domingo, 26 de julio de 2015

STAR 80: SANGRE TRAS EL BIOMBO

    
     
       Como rezaba el lema de una excelente serie de televisión española, la historia de Hollywood es también la historia de sus crímenes. Dororhy Stratten nació en Vancouver (Canadá) el 28 de febrero de 1960 en el seno de una familia humilde. Su vida quedó marcada por el encuentro en 1978 con un chuloputas que se movía por los alrededores de Beverly Hills, Paul Snider, en una cafetería de Vancouver, en donde ella trabajaba por horas de camarera. El vulgar y apuesto proxeneta vio enseguida el potencial de la chica y en sus kilométricas piernas dos torres petrolíferas que le podían proporcionar dinero a paladas. Nada extraño, todos los hombres que se acercaban a Dorothy, que entonces tenía 18 años, quedaban hipnotizados por su belleza. Snider comenzó a agasajarla con golosos regalos, pero su mente no dejaba de pensar en el dinero que podía ganar explotando a aquella voluptuosa rubia de 1´75 cm de estatura.


      Un día, Paul Snider contrató a un fotógrafo para que retratara su rostro y su cuerpo desnudo y envió una serie de fotografías a Playboy. Hugh Hefner, el dueño del imperio Playboy, la citó enseguida para una prueba cuyos resultados fueron fantásticos debido a la excelente fotogenia de la joven canadiense. Así, Dorothy comenzó a trabajar como conejita en el club Playboy de Los Ángeles hasta su celebrada aparición en las páginas del ejemplar de agosto de 1979 de la popular revista. Su belleza no pasó desapercibida para nadie en la ciudad de los oropeles y las bambalinas. Snider y Dorothy se fueron a vivir a una casita de estilo español situada en el Boulevard Santa Mónica, próxima a Bel Air, lugar de residencia de artistas, productores y directores de cine. Entre ellos, Peter Bogdanovich, con debilidad por las chicas rubias, altas y hermosas, y al que conoció en el programa “Roller disco and pijama party”, una fiesta televisiva celebrada en casa de Hug Hefner que resultó una bacanal visual. Sin importar sus dotes interpretativas, bastaba con su presencia para encandilar los ojos de millones de espectadores en series como La isla misteriosa, Buck Rogers en el siglo XXV o en películas como Galaxina (William Sachs, 1980) o Todos rieron (Peter Bogdanovich, 1981).


         Snider intentaba mantener a Dorothy al margen de su sórdida vida como promotor de toda clase de putiferios, pero la mantenía a raya con unas normas estrictas: no la dejaba fumar ni tomar café para que no se mancharan sus dientes, le controlaba el alcohol que bebía y le enseñaba como deshacerse de los moscones que zumbaban a su alrededor en el club o la mansión Playboy. Se habían casado por lo civil en 1979 en Las Vegas en contra de los deseos de Playboy poco antes de que apareciera el número de agosto de 1979 con Dorothy como principal reclamo. Snider decoró la casa con fotografías de su musa y se compró un lujoso Mercedes con una matrícula en la que se leía “STAR80”. Snider, un tipo narcisista, celoso y machista recalcitrante, comenzó a tener celos de las atenciones de Hugh Hefner hacia su mujer en forma de carísimos regalos y sentía que ya no controlaba su carrera. Lo peor es que Snider se tenía que preocupar también de Bogdanovich que se había encoñado con Dorothy a quien veía como la mujer perfecta. Durante el rodaje de Todos rieron en Nueva York, nadie se enteró de que Dorothy se había trasladado a la suite que el director ocupaba en el Hotel Plaza.


        A Snider le llegó el mazazo cuando ella canceló las cuentas bancarias que tenían en común y llegó la notificación legal de divorcio. Deslumbrado por Dorothy, Bogdanovich pasó 15 días inolvidables con ella en Londres y luego se trasladaron a la lujosa residencia del director en Bel Air. El viernes 8 de agosto de 1980 se citó con su marido para recoger algunos vestidos y trató de convencerla para que volviera con él. Ante la negativa, Snider quedó abrumado y se obsesionó con conseguir un arma, una escopeta Mossberg que decía era para su protección. El jueves siguiente se produjo una nueva cita para llegar a un acuerdo financiero definitivo. Dorothy llegó a la casa de Snider al mediodía en su viejo Ford Mercury. Una modelo amiga de Paul, Patty, pasó por la casa sin encontrar a nadie y halló extraño que el dormitorio de Snider estuviera cerrado. Más tarde telefoneó insistentemente sin obtener respuesta, por lo que decidió llamar a la policía.


      Cuando llegó la policía, una hilera de hormigas les condujo hasta el dormitorio donde se encontraban sus ocupantes, desnudos y muertos. La Chica del Año Playboy 1980 (Playmate of the Year 1980, número de junio de ese año) estaba en completo rigor mortis tendida sobre la alfombra y tenía el rostro destrozado por un disparo. Paul Snider se encontraba sentado con la espalda apoyada sobre la pared, con la mejilla derecha abrasada por un disparo a bocajarro y los sesos desparramados. Sobre sus piernas descansaba la escopeta Mossberg y en una de sus manos conservaba todavía un mechón de pelo rubio, una señal de que el asesinato-suicidio se había producido tras una pelea salvaje. El trágico suceso hizo que se tambaleara el imperio Playboy, no sólo porque Dorothy era la actual Playmate, también porque de entre todas ellas era la que más prometía convertirse en una fulgurante estrella de Hollywood, uno de los sueños más anhelados de Hugh Hefner.

     
      El sueño acabó convirtiéndose en pesadilla y un desquiciado Bogdanovich culpó a Hefner por la explotadora destreza de su maquinaria sexual. Sin embargo, está claro que fueron los celos de Snider el motor que generó la tragedia, pues viendo que perdía su fábrica de dinero pensó que si Dorothy no era para él no sería para nadie, y en todo caso, sería Bogdánovich una pieza importante de ese puzzle maldito al convertirse en amante encoñadísimo de la exuberante Dorothy. Una chica hermosa y una muerte fea. Como publicó la revista People: Tan hermosa que parecía resplandeciente; como si la luz surgiera de su interior”. Una belleza sólo indestructible en el recuerdo indeleble de los que un día la conocieron. En el año 1983 Bob Fosse llevó al cine esta nueva crónica de un fracaso, un relato nada inocente del cruel e inmoral mundo del estrellato con el título Star 80 y el protagonismo de Mariel Hemingway y Eric Roberts, fue el último film dirigido por Fosse e inspirado en un artículo que ganó el premio Pulitzer.        
              

3 comentarios:

  1. No tenía mal gusto, Bogdanovich, aunque lo cierto es que las rubias le traían mala suerte. Entre Cibill Shepherd y la desgraciada Dorothy Stratten, su carrera se fue al traste (http://classicscinema.blogspot.com.es/search/label/PETER%20BOGDANOVICH). Por cierto, acaban de estrenar una película suya.

    Un abrazo.

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  2. Y luego se casó con la hermana de Louise, la hermana de Dorothy, a la que transformó en una doble grotesca de la malograda Playmate. Bogdanovich siempre ha sido un tipo muy esclavo de sus pasiones, pero a diferencia de Planski se le secó pronto la fuente de la inspiración. Me gusta mucho su ópera prima, "El héroe anda suelto (Targets, 1968), inspirada lbremente en el francotirador de la torre de Texas, Charles Whitman.

    Un abrazo.

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  3. Vaya, me he mostrado reiterativo, quería decir la hermana de Dorothy, Loiuse, con quien comenzó a salir cuando era menor de edad.

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