar más allá de las simples apariencias. Machi interpreta a Eva de manera austera, sin aspavientos, con una autoridad contenida que se vuelve cada vez más implacable a medida que la investigación se tensiona. Su personaje supera el arquetipo, no necesita ser violenta ni exasperada para imponer su autoridad. Sus métodos son los del desgaste, los seguimientos, las escuchas telefónicas y los interrogatorios afilados sin despreciar la ética. Ella es el disolvente para aclarar un caso con múltiples sospechosos, con su mirada crítica humaniza todo el procedimiento policial.
Carlos Sedes acierta al no caer en el simple
efectismo, construyendo una pieza de relojería emocional: sin apenas sangre, ni
escenas impactantes y golpes de efecto, pero con una tensión que crece por
momentos. La fotografía capta una estética realista y fría, que subraya la idea
de que estamos ante una radiografía del mal cotidiano, ese que huele a
vulgaridad y pobres intereses. La viuda negra no es sólo la crónica de un
crimen, es también un relato sobre la manipulación, sobre la necesidad de
afecto convertida en chantaje y del poder del dominio femenino utilizando tres
armas diferentes: el juego seductor, el juego victimista emocional y el juego
criminal.
Leyendo sobre esta película, que vi ayer en Netflix, tropiezo con un argumento con el que no puedo estar más de acuerdo. Lo que nos atrae del "true crime" es nuestro interés por entender lo inentendible. También he leído que los productores optaron por un largometraje en vez de una serie porque la historia no daba tanto de sí. No obstante, opino que le podían haber sacado más punta a las oscuras y profundas motivaciones de los asesinos, a la inseguridad de Salva o a la educación ultracatólica de Eva.
ResponderEliminarUn abrazo.
Concuerdo. Pero querrás decir la educación ultracatólica de Maje. A Eva, la inspectora de policía, no la vemos víctima de ninguna constricción espiritual. Salva sólo es un pobre diablo embrujado por el perfume vaginal de Maje. En cualquier caso, casi ninguna historia de la crónica negra da para mucho, sólo que los creadores de la ficción aplican demasiadas subtramas y escenas vacuas para alargar artificialmente la historia.
EliminarUna abraçada.
Perdona, quería decir Maje, efectivamente.
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