jueves, 17 de septiembre de 2015

CIUDADANO SADE


      Donatien Alphonse François, marqués de Sade, nació en París en el año 1740, su obra, que es a la vez la teoría e ilustración del sadismo, fue objeto durante largo tiempo de la más enérgica represión por parte de todas las censuras. Fueron los surrealistas quienes reivindicaron su figura y recuperaron su obra literaria, viendo en ella uno de los más poderosos intentos de rebelión del hombre contra todas las formas de poder, tanto sociales como religiosas. Con rango de capitán, participó en la Guerra de los Siete Años, y tanto su vida licenciosa como su libertinaje, provocaron que fuera encarcelado en 1768. Pocos años después, tuvo que huir a Génova, acusado de envenenamiento. Llevó una vida errante por Francia e Italia, y allá por el año 1777, por iniciativa de su suegro, fue detenido y recluido sucesivamente en Vincennes, la Bastilla y en Charenton. En 1790, la asamblea constituyente le devolvió la libertad, pero durante el Terror fue encarcelado nuevamente, en este caso por motivos políticos, hasta 1794. En estos años pudo publicar una serie de obras, escritas durante sus periodos de encarcelamiento (Justine, Aline y Valcour o la novela filosófica, La nueva Justine, Historia de Juliette o las prosperidades del vicio) esta última obra motivó su reclusión en la cárcel de Saintte-Pélagie, hasta 1803, año en que, por orden de Napoleón, pasó al manicomio de Charenton, donde vivió hasta su muerte, que le sobrevino en 1814. Entre sus obras inéditas que los surrealistas contribuyeron a revalorizar, destacan: Diálogo entre un sacerdote y un moribundo, Los ciento veinte días de Sodoma e Historia secreta de Baviera.

SADE EN EL CINE

MARAT-SADE (1967)
    
    Peter Brook dirigió, según la obra original de Peter Weiss este film utilizando el mismo reparto de enfermos mentales que la representase sobre las tablas. El manicomio de Charenton es visitado por unos aristócratas y en su honor se organiza una función teatral, con los enfermos allí ingresados y el marqués de Sade como director escénico.


JUSTINE (1968)
     

                                      
   
    Una de las más reconocida influencias en nuestro psicodélico y genuino Jesús Franco es, sin duda, el marqués de Sade. En 1968 dirigió Justine, una irregular aproximación al universo sadiano, malograda sobre todo por la penosa interpretación de Romina Power como Justine. Klaus Kinki encarna en este film al marqués de Sade.

EUGENIE (1969)



    Nueva y psicotrónica incursión de Jess Franco en el universo Sade. En este caso narra la perversión de una joven virgen captada por una secta de degenerados que, con Christopher Lee como líder, cae en una espiral de depravación.

DE SADE (1969)


    
     Con guión de novelista Richard Matheson, el británico Cy Endfield rueda este extrañísimo biopic centrado en la juventud del marqués de Sade y que proyecta una introspección psicoanalítica de su perversión. Protagonizada por Santa Berger, incluía una colaboración especial de John Huston.

 JUSTINE DE SADE (1972)


      
     Desgraciada adaptación del texto del marqués de Sade que, dirigida por Claude Pierson con buena disposición de medios, se quedó rozando el ridículo. Una coproducción de este estilo merecía mejor disposición.

SALÓ O LOS 120 DÍAS DE SODOMA (1975)


   
     Uno de los mayores escándalos de la historia del cine. Pasolini, en su última película, realiza una interpretación libre de la obra de Sade, un ejercicio transgresor y  provocador con la figuración del más repugnante fascismo mussoliniano. Un grupo de para jóvenes de ambos sexos son raptados y forzados por un grupo de fascistas para el desahogo y exploración de sus instintos más depravados. Se come mierda, se cortan lenguas, se sodomiza… Un film a la vez fascinante y desagradable. Yo, que me considero pasoliniano sin fisuras, puedo afirmar que sólo un genio como Pasolini podía realizar un film aún más repugnante que el fascismo.

MARQUIS (1989)


     Desigual producto realizado por Henri Xhonneux con guión del dibujante y escritor Roland Topor, que narra las aventuras del marqués de Sade durante su entierro en la Bastilla. En una representación metafórica mediante máscaras diseñadas también por Topor, que incluye un original y estrafalario diálogo entre el marqués de Sade y su pene parlante.

QUILLS (2000)


     El especialista en cine erótico Philip Kaufman adapta la exitosa obra teatral de Doug Wright que narra los últimos años de la vida del marqués de Sade (Geoffrey Rush) en el manicomio de Charenton. Allí el marqués languidece, si bien es cierto que debido a la benevolencia del abate Coulmier (Joaquín Phoenix) puede seguir escribiendo su obra incendiaria y sediciosa, que sale al exterior gracias a la complicidad de su fiel lavandera, Madeleine (Kate Winslet), una auténtica adicta a sus relatos. Para poner orden llega a Charenton, enviado por Napoleón, el Dr. Roger Collard (Michael Caine) quien con sus métodos de tortura intenta instalar un poco de equilibrio en la retorcida mente de Sade.


       Extraordinaria película que plantea dos cuestiones fundamentales: en primer lugar, Kauffman lanza el mensaje de que las aberraciones y obsesiones eróticas del proscrito Sade producen y propagan una fascinación general, la mejor solución es no reprimir las fantasías, y dejar que la imaginación vuele libre utilizando como vía de escape la literatura, la pintura, etc., como refugios para evitar la lucura; en segundo lugar, se convierte en un cáustico alegato contra la represión de la libertad de expresión. Una libertad de expresión total, la que hay que conceder a todo aquello que no nos gusta e incluso nos desagrada. Una maravillosa farsa ideada por Kauffman y Wright, mitad ficción, mitad realidad, en donde lo más importante no es lo que Sade escribe, sino su incontenible necesidad de escribir.  

SADE (2000)


    Universo Sade para menores. Así veo yo esta película. El film de Benoit Jacquot nos sitúa en 1793, en el momento más violento de la Revolución francesa, y el marqués de Sade ha vuelto a la cárcel. Robespierre ve en él a un agitador libertino y un ateo, un hombre sumamente inmoral, indigno de la sociedad y autor de una escandalosa novela, “Justine”. Sade tiene cincuenta años, conoce tan bien la Bastilla y la cárcel de Saint-Lazare que la clínica Picpus, donde le han encerrado, le parece el paraíso terrenal. Protagonizada por Daniel Auteil dando oxígeno a Sade y basada en el texto de Serge Bramly “Terror in the Boudoir”, el film resulta muy poco convincente al retratar al marqués de sade no como un tipo depravado, sino como un personaje inofensivo, librepensador que desconfiaba de la religión y procuraba sacarle a la vida el mejor partido escribiendo historias, abandonándose a los placeres e intentando ver el lado bueno de las cosas. Una película absolutamente falsa, inverosímil.

2 comentarios:

  1. De las películas que mencionas, solamente he visto la de Pasolini, que me parece una absoluta obra maestra. Tendría que echarle un vistazo a la "Justine" de Jesús Franco; que Romina Power sea la protagonista me da bastante morbo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. La mejor es "Quills", pero a mí me ocurrió lo mismo que a ti con Romina Power. Jesús Franco siempre estuvo muy obsesionado con el marqués de Sade. También yo he tenido debilidad por este personaje desde pequeñito.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar